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segundo%20libro%20Cincuenta%20sombras%20oscuras

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20<br />

Te casarás conmigo? —susurra, incrédulo.<br />

Yo asiento, nerviosa, ruborizada y ansiosa, y sin creer apenas su<br />

reacción… la de este hombre al que creí que había perdido. ¿Cómo puede no entender<br />

cuánto le quiero?<br />

—Dilo —me ordena en voz baja, con una mirada intensa y ardiente.<br />

—Sí, me casaré contigo.<br />

Inspira profundamente y de repente me coge en volandas y empieza a darme<br />

vueltas alrededor del salón de un modo muy impropio de Cincuenta. Se ríe, joven y<br />

despreocupado, radiante de una alegría eufórica. Yo me aferro a sus brazos, sintiendo<br />

cómo sus músculos se tensan bajo mis dedos, y me dejo llevar por su contagiosa risa,<br />

aturdida, confundida, una muchacha total y perdidamente enamorada de su hombre. Me<br />

deja en el suelo y me besa. Intensamente, con las manos a ambos lados de mi cara, y su<br />

lengua insistente, persuasiva… excitante.<br />

—Oh, Ana —musita pegado a mis labios, y eso me enciende y hace que<br />

todo me dé vueltas.<br />

Él me quiere, de eso no tengo la menor duda, y disfruto del sabor de este<br />

hombre delicioso, este hombre al que creí que nunca volvería a ver. Su felicidad es<br />

evidente —le brillan los ojos, sonríe como un muchacho—, y el alivio que siente es<br />

casi palpable.<br />

—Pensé que te había perdido —murmuro, todavía abrumada y sin aliento<br />

por ese beso.<br />

—Nena, hará falta algo más que un 135 averiado para alejarme de ti.<br />

—¿135?<br />

—El Charlie Tango. Es un Eurocopter EC135, el más seguro de su gama.<br />

Una emoción sombría cruza fugazmente por su rostro, distrayendo mi<br />

atención. ¿Qué me oculta? Antes de que pueda preguntárselo, se queda muy quieto y<br />

baja los ojos hacia mí con el ceño fruncido, y por un segundo creo que va a<br />

contármelo. Observo sus ojos grises, pensativos.<br />

—Un momento… Me diste esto antes de que viéramos a Flynn —dice<br />

sosteniendo el llavero, con expresión casi horrorizada.<br />

Oh, Dios, ¿adónde quiere ir a parar con esto? Yo asiento, inexpresiva.<br />

Abre la boca.<br />

Yo me encojo de hombros a modo de disculpa.<br />

—Quería que supieras que dijera lo que dijese Flynn, para mí nada<br />

cambiaría.

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