Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
ción de lo nuevo, y especialm<strong>en</strong>te de nuevos santos-, pero<br />
mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do constante lo es<strong>en</strong>cial. Por eso, la Iglesia occid<strong>en</strong>tal<br />
pudo concebir también reformas litúrgicas. Ciertam<strong>en</strong>te,<br />
éstas no podían ser simples rupturas, sino que t<strong>en</strong>ían<br />
que respetar <strong>el</strong> crecimi<strong>en</strong>to vivo, igual que se cuida lo<br />
que crece para mant<strong>en</strong>erlo con vida. Pío X, por ejemplo, limitó<br />
la proliferación de las fiestas de santos. También volvió<br />
a situar <strong>el</strong> domingo <strong>en</strong> <strong>el</strong> lugar que le correspondía y<br />
<strong>el</strong>iminó trozos superfluos. Ya Pío V había suprimido <strong>el</strong> exceso<br />
de secu<strong>en</strong>cias que se habían ido introduci<strong>en</strong>do furtivam<strong>en</strong>te.<br />
En esta línea se situó también <strong>el</strong> Concilio Vaticano<br />
II. Fue correcto porque proseguir creci<strong>en</strong>do sin<br />
anquilosarse forma parte de la tradición litúrgica de la<br />
Iglesia. Pero yo diría que, cuando cuido algo vivo que crece<br />
sabi<strong>en</strong>do con <strong>el</strong>lo que la vida <strong>en</strong> cuanto tal no dep<strong>en</strong>de<br />
de mi mano -he de servir y respetar las leyes internas de lo<br />
vivo-, o cuando lo considero algo hecho que, por así decirlo,<br />
transcurre según leyes mecánicas, compr<strong>en</strong>do que<br />
puedo podar y obrar de otra manera.<br />
Sin duda <strong>el</strong> Concilio Vaticano II proyectaba un crecimi<strong>en</strong>to<br />
orgánico r<strong>en</strong>ovado. Pero hemos de compr<strong>en</strong>der<br />
que hoy exist<strong>en</strong> numerosas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias que se limitan a<br />
practicar <strong>el</strong> montaje y <strong>el</strong> desmontaje, obrando con <strong>el</strong>lo de<br />
un modo que es irreconciliable con la es<strong>en</strong>cia de la liturgia.<br />
No se puede simplem<strong>en</strong>te diseñar <strong>en</strong> comisiones profesorales<br />
lo que es más conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te desde la óptica pastoral;<br />
cómo es más práctica y cosas por <strong>el</strong> estilo, sino que, con<br />
gran respeto por lo que lleva <strong>en</strong> su s<strong>en</strong>o <strong>el</strong> transcurso de<br />
los siglos, hay que ver dónde son necesarios y posibles los<br />
complem<strong>en</strong>tos o podas pertin<strong>en</strong>tes.<br />
Y esto debería constituir una gran advert<strong>en</strong>cia para todos<br />
cuantos se r<strong>el</strong>acionan con la liturgia. Deberían desempeñar<br />
su función con ese espíritu de servicio a lo vivo que<br />
nos aporta la fe secular, y negarse a inv<strong>en</strong>tar y fabricar lo<br />
mejor como si fueran expertos todopoderosos.<br />
ÍQZ<br />
Es imposible pasar por alto la crítica a la liturgia actual.<br />
Para muchos ya no es lo bastante sagrada. ¿Hace falta una<br />
reforma de la reforma para sacralizarla?<br />
Necesitamos, al m<strong>en</strong>os, una nueva conci<strong>en</strong>cia litúrgica<br />
para que desaparezca ese espíritu hacedor. Porque se ha<br />
llegado al extremo de que grupos litúrgicos se autofabriqu<strong>en</strong><br />
la liturgia dominical. Lo que se ofrece aquí es, sin<br />
duda, <strong>el</strong> producto de unas personas listas y trabajadoras<br />
que se han inv<strong>en</strong>tado algo. Pero eso no significa <strong>en</strong>contrarme<br />
con la Alteridad Absoluta, con lo sagrado, que se me<br />
regala, sino con la habilidad de unas cuantas personas.<br />
Y me doy cu<strong>en</strong>ta de que no es lo que busco. Que es demasiado<br />
poco y un tanto difer<strong>en</strong>te.<br />
Hoy, lo más importante es volver a respetar la liturgia y<br />
su inmanipulabilidad. Que apr<strong>en</strong>damos de nuevo a reconocerla<br />
como algo que crece, algo vivo y regalado, con lo<br />
que participamos <strong>en</strong> la liturgia c<strong>el</strong>estial. Que no busquemos<br />
<strong>en</strong> <strong>el</strong>la la autorrealización, sino <strong>el</strong> don que nos corresponde.<br />
Esto es, <strong>en</strong> mi opinión, lo primero; ti<strong>en</strong>e que desaparecer<br />
ese obrar individualista o desconsiderado y despertar la compr<strong>en</strong>sión<br />
íntima hacia lo sagrado. En un segundo paso se<br />
podrá ver luego <strong>en</strong> qué ámbito se podó <strong>en</strong> exceso, de forma<br />
que <strong>el</strong> contexto histórico global se torne más vivo y evid<strong>en</strong>te.<br />
Yo mismo he hablado <strong>en</strong> este s<strong>en</strong>tido de la reforma<br />
de la reforma. Pero, <strong>en</strong> mi opinión, esto debería ser ante<br />
todo y sobre todo un proceso educativo que ponga término<br />
al pisoteo de la liturgia con autoinv<strong>en</strong>tos.<br />
También es importante para la correcta conci<strong>en</strong>ciación<br />
<strong>en</strong> asuntos litúrgicos que concluya de una vez la proscripción<br />
de la liturgia válida hasta 1970. Qui<strong>en</strong> hoy aboga por<br />
la perduración de esa liturgia o participa <strong>en</strong> <strong>el</strong>la es tratado<br />
como un apestado; aquí termina la tolerancia. A lo largo<br />
de la historia nunca ha habido nada igual, esto implica<br />
393