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Los demás partidos consideraron
que las «reflexiones» que planteó
Eduardo Zaplana son aceptables
como tales, desde un punto de vista
teórico, pero le pidieron que dijera
qué cosas concretas pide para que
se aclaren las incógnitas sobre el
11-M. El portavoz popular se refirió,
entonces, a la necesidad de que
comparezcan muchas personas cuya
presencia ya ha rechazado la
Comisión, lo que hace pensar al
resto de los partidos, unánimemente,
que el cambio de actitud del PP
y sus llamadas de ayer al consenso
son «una estrategia» para prolongar
los trabajos de la Comisión.
No obstante, todos los portavoces
se comprometieron a estudiar
las propuestas concretas que el PP
les entregó por la tarde [ver información
en la página siguiente].
Además, rechazaron todas las peticiones
de nuevas comparecencias
que, al inicio de la reunión, solicitó
Zaplana.
Todos los partidos, menos el PP,
creen que ha llegado la hora de dar
término a los trabajos de la Comisión
del 11-M y de preparar las recomendaciones
y conclusiones finales,
salvo que surja alguna novedad
de especial importancia. El diputado
socialista Diego López Garrido
fue muy claro: «La Comisión
se encamina hacia su recta final».
«El PP lo que quiere es mantener
abierta la Comisión siempre, lo
cual es imposible», añadió.
Lo primero que hizo la Comisión
en su reunión de ayer fue rechazar
todas las comparecencias que pidió
Zaplana. Entre ellas figuran las del
actual director del Centro Nacional
de Inteligencia (CNI) y su antecesor
en ese cargo; la del socialista
asturiano Fernando Huarte –que se
entrevistó en tres ocasiones en la
cárcel con Abdelkrim Benesmail, a
quien se considera el lugarteniente
del presunto cerebro de los atentados
del 11-M–, y las de fiscales, policías,
guardias civiles y varias más.
Piden rapidez al Gobierno
En cambio, como ha ocurrido en
ocasiones anteriores, la Comisión
sí aceptó solicitar todos los documentos
nuevos que pidió el PP.
Además, como la mayor parte de
los informes que pidieron al Gobierno
hace varias semanas todavía
no les han sido enviados, acordaron
reclamar al Ejecutivo que los
remita al Congreso lo antes posible,
para que los grupos puedan
elaborar sus conclusiones, según
explicó el presidente de la Comisión,
Paulino Rivero (de Coalición
Canaria).
Asimismo, los comisionados
acordaron solicitar un informe sobre
las actividades de los confidentes
asturianos Antonio Toro y Emilio
Suárez Trashorras, que presuntamente
facilitaron los explosivos
para cometer los atentados.
Lo que tampoco aceptó la Comisión
fue pedir la transcripción de
las conversaciones mantenidas por
el socialista Huarte desde su teléfo-
no móvil y desde el fijo, ya que los
servicios jurídicos del Congreso dijeron
en su día que eso no es legalmente
posible porque sólo puede
acordarlo un juez.
Eduardo Zaplana insistió en la
Comisión, y posteriormente en una
conferencia de prensa, que el PP
considera «prematuro» cerrar ahora
la investigación parlamentaria,
porque todavía hay muchas cosas
que aclarar.
«Nadie está en condiciones de
responder a la cuestión de si el terrorismo
islamista actuó por su
propia iniciativa o contó con la colaboración
de otros grupos terroristas»,
señala el PP en el escrito
que entregó a los demás grupos
con sus «propuestas para la refle-
EL MUNDO, MIERCOLES 6 DE ABRIL DE 2005
ESPAÑA
11-M LA INVESTIGACION / Zaplana expone unas «reflexiones» para convencer a los demás partidos de que aún
hay muchas cosas por aclarar / El PSOE y los demás partidos sólo aceptaron la petición de nuevos documentos
La Comisión acuerda escuchar la conversación de
Huarte con Benesmail y rechaza más comparecencias
Los diputados del PP Manuel Atencia, Alicia Castro, Eduardo Zaplana y Vicente Martínez-Pujalte, ayer en el Congreso de los Diputados. / JAIME VILLANUEVA
AGUSTIN YANEL
MADRID.– Las «reflexiones»
que planteó ayer
Eduardo Zaplana y sus
llamamientos al consenso
son, según los demás
partidos del Congreso,
un intento del PP por
contrarrestar el daño que
le ha hecho el vídeo de la
fundación Faes y una estrategia
para prolongar
la Comisión del 11-M.
A Josep Maria Guinart,
de Convergència i
Unió, le parece que el PP
quiere «prolongar ‘sine
die’ la Comisión», mientras
los demás creen que
ya tienen elementos para
ir concluyendo.
Todos los partidos creen que el PP
busca contrarrestar el vídeo de la Faes
Joan Puig, de Esquerra
Republicana de Catalunya,
afirmó que las palabras
de Zaplana fueron
como «una clase de psicología
analítica». «Es
una reacción a las consecuencias
nefastas del vídeo
[para el PP]. Ha querido
presentar una imagen
en positivo, de consenso,
pero luego no ha
sido así», dijo.
A Emilio Olabarria,
del PNV, le sorprendió la
llamada al consenso del
xión de la Comisión del 11-M». El
portavoz popular explicó que ellos
no piden ahora nuevas comparecencias
con el ánimo de prolongar
los trabajos en el Congreso, sino
«para dar respuesta a los interrogantes»
que existen.
Saber toda la verdad
Insistió Eduardo Zaplana: «Nuestro
interés en que la Comisión del
11-M siga existiendo no es por intereses
políticos, sino por conocer la
verdad. La gente tiene derecho a
conocerla».
No obstante, dijo que si el PSOE
u otros partidos plantean alternativas
a las propuestas del PP, ellos
están dispuestos «a estudiarlas» y a
portavoz del PP, «porque
no se lo habíamos oído
hasta ahora», afirmó, y el
«tono cuasi purpural»
que Zaplana utilizó ayer.
Pero, según dijo, sólo
es «una estrategia para
prolongar los trabajos de
la Comisión ‘sine die’, a
golpe de informaciones
periodísticas». También
es de los que piensan que
el PP aparentó ayer un
«cambio de actitud para
aminorar el impacto tremendo
del vídeo».
La diputada de Nafarroa
Bai, Uxue Barkos, se
sorprendió por «el tono
beatífico» de Zaplana,
que hizo posible que la
reunión fuera por vez
primera «más tranquila y
grata que otras». Pero
añadió que eso no concuerda
con el hecho de
que, ayer mismo, el PP
volviera a pedir comparecencias
ya rechazadas.
Gaspar Llamazares, de
Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya Verds,
«hacer un gran esfuerzo que haga
posible la investigación por parte
de esta Comisión».
Al secretario general del PSOE
en el Congreso, Diego López Garrido,
no le convencieron nada las
«reflexiones» de Eduardo Zaplana.
Recordó que el PP ni siquiera fue
capaz de llegar a un acuerdo con
los demás grupos para apoyar una
resolución conjunta sobre las víctimas
con motivo del primer aniversario
de la masacre, por lo que le
sorprende que ahora llame al consenso.
«Todos los grupos coinciden en
que el objetivo central de la Comisión
es ver qué falló en el 11-M, para
que no se vuelva a repetir. Pero
hay un partido, el PP, que no pien-
dijo que no se sabe con
qué PP trabajaban ayer,
«si es con el de la calumnia
y las vísceras, el del
vídeo, o con el del incienso
beneplácito que nos
trae una propuesta de
consenso que no se corresponde
con sus iniciativas».
Precisamente en relación
al polémico vídeo, la
concejala de Empleo y
Servicios a la Ciudadanía
de Madrid, Ana Botella,
defendió ayer el derecho
de Faes a elaborar un vídeo
«divulgativo» con «el
relato ordenado» de lo
que sucedió en España entre
el 11 y el 14 de marzo.
sa así», dijo López Garrido. «Piensa
que la Comisión debe ser un instrumento
de agresión contra el PSOE
y contra el resto de las fuerzas democráticas».
«Así se plantea en el
vídeo», apostilló.
«Si después del vídeo [de la Fundación
Faes] nos plantean este
consenso, estamos ante una hipocresía
suprema», añadió el secretario
general del Grupo Parlamentario
Socialista.
Diego López Garrido definió la
postura del PP en este asunto como
«mentiras y cintas de vídeo».
«El PP no duda en decir un día una
cosa y al otro la contraria. Lo que
hace es convertir en víctimas del
11-M a Rajoy, Zaplana y Acebes»,
añadió el dirigente socialista.
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