Logística: Matemáticas y Ejército I. - Universidad de Zaragoza

Coronel D. Gonzalo Escalona Orcao
Cátedra Cervantes
Semblanza de “Rafa” Ezquerro,
un Magnífico Militar
Queridos Amigos y Compañeros
Cadetes:
Aunque por evidentes razones de
edad y vicisitudes no hayáis tenido la
suerte de compartir algún momento
de vuestra vida con el General Rafael
Ezquerro Solana (“Rafa” Ezquerro
para los que sí la tuvimos), me veo
en la necesidad y obligación de
contaros algo sobre su estilo de vida,
personalidad y virtudes que apoyaron
y facilitaron tanto su andadura por
este mundo como su Acción de
Mando en el seno del Ejército al que
dedicó su vida.
Este orgulloso y vocacional
Riojano, así como Español ejemplar,
se formó como Oficial de Infantería
con la XXXIV Promoción de esta
Casa, de la que siempre se sintió
profundamente orgulloso. Fue
habitual “Inquilino” del reducidísimo
Cuadro de Honor de los Cadetes de
la Academia, acreditando con orgullo
la “Lechuga” que solamente lucían
los verdaderos privilegiados por su
valía para el Servicio siendo, a la vez
que enemigo de actitudes soberbias
por esto, profundamente amable y
cariñoso con todos sus compañeros.
Este magnífico puesto académico lo
repitió como Oficial Diplomado de
Estado Mayor, siendo el primero de
su promoción.
Por azares de la vida, proximidad
de Promoción, ya que pertenezco a la
XXXV, y acción de la Providencia
Divina, coincidí con él en mi primer
destino, como Teniente de Infantería,
en el Grupo de Fuerzas Regulares
de Infantería “Tetuán” Nº 1, en
Ceuta. Ya entonces destacaba por sus
cualidades profesionales y humanas,
apoyo a todos sus compañeros de
empleo, apacibilidad, trato exquisito
y respetuoso, desde sus Superiores
Jerárquicos hasta el Soldado más
Moderno o menos capacitado o
afortunado de su Cía.
Tras posteriores contactos con él,
muy ocasionales, en mi vida, tuve la
fortuna de estar a Sus Órdenes como
ARMAS Y CUERPOS 43
Coronel Jefe de Estudios cuando fue
nombrado General Director de la
Escuela de Guerra del Ejército.
Al poco tiempo de comenzar su
acción de Dirección y Mando, como
Oficial General, el cáncer lo aprisionó
y fue a partir de ese momento cuando
su vida fue un ejemplo para todos
los que tuvimos la inmensa fortuna y
honor de estar a Sus Órdenes.
En ningún momento se dejó
arrinconar por su mortal enemigo,
no le concedió ante los demás la
importancia y trascendencia que
tenía, jamás perdió la alegría e ilusión
por su trabajo y Espíritu de Servicio
a todos sus Subordinados, desde este
Coronel que suscribe, hasta el último
empleado, hombre o mujer, civil de
la Escuela de Guerra.
Recuerdo el comienzo de cada
jornada esperando a que llegara a la
cafetería, muy temprano, con el café,
con todos sus Subordinados, con
su sonrisa y buen humor, haciendo
virutas o restando importancia a
cualquier adversidad, aprovechando
cualquier excusa para “Hacer
unas risas”. Cualquier problema o
inquietud era realmente suyo, sufría
si no lo podía solucionar, se alegraba
infinitamente al ver la satisfacción
ante la resolución favorable y, en
todo momento, jamás dio muestras
de flaqueza ante la enfermedad que
le atacaba sin piedad, de forma que
todos llegábamos a pensar que la
evolución era favorable y que se
mejoraba progresivamente.
Cuando la situación era
realmente dura para él, se retiraba
unos instantes para recuperarse,
regresando a su puesto como si
viniera de tomar un café o darse una
vuelta por la Escuela.