Logística: Matemáticas y Ejército I. - Universidad de Zaragoza

Jorge Garris Mozota
Comandante de Ingenieros
Departamento Humanístico Militar
Existen lugares en el mundo que están cargados de
acontecimientos históricos y que además nos vinculan
emocionalmente, debido en un primer instante; a la conexión
que en un momento dado del pasado se realizó entre un
grupo de españoles, influenciados por sus circunstancias
sociales y económicas, con otros pueblos de cultura otrora
enigmática, pero también por los mudos testigos pétreos que
espolean a la comunidad científica en aras de ser resueltas
sus incógnitas.
Cuando en el año 1534, los conquistadores españoles
llegaron a Cusco, Qosco en lengua quechua, a la sazón
capital del Imperio Inca, situada en los Andes, y conocida
como el “ombligo del mundo”, acababan de encontrarse
con uno de los mayores imperios de la antigüedad , y de
hecho el más grande que se había conocido en el continente
americano.
Éste se fue desarrollando a través de los años, sobre
tierras habitadas por otros pueblos y culturas tales como;
la Chimú, que precisamente se ubicaba anteriormente en la
zona de la capital Qosco; la Chavín; la Mochica; la Nazca y
la Tiahuanaco, todas ellas con su personalidad y capacidad
creadora, envueltas siempre en las aureolas de misterio
que se ciernen sobre sus vestigios arqueológicos que han
perdurado hasta nuestros días.
Pero este gran imperio, coetáneo del azteca, llegó a
abarcar una extensa zona geográfica que iba desde la actual
Colombia hasta Argentina, pasando por Ecuador, Perú,
Bolivia y Chile, construyó una amplia y eficiente red de
comunicaciones, y su pueblo, el inca, de habla quechua,
procedía de las regiones selváticas de los Andes y de
las cuales emigró, tal vez hacia el siglo XI. Precisamente
debido a su organización militar y aptitud para la guerra,
fue sometiendo a los primigenios pobladores de estas áreas
en su movimiento hacia los asentamientos finales.
ARMAS Y CUERPOS 33
Buscando
el
Oro del Inca
La administración imperial se basaba en un sistema
militar rígido y perfectamente diferenciado en clases sociales
impermeables, y a nivel territorial, se articulaba en cuatro
distritos, con su capital Qosco dividida en una serie de
cuadrículas, y con la singularidad de que los pobladores de
cualquier parte del imperio que iban a visitarla, sólo estaban
autorizados a permanecer en la cuadrícula vinculada a su
distrito.
Pero toda esta capacidad administrativa, que al
parecer tuvo la influencia de la cultura Chimú, se
basaba paradójicamente en un sistema de comunicación
rudimentario, el quipus, con cordones de diferentes colores,
longitudes y nudos, ya que la lengua oral quechua, no
disponía del equivalente desarrollo en su escritura.
Este pueblo llamado inca, emparentado
irremediablemente con el oro a lo largo de toda su historia, y
donde su religión se fundamentaba en el culto al Sol, Inti, tiene
un origen igual de misterioso que la mayor parte de los otros
pueblos a los que subyugó. Para ello no faltan las leyendas
que hablan de un dios llamado Tici Viracocha, que surgió
del lago Titicaca, y que creó a los hombres a su semejanza,
tras destruir a los
que habitaban en las
cercanías del lago,
ya que según dicha
tradición le habían
ofendido con sus
actos. Se pueden
observar, hoy en día,
imágenes de este
dios irascible en
la puerta conocida
como “friso de
los pájaros” de