04.06.2013 Views

ELPMUNDOEDICION:

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

EL FINAL DE UN PONTIFICADO / UN PAPA DIFERENTE<br />

Un Papado<br />

repleto de gestos<br />

inolvidables<br />

Juan Pablo II rompió todos los moldes<br />

liderando un Pontificado marcado por<br />

imágenes imborrables que le<br />

convirtieron en una estrella mediática<br />

JOSE MANUEL VIDAL<br />

Enviado especial<br />

ROMA.– La vida de Juan Pablo II<br />

pasará a la Historia no tanto (que<br />

también) por sus palabras, cuanto<br />

por sus gestos. El suyo fue un Pontificado<br />

de gestos. Tanto personales<br />

como pastorales. Imágenes imborrables<br />

de un Papa convertido en estrella<br />

mediática. Imágenes absolutamente<br />

novedosas de un Papa que<br />

rompió todos los moldes. Imágenes<br />

grabadas en la retina de media humanidad<br />

para siempre. Si «por sus<br />

gestos los conoceréis», el Papa Wojtyla<br />

se retrata y nos deja su mejor<br />

legado en ellos.<br />

Gestos de un papa actor, que dominaba<br />

como nadie la escena mediática.<br />

Seguro de sí mismo y de su<br />

liderazgo natural se hacía querer<br />

por las cámaras y les brindaba todo<br />

tipo de poses insólitas. De las que<br />

tanto gustan a los fotógrafos. Como<br />

cuando ponía las manos en los ojos<br />

en forma de gafas, o de pantalla ante<br />

la cara o en los oídos. O cuando<br />

colocaba su mechón de pelo blanco<br />

revuelto por el viento. Gestos que<br />

parecían calculados y pensados, pero<br />

que a él le salían espontáneos,<br />

Seguro de sí mismo,<br />

se hacía querer por las<br />

cámaras y les brindaba<br />

poses insólitas<br />

naturales. Posaba con naturalidad.<br />

Daba palmas, se movía rítmicamente<br />

al son de la música, se apoyaba<br />

en su báculo como en un bastón,<br />

utilizaba su solideo para dar<br />

con él a algún joven en la cabeza<br />

cariñosamente, bostezaba, daba<br />

cabezadas en algunos actos públicos,<br />

rezaba y se recogía con un<br />

místico que parecía levitar, se enfadaba,<br />

lloraba y, sobre todo, bendecía<br />

de todas las formas y maneras y<br />

sonreía. Sus ojos azules, sus grandes<br />

manos y su voz redonda y de<br />

variados registros fueron sus principales<br />

órganos de expresión. Con<br />

ellos encandilaba a los niños y seducía<br />

a los jóvenes.<br />

A las 18.45 horas del 16 de octubre<br />

de 1978, el cardenal Felici proclamaba<br />

solemne: «Habemus Papam».<br />

Y salió al balcón central de<br />

San Pedro el Papa Wojtyla. Son-<br />

riente, bendijo a la gente, dijo que<br />

venía de un país lejano, pidió que, si<br />

se equivocaba en italiano, que lo corrigiesen<br />

y, en el primer gran gesto<br />

de su Pontificado, apoyó sus manos<br />

con firmeza en el borde de la loggia<br />

pontificia y dijo: «¡No tengáis miedo!».<br />

La frase que marcó su Pontificado.<br />

El 27 de marzo de 2005, el Papa<br />

se asoma por penúltima vez a la<br />

ventana de su apartamento. Está<br />

mudo. No consigue hablar. Y hasta<br />

se enfada y da un manotazo al micrófono.<br />

Entre estas dos imágenes,<br />

el Pontificado gestual de Juan Pablo<br />

II El Magno.<br />

Como aquella secuencia del día<br />

del atentado, recostado en brazos<br />

de su fiel secretario, con su blanca<br />

sotana manchada de sangre. Acababa<br />

de devolver a Sandra, una niña<br />

de cinco años, hoy a punto de dar a<br />

luz. Ese gesto con la niña pudo salvarle<br />

la vida. O la Virgen de Fátima,<br />

en cuya corona mandó engastar la<br />

bala casi asesina.<br />

También recorrió el mundo su<br />

imagen con Ali Agca en la cárcel,<br />

preguntándole: «¿Quién te mandó?».<br />

O arrastrando los pies hasta<br />

el Muro de las Lamentaciones para<br />

depositar su papel en una ranura.<br />

O descalzándose en la Mezquita<br />

de Damasco. O entrando por<br />

vez primera en la Sinagoga de Roma.<br />

Pidió perdón (más de cien veces)<br />

por los pecados de la Iglesia y<br />

levantó la excomunión a Galileo,<br />

a Lutero y a los ortodoxos. Y excomulgó<br />

a Lefebvre y acogió de<br />

nuevo a la oveja perdida de monseñor<br />

Milingo.<br />

Gestos ecuménicos y gestos autoritarios.<br />

Como cuando mandaba callar<br />

a la gente que le aplaudía demasiado<br />

y se quejaba de que escuchaban<br />

al cantante, pero no la canción.<br />

O cuando señaló con el dedo índice<br />

amenazador a un compungido Ernesto<br />

Cardenal, entonces ministro<br />

de Cultura del gobierno sandinista<br />

de Nicaragua.<br />

Con Juan Pablo II vimos por vez<br />

primera a un Papa en su cama del<br />

hospital Gemelli, al que llamaba el<br />

Vaticano III, o colocándose a la cabeza<br />

todo tipo de tocados. Desde el<br />

sombrero mexicano, al de cowboy,<br />

las plumas indias o el gorro<br />

esquimal.<br />

Le vimos escuchar a Bob Dylan y<br />

a otras estrellas del rock y posar con<br />

todos los famosos del mundo, desde<br />

la Madre Teresa a Fidel Castro o Mi-<br />

EL MUNDO, MIERCOLES 6 DE ABRIL DE 2005<br />

MUNDO<br />

Karol Wojtyla hace un gesto de dolor durante su rezo en la Basílica de San Juan de Letrán, en Roma, en 2003. / MAX ROSSI / REUTERS<br />

Juan Pablo II bromea ante sus fieles durante una visita a Francia, en 1980. / R. LEVEQUE<br />

jail Gorbachov. O dando la comunión<br />

a Pinochet. Le vimos en Asís,<br />

por dos veces, rodeado de todos los<br />

líderes religiosos del mundo.<br />

Le llamaban el besaaeropuertos<br />

por el gesto de respeto que hacía<br />

cuando visitaba un país por vez primera.<br />

Fue también el Pontífice que<br />

inauguró el papamóvil. Yelprimero<br />

al que vimos tecleando en un ordenador<br />

portátil, nadando en su<br />

piscina, esquiando o escalando los<br />

montes Tatra.<br />

Le vimos de rodillas el 24 de diciembre<br />

de 1999 abriendo la puerta<br />

santa del Año Jubilar. Y canonizando<br />

a 483 santos y 1.345 beatos. Tan<br />

distantes y distintos como Juan<br />

XXIII y San Josemaría Escrivá.<br />

Recibió todo tipo de regalos. Hasta<br />

un prototipo de Ferrari. El siempre<br />

regalaba rosarios. Su lema Totus<br />

tuus es mundialmente conocido y su<br />

rostro seguirá vivo en el corazón y<br />

en la memoria de cientos de millones<br />

de personas en todo el planeta.<br />

Los ‘Papa boys’<br />

y los ‘Woodstock<br />

de la fe’<br />

25<br />

J.M.V.<br />

Pasarán a la Historia como uno de<br />

los signos de este Papado. Son las<br />

concentraciones juveniles en torno<br />

al Papa, en Jornadas Mundiales de<br />

la Juventud o con motivo de sus<br />

viajes por todo el mundo. Las inventó<br />

el difunto Pontífice para estar<br />

cerca de sus Papa boys. Yeso<br />

que él solía decir que nacieron solas,<br />

espontáneamente. Como una<br />

historia de amor.<br />

En España se recuerda todavía<br />

perfectamente las dos grandes<br />

concentraciones juveniles con el<br />

Papa. La primera en Santiago de<br />

Compostela, en el Monte del Gozo,<br />

con un Papa en plena juventud,<br />

acompañado por el entonces arzobispo<br />

de la capital gallega, Rouco<br />

Varela, que consiguió reunir a más<br />

de 500.000 jóvenes junto a Su Santidad.<br />

Y desde entonces, estas concentraciones<br />

no dejaron de ir creciendo<br />

en número y en significación.<br />

Tanto que, en Filipinas, se alcanzó<br />

la cifra récord de cuatro millones<br />

de jóvenes en torno al Karol<br />

Wojtyla. Y en Europa, un millón en<br />

París y dos millones en Tor Vergata,<br />

en la Jornada Mundial que<br />

coincidió con el Jubileo del año<br />

2000 en Roma.<br />

YenEspaña,laúltimagranconcentración<br />

tuvo lugar en Cuatro<br />

Vientos, donde un papa anciano<br />

reunió a más de 700.000 jóvenes<br />

españoles, que vibraron al son de<br />

sus palabras y de su sentido del<br />

humor. Cuando los chavales le gritaban:<br />

«Eres joven», él respondía:<br />

«Un joven de 83 años». Y se emocionó<br />

con el Ave María de Nina<br />

Pastori y con el Color Esperanza,<br />

símbolos de aquel encuentro inolvidable.<br />

Copia para 193.110.128.11

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!