Congreso Internacional de Actualización Apícola. 26 al 28 ... - anmvea

Cabe destacar la conclusión de que los tratamientos con Apitrit, administrados por medio de
ultraforesis, dieron prueba de eficacia en las afecciones articulares mencionadas.
Pochinkova (1978) al utilizar la fonoforesis ultrasónica con veneno de abejas en la curación de
enfermedades degenerativas de las vértebras investigó 326 enfermos de espondiloartritis. En
todos los enfermos el diagnóstico fue establecido a base de los exámenes clínicos y radiológicos.
En 165 de éstos el proceso doloroso estaba localizado en la parte cervical, en 38 en la parte
toráxica, en 105 en la parte lumbar y en 18 generalizado.
Como mediador de transmisión de le engría de los ultrasonidos y como colector de la sustancia
medicamentosa en fonoforesis se empleó ungüento con veneno de abejas. La dosificación de la
energía de los ultrasonidos dependió del estado, tipo, localización de la afección y la superficie
de la porción tratada y osciló de 0.2 a 0.5 w/cm cuadrado. La duración de cada tratamiento fue de
5-12 minutos en 12-15 visitas. La terapia comenzó después del análisis biológico de sensibilidad
del paciente al veneno de abejas.
El principal síntoma de todos los pacientes fue el dolor; en 326 pacientes, éste fue acentuado.
Después del tratamiento en un número de 194 enfermos (59.5 %) desapareció el dolor, en 98 (30
%) se le redujo en intensidad y área de difusión, o se manifestó solamente en ciertas condiciones
(cansancio, resfriamiento); en los 34 restantes (10.5 %) el síndrome doloroso no se modificó. Se
pudo concluir que el tratamiento tuvo una influencia favorable en el estado general de los
enfermos.
Pochinkova (1985) aplicó en 100 pacientes con complicaciones neurológicas de la espondilartritis
diferentes formulaciones elaboradas a base de veneno de abejas (Apisartron, Forapin,
Mellivenon). Para la terapéutica utilizó los puntos biológicamente activos conocidos por la
acupuntura, localizados e lo largo del mediador lumbar de la columna vertebral y en la primera y
segunda línea lateral, igual que a lo largo de las líneas de las extremidades inferiores delanteras,
interiores y exteriores. Del total de pacientes, 30 padecían neuralgia lumbar, 30 radiculitis
lumbosacra, 30 radiculalgía L5-S 1, 30 radiculalgia L4-L5 y 10 radiculalgia L3-L4. Se
diagnosticaron signos de irritación en todos los pacientes. Diez de ellos sufrieron perturbaciones
vegetativas, acompañadas por variaciones de la temperatura de la piel. Catorce pacientes tenían
menos de 40 años, 37 entre los 40-50 años, 11 entre 60-70 y 2 tenían 70 años de edad. Fueron
en total 56 mujeres y 44 hombres.
En la mayoría de los casos la enfermedad fue provocada por resfriamientos, catarros o
microtraumatismos (movimientos bruscos).
En 56 pacientes las recidívas fueron frecuentes y los tratamientos anteriores de otra naturaleza
no tuvieron efecto alguno.