MANUAL DE MERAP - CARE Climate Change

RECUADRO 12: GÉNERO Y M&E: LA DIFERENCIA ENTRE ‘DESAGREGAR PERSONAS
Y CONTAR UNIDADES DE FAMILIA ENCABEZADAS POR MUJERES
Hay diferentes formas de contar personas por género de una manera desagregada. Pueden ser sencillamente
desagregadas por sexo (‘masculino / femenino’), pero muchas veces tiene sentido afinar más la desagregación,
introduciendo rangos de edad o estado civil (soltero/casado/divorciado/viuda). Es importante estar consciente de
que contar el ‘número de mujeres/hombres/niños/niñas no es igual a desagregar unidades de familia encabezadas
por mujeres y las encabezadas por hombres.
Las encuestas cuantitativas muchas veces usan la unidad familiar como su unidad de análisis, lo cuál sólo permite
desagregar los resultados por jefe de familia. Aunque esto es útil, es importante tener en cuenta que este tipo de
desagregación no nos indica más que las diferencias y puntos en común de las unidades de familia encabezadas
por un hombre o por una mujer. No nos da información sobre relaciones más amplias de género, por ejemplo entre
mujeres y hombres de forma más general y en diferentes etapas de sus vidas—por ejemplo entre niños y niñas, o
entre mujeres casadas y hombres casados.
Tanto las mujeres como los hombres cabezas de familia están en una categoría distinta de hombre o mujer, y
cuando una unidad de familia está encabezada por una mujer, muchas veces se debe a circunstancias específicas
como la emigración permanente o de temporada, enfermedad del esposo o la poligamia (unidades de familia
encabezadas por mujeres de forma ‘de facto’, o por divorcio o fallecimiento del esposo (unidades de familia
encabezadas por mujeres de forma ‘legal’). Muchas veces, aunque no de forma automática, las mujeres cabeza de
familia se enfrentan a la exclusión y a la discriminación en cuanto a acceso a recursos, pero a veces tienen más
control sobre los recursos que, por ejemplo, las mujeres que viven en relaciones matrimoniales. Las mujeres cabeza
de familia ‘de facto’ muchas veces asumen tareas o roles que sus maridos no pueden cumplir de forma temporal o
permanente, pero se enfrentan después con obstáculos legales a la hora de tomar decisiones sobre los bienes de
producción, por ej. acceder a la propiedad de la tierra, o a los servicios de extensión.
Segundo, se hace una lista corta de los indicadores entre 1 a 3 para cada resultado. Se puede agregar más en otra
ocasión. Para seleccionar cuáles indicadores forman parte del juego inicial, estos pueden ser clasificados con la
comunidad después de una discusión sobre las siguientes preguntas:
¿Cuáles son los datos más importantes que nos indican algo sobre el resultado?
¿Cuáles indicadores reflejan las necesidades de más de una persona entre los afectados? Los indicadores pueden
ser iguales o distintos dependiendo del grupo.
¿Tenemos indicadores que nos dicen si el cambio en el resultado alcanza a mujeres/hombres/niños/niñas de
forma adecuada, y en particular a los grupos más pobres y marginados? Si no, ¿cómo se puede adaptar un
indicador?, o ¿necesitamos agregar uno?
¿Cuáles indicadores pueden ser fácilmente medidos al nivel comunitario?
¿Hay una mezcla de indicadores cuantitativos y cualitativos para cada resultado?
¿Hay indicadores para medir los cambios en la desigualdad a través del tiempo—para medir, por ejemplo, brechas
socioeconómicas o de género en el acceso a la tierra, a los servicios de extensión,a la educación, servicios de
ecosistemas, etc.?
Estas preguntas se tienen que hacer a los distintos grupos afectados.
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