LA PUERTADE LA SABANAHermanasseparadasSemblanza histórica de Mosquera y Funza, que fueronun mismo territorio: la capital de la nación muisca.Alo que se conoce como Mondoñedo,en la vía Bogotá-La Mesa,lo llamaban en los años sesentasy setentas ‘Zabriskie Point’, por la películadel italiano Michelangelo Antonioni,parte de una trilogía de filmes en inglésque produjo Carlo Ponti.Esas colinas y montañas rojizasy polvorientas eran extrañas y atractivasal mismo tiempo. Parecían lasuperficie de Marte. Allí se hicieronpelículas, sesiones de fotos, caminatasy paseos idílicos.Tenía ese lugar –hoy un simplepasadero hacia una cantera de piedray arena para construcción– un magnetismomuy fuerte. Ahora ya se sabe queesas tierras del municipio de Mosqueratienen, en verdad, algo muy peculiar,que acaso fue lo que les confirió siempreesa vibración y esa atmósfera tan raras.Y es que en su subsuelo aparecieron,en 1951, los restos de uninmenso mastodonte pertenecientea épocas antiquísimas. Tan antiguasque ese estrato de fango y ceniza encuyo seno se encontraron las mandíbulasy las vértebras del enorme animal,es muy anterior a los muiscas.Tiene origen, de hecho, en el llamado‘océano antiguo’, que cubría todosestos territorios en la prehistoria.Cuando los españoles llegaron,todas estas tierras –lo que hoy llamamosFunza y Mosquera, que siemprefueron una sola cosa, un solo territorioen la provincia Sabana del Occidente–,* Escritor.160Por GonzaloMallarino*eran de una belleza inconmensurable.Bosques, praderas, ríos, humedales yquebradas, lagunas, colinas y montes.Mucha de la flora era acuática, así quelos españoles vieron buchones, lirios,guabas, helechos, juncos y lengüevacas.Y por la tierra vieron correr conejosde monte, comadrejas, nutrias, ratonesy zorros. Y por el aire frío y el aguaquieta vieron tinguas, garzas, turpiales,colibríes –que ellos apodaron ‘pájarosmosquitos’–, y gavilanes, halcones ypatos que venían desde Norteamérica.Además, las lagunas y corrientes eranricas en peces como la trucha, y otro quelos muiscas llamaban guapuchas. Es poreso que en alguna época a los habitantesde Funza los llamaron ‘guapucheros’.Por los dedos y las barbas de losespañoles corrieron, además, el olor y eljugo de la piña, la guama, la guanábana,la guayaba y la pitahaya, lo que debió deparecerles una fruición, una revelación.Y después, naturalmente, estabanlos muiscas. Tan de allí, tan connaturalesa ese paisaje y esa fauna que losconquistadores no solo no habían vistonunca, sino que jamás habrían podidosiquiera concebir. Sí, los indígenas. Esdecir, nosotros.EL PUEBLO ANIQUILADOY Funza –con su hermana Mosquera o‘Cuatro Esquinas’, como se le llamó alprincipio, siempre pegada a ella, las dosla misma cosa–, era muy importante.Era la capital de la nación muisca, nadamenos. El centro del zipazgo, paradecirlo con mayor propiedad, a pesarde que zipazgo y zipa no aparecen en eldiccionario de la Real Academia Española.Cosa que resulta irónica, dichosea de paso, si se tiene en cuenta quefueron ellos mismos, los españoles, losque desaparecieron a los zipas. A losgobernantes muiscas quiero decir, nosolamente a unas palabras. A las personasde carne y hueso.En efecto, para 1537 Jiménez deQuesada, en compañía de sus capitanesy soldados, ya había aniquiladoa todos los muiscas que poblaban loque hoy son Funza y Mosquera –quesiempre fueron una y la misma cosa,como ya dije–. Ya habían asesinado alzipa Tisquesusa y a toda su familia y atodas sus comunidades. Adiós zipazgoy zipa y familias y civilización precolombina,y cuanto Dios en su bondadhabía dado.Funza fue, de hecho, la primeraencomienda que concedió Jiménez deQuesada dentro del territorio del zipaTisquesusa. En 1600, el oidor Gómez deMena fundó otra vez a Funza, pero conel nombre de Pueblo Nuevo de Bogotá.
XXXXXfoto: alcaldía de funzaImágenes delos primerosaños de Funzay Mosquera.Arriba, la iglesiaprincipal. Abajo,la plaza central.Vista aérea deMosquera aprincipios delsiglo XX.En 1764, el cura del pueblopidió permiso para desviar las aguasdel Serrezuela, construir un embalse –que se llamó Catama y surtía de aguaa Santa Fe– y para tomar agua parael nuevo Funza en la ‘acequia de SanPatricio’. En 1770, como consta en unacédula real de Carlos III, la monarquíaespañola proscribió incluso el idioma delos muiscas, el ‘muysccubum’, que desdemediados del siglo XVI era la lenguageneral del Nuevo Reino de Granada.En 1810 –año trascendental,como se recuerda, para la tarea de irnoslibrando del azote de los españoles–, lajunta de Santa Fe llamó a Funza Villade Santiago de Bogotá, “con derecho atener cabildo, escudo de armas y demarcaciónterritorial por parte de un geógrafo”,tal como reza en internet.libro de mosquera imágenes y palabras de carlos macias» Funza fue la primera encomiendaque concedió Jiménez de Quesadaen el territorio del zipa TisquesusaLA DESUNIÓNY por último –en una mirada a vuelode pájaro, a vuelo de garza sabanerapor la historia– llegamos al momentocumbre en la epopeya de Funza, a sumomento de mayor prestigio en elconcierto nacional: en 1819, el Congresode Angostura nombró a Funzacapital provisional del Estado Soberanode Cundinamarca.¿Y Cuatro Esquinas? Siguiósiendo lo que era desde la Colonia,un pueblecillo en el cruce de caminosque atravesaban la Sabana. Esos caminosserían después las vías –no digamosautopistas– que van a Madrid, aFacatativá, a La Mesa, a Anapoima eincluso, a Girardot. Era una posadita,tranquila, bonita, que en 1861 se convirtióen distrito municipal.Ese año, Tomás Cipriano de Mosquera,vencedor de las guerras civiles,ordenó expedir el decreto que le arrancabaa Funza el territorio de CuatroEsquinas, dándole a este el estatus dedistrito municipal. Y pasó a llamarseMosquera. Sin embargo, otras versionesdicen que esta separación la hizo elgobernador Justo Briceño, por peticiónde los pobladores.161libro de mosquera imágenes y palabras de carlos macias