11.05.2013 Views

Dios en el mundo

Dios en el mundo

Dios en el mundo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

¿Pero por qué no debería ser la vida simplem<strong>en</strong>te fácil, grata<br />

y plac<strong>en</strong>tera?<br />

Como es lógico, satisfacerse con lo material, con lo palpable,<br />

con las viv<strong>en</strong>cias f<strong>el</strong>ices que se puedan comprar y suministrar,<br />

es, por <strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to, lo más s<strong>en</strong>cillo. Puedo <strong>en</strong>trar<br />

<strong>en</strong> un local de diversión, y a cambio d<strong>el</strong> dinero de la<br />

<strong>en</strong>trada vivir una especie de éxtasis, ahorrándome de ese<br />

modo todos los esfuerzos d<strong>el</strong> difícil camino de la autorrealización<br />

y la autosuperación. Esta t<strong>en</strong>tación es grandísima.<br />

La f<strong>el</strong>icidad se convierte <strong>en</strong>tonces <strong>en</strong> una mercancía susceptible<br />

de ser v<strong>en</strong>dida y comprada. Éste es <strong>el</strong> camino más<br />

cómodo, <strong>el</strong> más rápido, la contradicción interna parece <strong>el</strong>iminada,<br />

porque la cuestión divina ya es innecesaria.<br />

Pero también se podría considerar <strong>el</strong> estilo de vida civilizado<br />

desarrollado y absolutam<strong>en</strong>te acorde con nuestro <strong>mundo</strong><br />

moderno.<br />

Sin embargo, también sabemos que esto se rev<strong>el</strong>a muy<br />

pronto como un <strong>en</strong>gaño. El individuo lo nota, al final me<br />

quedo vacío, estoy agotado, y cuando caigo desde <strong>el</strong> éxtasis<br />

ya no soy capaz, <strong>en</strong> definitiva, ni de soportarme ni de<br />

soportar al <strong>mundo</strong>. En ese mom<strong>en</strong>to se pone de manifiesto<br />

que he sido <strong>en</strong>gañado.<br />

Lo cierto es que nunca participamos <strong>en</strong> este drama sólo<br />

personalm<strong>en</strong>te, con nuestra propia intimidad, sino bajo la<br />

modalidad d<strong>el</strong> nosotros. Esta forma colectiva puede dificultar<br />

o facilitar nuestro destino. La Iglesia antigua instituyó<br />

<strong>el</strong> catecum<strong>en</strong>ado por este motivo. Su int<strong>en</strong>ción era<br />

crear una especie de sociedad alternativa <strong>en</strong> la que uno pudiera<br />

adaptarse a <strong>Dios</strong> y, mediante la conviv<strong>en</strong>cia con los<br />

demás, llegar poco a poco a la zona donde se podía apr<strong>en</strong>der<br />

a verle. Durante <strong>el</strong> periodo que mediaba hasta <strong>el</strong> bautizo,<br />

llamado iluminación, llegaba <strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que sur-<br />

46<br />

gía <strong>en</strong> <strong>el</strong> individuo <strong>el</strong> conocimi<strong>en</strong>to adquiri<strong>en</strong>do con <strong>el</strong>lo la<br />

indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la fe.<br />

Creo que hoy, <strong>en</strong> sociedades de ori<strong>en</strong>tación atea o<br />

agnóstico-materialista, eso se ha convertido <strong>en</strong> una nueva<br />

necesidad. Antes daba la impresión de que la Iglesia y la<br />

sociedad estaban muy id<strong>en</strong>tificadas. Ahora la Iglesia ti<strong>en</strong>e<br />

que esforzarse de nuevo para pres<strong>en</strong>tar espacios alternativos<br />

donde no sólo se ofrezca <strong>el</strong> nosotros gravoso y degradante<br />

sino un nosotros que abra, que sust<strong>en</strong>te al individuo<br />

y le <strong>en</strong>señe a ver.<br />

La cuestión es si la fe nos hace de verdad mejores, más<br />

compasivos y altruistas, m<strong>en</strong>os codiciosos, m<strong>en</strong>os vanidosos.<br />

Tomemos a los que <strong>el</strong> propio <strong>Dios</strong> ha <strong>el</strong>egido para la<br />

fe, a aqu<strong>el</strong>las personas que por su designio sólo deberían<br />

p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> agradar a <strong>Dios</strong> y convertirse <strong>en</strong> seres humanos<br />

casi perfectos. ¿Por qué se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran también <strong>en</strong>tre los<br />

clérigos, <strong>en</strong>tre los monjes y monjas, dosis tan <strong>el</strong>evadas de<br />

rivalidad, de <strong>en</strong>vidia, de c<strong>el</strong>os, de m<strong>en</strong>tira y de falta de caridad?<br />

¿Por qué su fe no los ha hecho mejores?<br />

Esta pregunta es, de hecho, muy opresiva. En <strong>el</strong>la comprobamos<br />

de nuevo que la fe no está simplem<strong>en</strong>te ahí, sino<br />

que puede contraerse o crecer, moverse por una línea asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te<br />

y desc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te. No es una garantía acabada sin<br />

más, algo que uno pueda considerar un capital desembolsado<br />

que crece y crece. La fe va siempre vinculada a una libertad<br />

muy frágil. Nosotros desearíamos que fuera difer<strong>en</strong>te.<br />

Pero éste es precisam<strong>en</strong>te <strong>el</strong> riesgo difícilm<strong>en</strong>te<br />

compr<strong>en</strong>sible de <strong>Dios</strong>, que no nos haya administrado una<br />

medicina más fuerte.<br />

Aun cuando se comprueba que <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> de los crey<strong>en</strong>tes<br />

exist<strong>en</strong> conductas erróneas (<strong>en</strong> las que subyace<br />

siempre un debilitami<strong>en</strong>to de la fe), tampoco debemos pasar<br />

por alto <strong>el</strong> otro balance. En efecto, las historias de tan-<br />

47

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!