ELPMUNDOEDICION:

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Tony Blair convoca
para el próximo 5 de
mayo las elecciones
generales británicas
El primer ministro regresa al lenguaje del tipo
‘clintoniano’ de la «misión personal» en la política
para conseguir hacerse con una tercera victoria
ANA ROMERO
Corresponsal
LONDRES.– Tras recorrer el escaso
kilómetro y medio que separa el
número 10 de Downing Street del
palacio de Buckingham y pedir
permiso a la reina, Tony Blair regresó
ayer a la puerta de su famosa
residencia para anunciar que las
próximas elecciones generales tendrán
lugar, efectivamente, el próximo
5 de mayo.
Lo hizo de forma breve, en tono
casi lúgubre, y con la advertencia
de que hay que tomar una «gran
decisión»: «El pueblo británico es
el jefe, y los ciudadanos serán los
encargados de decidir».
En realidad, formalismos aparte,
aquí ya llevan meses en campaña,
y desde que el Sun adelantó que las
elecciones serían el 5 de mayo de
2005, nadie ha dudado que el periódico
de Rupert Murdoch no estuviera
en lo cierto. Pero la diferencia
con el anuncio de 2001 no pudo
ser más acusada. Entonces, Blair
fue a un colegio de niñas y convocó
las elecciones como a él le gusta:
de manera glamurosa, entre jóvenes,
y con unas comentadas vidrieras
a la espalda que resaltaban su
condición de moderno predicador.
En estos cuatro años, mucho
han cambiado las cosas para el primer
ministro británico. Entonces,
el Partido Laborista ganó por una
comodísima mayoría de 161 escaños.
Ahora, tres encuestas publicadas
ayer le dan una ventaja de entre
tres y cinco puntos respecto al
Partido Conservador. Una de ellas,
publicada en el Financial Times, sitúa
a los tories cinco puntos por delante
de los laboristas.
Pero estos números no son lo
más preocupante. Lo que realmente
importa a los laboristas es el número
de seguidores que va a acudir a
las urnas dentro de un mes. Para ganar,
los conservadores tendrían que
aumentar su voto en un 10,3%, cosa
que no ha ocurrido en este país desde
el final de la II Guerra Mundial.
Pero si los votantes laboristas se
quedan en casa –bien por apatía,
bien por negarse a votar a un líder
del que ya no se fían– Blair se las
puede ver y desear para que le salgan
las cuentas parlamentarias.
Esto hace que las elecciones del
mes que viene sean las más impredecibles
aquí desde 1992, cuando
John Major destronó a Margaret
Thatcher.
Los asuntos que importan son la
Guerra de Irak, la economía y los
servicios públicos (sobre todo la
educación, la policía y la salud). El
ministro de Economía, Gordon
Brown, dio ayer un discurso en la
City destacando la estabilidad económica
y los dos millones de empleos
creados desde que los laboristas
llegaron al poder en 1997. Lo
que no mencionó Brown es la noticia
que saltó a las portadas la semana
pasada: por primera vez en
10 años, el poder adquisitivo de los
británicos no ha subido.
Aunque los datos económicos
son buenos a grandes trazos, la
cuestión que subyace en esta campaña
es la erosión de ocho años de
EL MUNDO, MIERCOLES 6 DE ABRIL DE 2005
MUNDO
Tony Blair toma una foto con su móvil junto a varios niños y cadetes, ayer, en la Escuela de Navegación de Weymouth. /AP
A. R.
LONDRES.– También
cuando se trata de elegir
a sus representantes, a
los británicos les gusta
hacerlo de manera diferente.EnelReinoUnido
no rige la regla de tener
que convocar elecciones
cada cuatro años.
Tony Blair lo ha hecho
así para maximizar su
ventaja, pero podría haber
esperado hasta el
año que viene.
Tampoco hay aquí límite
temporal para el
cargo de primer ministro.
De ganar por terce-
Gobierno y el daño que la Guerra
de Irak ha hecho a la credibilidad
de Blair. De ahí que la campaña se
prevea feroz, y que Blair intente
personalizarla para recuperar esa
dorada aureola de personaje invencible
de la que se ha rodeado en
1997 y 2001. Así, ayer recuperó ese
lenguaje clintoniano que tanto usa
en situaciones difíciles refiriéndose
‘República Bananera’
o un sistema distinto
ra vez y de quedarse
hasta el final del tercer
mandato (2010), Blair
pasaría a la Historia como
el hermano mellizo
de Margaret Thatcher
en términos de longevidad
política: 13 años al
volante de los destinos
de las Islas Británicas.
Esta semana, un juez
sí parece haber encontrado
similitudes con
las llamadas ‘repúblicas
bananeras’. Utilizando
exactamente esta definición,
un juez ha estimado
que el año pasado,
en las elecciones locales
de Birmingham, el
Partido Laborista robó
hasta 3.000 votos por correo.Elfraudeafectósobre
todo a las zonas musulmanas,
donde se esperaba
que los ciudadanos
fueran más críticos
con los laboristas debi-
a la «misión personal» que le mueve
«cada día de su vida política»:
«El convencimiento de que debemos
crear un país donde, independientemente
de la clase social, el
color, la raza, la religión o el sexo,
uno tenga la oportunidad de desarrollar
al máximo su potencial de
manera que el país también alcance
el máximo de su potencial».
do a la Guerra de Irak.
La forma de contar
los votos es también un
poco peculiar. A mano,
para evitar el fraude, lo
que retrasa considerablemente
el resultado
de los comicios. En la
actual Cámara de los
Comunes, el Partido
Laborista cuenta con
una mayoría de 161 escaños
entre los 659 que
hay en total. Tras la devolución
del Gobierno
escocés, el nuevo tendrá
sólo 646. El que obtenga
324 habrá ganado
las elecciones.
Queda un mes para comprobar
hasta dónde es capaz de llegar
Blair con la fuerza de sus palabras.
Para el líder de la oposición, Michael
Howard, los británicos están
cansados de palabras: «Blair está
sonriendo en secreto ante la perspectiva
de una tercera victoria.
Pues yo os digo: no tenéis por qué
aceptar que eso es un hecho».
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