Logística: Matemáticas y Ejército I. - Universidad de Zaragoza

que envuelve a todo lo que aún no se
ha conseguido explicar empleando el
método científico, no han dejado de
asombrarnos.
Empezando por Cuzco; tiene
el honor de ser considerada como la
capital más antigua de toda América,
y su fundación se debería, según la
opinión mayoritaria de los especialistas,
a las migraciones de los pobladores
de Tiahuanaco, cuna de una antigua
cultura que se extendió por el Altiplano,
cuyos restos se sitúan a unos 20
kilómetros del lago Titicaca. En ella se
aprecian los vestigios arquitectónicos
de un pasado que hace gala del dominio
de la construcción con el empleo de
la piedra sin argamasa que tenían los
antiguos incas, ya que hay que recordar
que la rueda tan sólo la conocían
rudimentariamente y sin aplicación
técnica alguna.
Esta forma de construir, que
predominó desde los tiempos del inca
Pachacutec Yupanqui hasta la llegada
de los conquistadores de Pizarro, se
caracterizó por la sobriedad de las
formas y la permanente búsqueda
de la simetría, teniendo como
característica más peculiar la capacidad
de ensamblar piedras de gran tonelaje
sin resquicio alguno, empleando
unos procedimientos de transporte y
elevación que aún hoy plantean muchas
dudas a los arqueólogos que las han
estudiado, y que se asemejan a otras
formas de construir en la antigüedad,
como por ejemplo, las pirámides del
Antiguo Egipto.
Templo de las tres ventanas en Machu Pichu. Foto del autor.
Vista de la fortaleza de Sacsayhuamán. Foto del autor.
La capital cuzqueña es el centro e inicio de una ruta plagada de antiguas
ruinas de igual técnica como; la fortaleza de Sacsayhuamán, a las afueras de esta
ciudad, y que asombran precisamente por el tamaño ciclópeo de sus piedras.
Siguiendo el curso del río Urubamba se encuentra Ollantaitambo, igualmente
repleto de monolitos como los de su Templo del Sol, al que se le suman otros
lugares simbólicos como Pisac, Quenqo y por último…Machu Pichu.
Mucho se ha escrito sobre esta ciudad, situada en un entorno paisajístico
embriagador, tanto por su belleza y riqueza arquitectónica, como por la relación
de proporciones, tamaños y alturas. Siempre se la ha considerado como “la ciudad
perdida”, o la “ciudad secreta” de los incas, y sobre su origen no faltan las más
imaginativas y fantasiosas teorías. Pero, es muy probable que hacia el año 1440,
Pachacutec ordenara la construcción del complejo urbano debido a la visión de
éste como lugar sagrado y enigmático, en una zona de confluencia de valles donde
existía una densidad de población considerable y diversos núcleos de producción
agrícola que la abastecían así como a los habitantes de Machu Pichu, ciudad que
se comunicaba con otras localidades mediante una red de hasta ocho caminos.
En esta ciudad vivieron durante mucho tiempo la cohorte de Pachacutec
y las acllas, mujeres bellas escogidas por los rincones del Tahuantinsuyo para
servir al Inca y al dios Sol. Se daba la circunstancia,
que una de las políticas más comunes llevadas a
cabo por los antiguos incas, fue el reasentamiento
en diferentes lugares del imperio de mitimae,
pertenecientes a diversos grupos étnicos sometidos
por ellos y Machu Pichu, no fue una excepción, ellos
constituyeron la fuerza de trabajo. Por eso, cuando
se produjo la guerra civil entre 1531 y 1532, y la
posterior llegada de los conquistadores españoles,
muchos de estos mitimae aprovecharon para huir y
regresar a sus tierras. Tras estos hechos, la ciudad
quedó prácticamente deshabitada, pero no por ello
dejó de existir.
Sobre las leyendas acerca del desconocimiento
de su existencia por parte de los españoles, cabe
hacer algunas puntualizaciones; en primer lugar,
los conquistadores introdujeron un sistema de
ARMAS Y CUERPOS 35