LA PUERTADE LA SABANA576accidentes se registraron en la13 entre enero y septiembre de2014. Esto la ubica en el séptimopuesto de las vías con mayoraccidentalidad de Bogotá.Por el momento, las entidadesdistritales y los municipios hanrealizado varias mesas de trabajo,algunas de ellas de tipo técnico, parabuscar soluciones alternas. De todasformas, el argumento desde Bogotáes que el tráfico se ha incrementadotambién por otros corredores viales,entonces no ven la necesidad de quitarla norma sobre la 13.46Los empresarioshan empezadoa sentir lasllegadas tarde,las demoras,elestrés y el bajorendimiento de lostrabajadores.‘CHAO’ PRODUCTIVIDADEl problema de la constante congestiónen la principal arteria que une alos municipios de la Sabana del Occidentecon la capital del país se reflejaen la localidad de Fontibón, dondeya empezó a hacer estragos en el sectorproductivo.Así lo explicó Nicolás GarcíaBurgos, alcalde de Mosquera, quienfotos: andrés gonzálezadvirtió que la aplicación del decreto520 ha traído consecuencias negativasal sector industrial del municipio. “Lomás preocupante es la baja productividadde las empresas”, afirma.García se refirió al malestarexpresado por los empresarios debidoa los trancones y al aumento deltiempo en el viaje hacia Bogotá que,según la visión de ese sector, produce“llegadas tarde, demoras, estrés delos trabajadores y bajo rendimiento”.El funcionario afirmó que este fenómenoha causado “mala imagen”entre los inversionistas y ha perjudicadola llegada de nueva industria aMosquera, lo que, desde su perspectiva,ha “truncado” el desarrollo integralde la región.En los mencionados municipiosha florecido la economía, <strong>especial</strong>mentecon el empuje que ha dadoel sector de la construcción. Desdehace siete años, Mosquera, Funza yMadrid han visto la llegada de importantesconstructoras como Amarilo,Prodesa, Bolívar y Capital, que hanconstruido conjuntos residenciales,lo que generó mayor demanda de losbogotanos.El Dane ratifica este fenómenoen su informe del Censo de Edificaciones.Allí se señala que mientrasen el segundo trimestre de 2012en Cundinamarca se construyeron316.985 metros cuadrados, en elmismo periodo de 2014 esta actividadaumentó a 667.192 metros cuadrados.Tampoco se puede pasar poralto que de las 102 zonas francasque tiene el país en 20 departamentos,las ubicadas en esta zona sonde las más activas. La de Bogotá,
MOVILIDADLuis EduardoGonzález empleaentre dos y treshoras en recorrer14 kilómetrosentre Mosquera yPuente Aranda.establecida en Fontibón –carrera106 con calle 15– presenta la mayorcapacidad con 27,5 por ciento delmovimiento nacional de mercancías.Por su parte, la zona franca de Occidente–ubicada en la troncal de estamisma vía– es responsable del 1,4por ciento, según cifras oficiales.LOS DAMNIFICADOSJennifer Porras es abogada. Vive en laurbanización El Trébol de Mosqueray trabaja en la calle 100 con carreraSéptima, al norte de Bogotá.Ella dice que el decreto 520 les“dañó la vida”, pues ahora setarda entre dos horas y doshoras y media para llegara la oficina. A estaprofesional le dueleperder tantas horas“metida en unbus” tanto de idacomo de regreso,cuando perfectamentepodría estar“compartiendo conmi familia o estudiandootra carrera”.Esa mismasituación la vivetodos los días LuisaNaranjo, quien trabajaen Hayuelos.Ella y un grupode amigos, tambiénafectados, noaguantaron más yen mayo pasadoabrieron una página en Facebook a laque bautizaron ‘No más trancón porla calle 13’. “Vivimos una situacióninjusta porque la gente está perdiendosus trabajos, está quedando mal en launiversidad y no puede cumplir conlas citas médicas”, remata Luisa.Jorge Enrique Machuca López,alcalde de Funza, ahondó en el temaal señalar que si bien hoy se habla deciudades sostenibles, “hay que mirarque estos municipios se abastecen deBogotá” tanto del comercio como entemas educativos, laborales y más.NO ES SOLO MOVILIDADAdemás de ser una procesión diariade autos, motos, bicicletas y camionesde todo tamaño, las condicionesde la calle 13 agravan el problema.La malla vial se encuentraen pésimo estado con huecos pordoquier, los agentes de tránsito brillanpor su ausencia y hay problemasde iluminación. No hay demarcaciónen el asfalto y la basura, los raponeros,los talleres, la falta de planificaciónurbana, y las tractomulas malestacionadas completan el desoladorpanorama. Este entorno se da enmedio de las promesas de la Secretaríade Movilidad de Bogotá de ubicarmás personal uniformado y guías paraayudar a aliviar la situación en lospuntos calificados críticos: HB (calle13 con carrera 18), Sito (calle 13 concarreera 119) y la Avenida Ciudad deCali, entre otros.También creció la imprudenciade los conductores y el riesgo a laseguridad vial. Sin embargo, la SDMinformó que la 13 no es la vía demayor accidentalidad de Bogotá. Estaarteria ocupa el séptimo puesto con576 eventos entre enero y septiembrede 2014. Según esta entidad, la AvenidaBoyacá es la de mayor riesgo.En medio del caos, MiltonOlaya, secretario de Movilidadde Funza, planteó un camino a la» Además de ser una procesión devehículos, las malas condicionesde la 13 agravan el problemasolución del viacrucis diario de loshabitantes de esta zona del departamento.“Invité al doctor Petro y ledije que viniera a Funza e hiciera elejercicio como lo hace un funzano oun mosqueruno. Que saliera de aquía las cinco de la mañana a tomarun bus intermunicipal y miráramoscuánto se iba a gastar de aquí hastaallá para que comprobara lo queestá sufriendo la población con estasmedidas”, concluye.Pero mientras lo hace, la 13seguirá siendo un camino sin salida.47