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segundo%20libro%20Cincuenta%20sombras%20oscuras

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espalda.<br />

Él echa la cabeza hacia atrás y me mira con el ceño fruncido.<br />

—¿Qué quieres decir con «Y»? —replica.<br />

Contemplo su rostro encantador y malhumorado.<br />

—Christian, estoy bien.<br />

Me rodea entre sus brazos aún más fuerte.<br />

—Cuando pienso en lo que podría haber pasado —murmura, y hunde la<br />

cara en mi pelo.<br />

—¿Cuándo aprenderás que soy más fuerte de lo que aparento? —susurro<br />

para tranquilizarle, pegada a su cuello, inhalando su delicioso aroma.<br />

No hay nada en este mundo como estar entre los brazos de Christian.<br />

—Sé que eres fuerte —musita en tono pensativo.<br />

Me besa el pelo, pero entonces, para mi gran decepción, me suelta. ¿Ah?<br />

Me inclino y saco otro artilugio del cajón abierto: varias esposas sujetas a<br />

una barra. Lo levanto.<br />

—Esto —dice Christian, y se le oscurece la mirada— es una barra<br />

separadora, con sujeciones para los tobillos y las muñecas.<br />

—¿Cómo funciona? —pregunto, realmente intrigada.<br />

—¿Quieres que te lo enseñe? —musita sorprendido, y cierra los ojos un<br />

momento.<br />

Le miro. Cuando abre los ojos, centellean.<br />

—Sí. Quiero una demostración. Me gustar estar atada —susurro, mientras<br />

la diosa que llevo dentro salta con pértiga desde el búnker a su chaise longue.<br />

—Oh, Ana —murmura.<br />

De repente parece afligido.<br />

—¿Qué?<br />

—Aquí no.<br />

—¿Qué quieres decir?<br />

—Te quiero en mi cama, no aquí.<br />

Coge la barra, me toma de la mano y me hace salir rápidamente del cuarto.<br />

¿Por qué nos vamos? Echo un vistazo a mi espalda al salir.<br />

—¿Por qué no aquí?<br />

Christian se para en la escalera y me mira fijamente con expresión grave.<br />

—Ana, puede que tú estés preparada para volver ahí dentro, pero yo no. La<br />

última vez que estuvimos ahí, tú me abandonaste. Te lo he repetido muchas veces,<br />

¿cuándo lo entenderás?<br />

Frunce el ceño y me suelta para poder gesticular con la mano libre.<br />

—Mi actitud ha cambiado totalmente a consecuencia de aquello. Mi forma<br />

de ver la vida se ha modificado radicalmente. Ya te lo he dicho. Lo que no te he dicho<br />

es… —Se para y se pasa la mano por el pelo, buscando las palabras adecuadas—. Yo

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