ELPMUNDOEDICION:
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C. Corte / Encabo, Robleño y Marín.<br />
SEVILLA, FERIA DE ABRIL<br />
Cataluña tiene un<br />
torero, con perdón<br />
Seis toros de Hdros. del Conde de la Corte<br />
serios de cabeza, astifinos y bien armados.<br />
Mansos, ásperos, bajos de casta y con<br />
dificultades. Algunos blandearon.<br />
Luis Miguel Encabo: silencio (tres pinchazos<br />
y estocada) y aplausos (estocada<br />
trasera). Fernando Robleño: silencio (estocada<br />
corta, baja y atravesada y tres descabellos)<br />
y palmas (estocada y tres descabellos).<br />
Serafín Marín: oreja (estocada baja)<br />
y gran ovación (bajonazo fulminante).<br />
Plaza de la Maestranza, sexta de abono,<br />
más de media entrada en tarde agradable.<br />
JAVIER VILLAN<br />
SEVILLA.– Serafín Marín, un diestro<br />
catalán, sobrio, torerísimo y<br />
exacto; al menos ayer en La Maestranza.<br />
Cortó una oreja a base de corazón<br />
y buen estilo. Una oreja que es<br />
oro puro, oro de ley, oro líquido incandescente<br />
pasado por el crisol del<br />
estoicismo: aunque el mundo salte<br />
hecho astillas, permaneceré yo impávido;<br />
eso decían los viejos filósofos,<br />
maestros de la serenidad y la sabiduría.<br />
Y algo así debió de pensar<br />
Serafín Marín cuando, imperturbable,<br />
al menos en apariencia, daba la<br />
vuelta al ruedo en La Maestranza.<br />
Quizá esta oreja no sirva de nada<br />
para suavizar la fijación antitaurina<br />
de cierto catalanismo; quizá el catalanismo<br />
centrífugo siga pensando<br />
que esto es cosa de celtíberos bárbaros<br />
y sanguinarios; o virtud de charnegos<br />
inferiores, gentes del sur y de<br />
la inmigración hambrienta. Allá<br />
ellos. Da igual lo que piense de los toros<br />
un republicanismo híspido e insolidario,<br />
o un socialismo cómplice,<br />
devaluado e impostor. El gran problema<br />
de este país llamado España,<br />
pese a sofismas periféricos o ilustra-<br />
dos no son las corridas de toros; el<br />
problema es, como decían algunos<br />
intelectuales del XIX, exiliados por<br />
sus ideas liberales, es el fanatismo<br />
ibérico y los malos gobiernos.<br />
Serafín Marín bordó la verónica<br />
de forma que no es frecuente ver en<br />
los ruedos ni del norte ni del sur ni<br />
del centro; sin rectificar un ápice, sin<br />
un paso atrás, atornilladas las zapatillas<br />
al albero, jugando los brazos<br />
con la vieja sagrada solemnidad con<br />
que un turiferario mueve el incensario:<br />
olor a catedral, a incienso, a canto<br />
gregoriano. Hasta se permitió, cosa<br />
insólita, cargar la suerte en algunos<br />
momentos. Adelantada la pierna,<br />
Serafín Marín no se permitió ni la<br />
más leve rectificación, ni siquiera un<br />
milímetro de concesión ventajista;<br />
conquistada la posición, no hubo<br />
fuerza humana ni divina que le hiciera<br />
dar marcha atrás. Deslumbrante<br />
apertura con la muleta, con pases de<br />
izquierda, pases de pecho: una estética<br />
de la verticalidad y el compromiso<br />
con el toro llevada a sus últimas<br />
consecuencias. Y conducida hasta el<br />
tercio donde fijó al animal.<br />
Faena medida<br />
Tras las verónicas de Marín, entró a<br />
quites Luis Miguel Encabo y dibujó<br />
dos verónicas y una media primorosas.<br />
La réplica a Serafín Marín alcanzó<br />
idénticos grados de excelencia.<br />
La faena de muleta fue corta, pero<br />
intensa y necesaria. Y al decir necesaria,<br />
quiero decir que tuvo la dimensión<br />
exacta, la justa, la que<br />
permitía y exigía el incómodo bicho.<br />
Serafín Marín reivindicó ayer en La<br />
Maestranza la universalidad del toreo<br />
cabal y bien hecho. El tono en el<br />
Tuxedomoon, 27 años<br />
de rock heterodoxo, inicia<br />
una gira por España<br />
JAVIER BLANQUEZ<br />
BARCELONA.– Muchos los vieron<br />
como nihilistas del rock, otros como<br />
pioneros de la vanguardia de la<br />
new wave y otros como padres no<br />
declarados de la escena gótica. Sin<br />
embargo, todos tendrán razón:<br />
desde 1978, año en el que apareció<br />
el maxi No tears, Tuxedomoon ha<br />
transitado por muchos estilos y<br />
ninguno concreto. Jazz, música de<br />
cámara, punk después del punk,<br />
música industrial, por citar algunos<br />
ejemplos.<br />
«Para lo bueno o para lo malo,<br />
Tuxedomoon siempre hemos estado<br />
fuera de moda, en demasiados sitios<br />
a la vez y en ninguno en concreto.<br />
Quisiera poder decir que hemos estado<br />
en el ojo del huracán, pero no».<br />
De este modo reflexionaba ayer mismo,<br />
en un perfecto castellano cultivado<br />
en México, Steven Brown, líder<br />
de la banda de San Francisco,<br />
aunque desde el año 1980 asentada<br />
en Bruselas.<br />
Lo hacía en Barcelona horas antes<br />
de que arranque su gira española<br />
de fechas –este próximo jueves en<br />
Huesca, el viernes en Madrid, el sá-<br />
bado en Valladolid y el domingo en<br />
Murcia–, que muestra a Tuxedomoon<br />
en pleno apogeo tras su regreso<br />
en 1997.<br />
Ha sido una vuelta escalonada.<br />
El año pasado vio la luz Cabin in<br />
the sky, su nuevo disco después de<br />
15 años. «Todos nuestros álbumes<br />
me parecen diferentes unos de<br />
otros», reflexiona Steven Brown,<br />
«pero también es cierto que no hemos<br />
cambiado nada de nuestro sonido,<br />
sólo las ganas. Preparamos<br />
ya otro nuevo».<br />
Brown concluye afirmando que<br />
Tuxedomoon, pese a ser un grupo<br />
oscuro, sigue en la memoria de<br />
mucha gente. «En España, hemos<br />
visto que tenemos fans. Tocamos<br />
el año pasado en Madrid y el lugar<br />
estaba lleno de gente joven y<br />
mayor. Supongo que ahora vienen<br />
a vernos los hijos de nuestros<br />
fans en los 80. En Italia, nos respetan<br />
los nuevos góticos gracias<br />
a nuestro disco Ghost sonata…<br />
Pero en directo tocaremos el nuevo<br />
producto. Y nada de What use<br />
o No tears: no somos un grupo<br />
nostálgico».<br />
EL MUNDO, MIERCOLES 6 DE ABRIL DE 2005 59<br />
CULTURA / TOROS<br />
Inicio de faena de Serafín Marín al tercer toro de la tarde, del que cortó una oreja, ayer en Sevilla. / ESTHER LOBATO<br />
que cerraba plaza fue muy similar,<br />
aunque menos brillante; el toro del<br />
Conde de la Corte también fue de<br />
parecidas condiciones a su hermano<br />
tercero, es decir, muy poco propicio<br />
para el lucimiento. Las imponentes<br />
perchas del morlaco preparaban su<br />
ballestería contra el blanco inmóvil<br />
y estatuario de Serafín Marín. No<br />
humilló nunca el toro del Conde de<br />
la Corte, nunca se entregó. El que<br />
estaba entregado era el torero de<br />
Montcada i Reixat (Barcelona). En<br />
la misma medida en que el inhóspito<br />
bicho acortaba la embestida, Marín<br />
se engrandecía como lidiador. Series<br />
cortas y un par de naturales de<br />
alta escuela, tirando del animal, prolongando<br />
su cortísimo viaje. Lo que<br />
ya no fue de alta escuela fue el inclemente<br />
bajonazo con que lo mandó<br />
para el otro barrio.<br />
Los dos madrileños, Luis Miguel<br />
Encabo y Fernando Robleño, brillaron<br />
menos aunque dejaron constancia<br />
de su oficio y de su seriedad en la<br />
plaza. Luis Miguel Encabo, nada en<br />
el primero y muy bien en el cuarto;<br />
labor medida, labor de un profesional<br />
consciente, sin gestos superfluos<br />
y sin ningún ánimo de darse coba ni<br />
de dar coba al público.<br />
Fernando Robleño, un jabato. Se<br />
fue a toriles en su primero, se hincó<br />
de rodillas e hizo volar la larga cambiada<br />
jugándose la montera y, lo que<br />
es peor, la cabeza. Ni se inmutó<br />
cuando el toro del Conde de la Corte<br />
le tiró dos navajazos que le apuntaban<br />
directamente a la femoral. Valentísimo<br />
Robleño, aguantando las<br />
intermitencias y parones, de un toro<br />
a veces temperamental y decidido y,<br />
en ocasiones, temperamental y receloso.<br />
No cambió mucho el panorama<br />
en el quinto. Y una Maestranza com-<br />
El lengüetazo que no esperaba Penélope<br />
La actriz Penélope Cruz fue besada durante la presentación<br />
de su última película, Sáhara, el pasado lunes<br />
en Hollywood y que se estrena el próximo viernes en<br />
España. En el filme, ‘Pe’ ha tenido que cabalgar a lomos<br />
de un camello, saltar sobre un tren en marcha y<br />
prensiva y consciente de las dificultades<br />
que encerraba la corrida y de la<br />
buena disposición de los toreros, los<br />
trató con respeto y generosidad.<br />
Respecto a los toros de la histórica<br />
divisa, ni condes, ni corte, ni nobleza,<br />
ni aristocracia: malos modos, genio<br />
torvo, que es una degeneración<br />
de la raza. Sangre devaluada, aristocracia<br />
venida a menos, que es el destino<br />
de todas las aristocracias, menos<br />
de aquella encumbrada y cantada<br />
por el mejor Albert Camús de la<br />
resistencia y el humanismo: la aristocracia<br />
del trabajo y de la inteligencia.<br />
Los toros del Conde de la Corte tenían<br />
más de mulos bajos de casta<br />
que de verdaderos toros de lidia. Lo<br />
cual no les da patente ni de bravura<br />
ni de aristocracia. Para aristócratas<br />
afanosos y proletarios, Encabo y Robleño.<br />
Y el toque de distinción de un<br />
torero catalán: Serafín Marín.<br />
FRED POUSER / REUTERS<br />
lanzarse desde un helicóptero. «Soy una aventurera»,<br />
declaró recientemente a este periódico. En este filme<br />
fue donde precisamente se la empezó a relacionar sentimentalmente<br />
con Matthew McConaughey. Eso sí, para<br />
verano volverá con el director Pedro Almodóvar.<br />
Copia para 193.110.128.11