LA PUERTADE LA SABANAEl ‘boom’del vecindarioFunza y Mosquera se consolidan como dos de los municipios preferidos por losbogotanos para vivir. Los cautivan más zonas verdes, menos congestión vehiculary casas con mayores áreas.Si el historiador Rufino Gutiérrezhubiera tenido la posibilidad deescribir en la época actual susMonografías, en las que entrega un informede cómo encontró cada región quevisitó en un recorrido por gran partedel país en 1921, seguramente algunosfragmentos de las páginas dedicadas aMosquera serían muy diferentes y lasnoticias que le hubiera dado al secretariode Gobierno del departamento,más alentadoras.Según Gutiérrez, en el artículo7 del decreto del 27 de septiembre de1861, con el que se fundó el municipio,se disponía que “los solares que sedemarquen en el área de población delDistrito de Mosquera se darán en propiedada todo el que edifique de tapiay teja dentro del término de un año.El poblador que no edifique dentrodel término fijado, perderá el derechoadquirido para la adjudicación”. Pero,según relata, para la época de su visita,“lo dispuesto en este artículo no se hacumplido sino en una mínima parte, ycomo aún hay solares adjudicados enque no se ha edificado, aconsejamosque se concediese por el Concejo unaprórroga de seis meses para edificar, yque si así no se hace, el Distrito vuelva atomar posesión de esos solares”.Hoy, Mosquera vive algo completamentediferente: la edificaciónde Mosquera avanza a buen ritmoporque el municipio, y su vecinoFunza, están de moda entre los bogotanos.Estas dos poblaciones han protagonizadoen los últimos cinco añosun boom de desarrollo de proyectosde vivienda, impulsado no solo por lospobladores locales, también porque22Bogotá se está quedando sin suelopara albergar a sus residentes.Según Liliana Ricardo Betancourt,arquitecta de la UniversidadNacional y <strong>especial</strong>ista en planificacióndel desarrollo urbano y regionalde la Universidad de los Andes, “quelos capitalinos se estén yendo a vivirfuera de su ciudad es una tendenciaque lleva varios años y obedece a laexpansión de las ciudades a partir deluso masivo del automóvil y a que lasfamilias con poder adquisitivo prefieranvivir en condominios tipo suburbioen la Sabana, replicando el modelode ocupación norteamericano”.A este fenómeno también contribuyeel abandono del centro deBogotá, como ha ocurrido en otrasciudades del mundo. “A esto se sumaque cuando comenzó esta tendencia,en la década de los noventa, la adquisiciónde vehículos particulares hizo quela distancia ya no fuera un problemay las familias prefirieron asentarse enurbanizaciones en el borde la ciudado en condominios en los municipiosvecinos”, agrega Ricardo Betancourt.Pero que el transporte entre laciudad y sus vecinos hoy no fluya comolo hacía hace dos décadas, no ha desmotivadoa los bogotanos para seguircontemplando estos municipios comosu hogar. Según Juan Manuel Rubio,gerente comercial de ConstructoraBolívar, “estas poblaciones ofrecen,en tema de espacio de recreación ytranquilidad, ventajas que Bogotá yano tiene, por eso la gente prefiere sacrificartiempo de transporte a cambio deque sus hijos y ellos mismos disfrutende amplias zonas verdes, menos contaminaciónambiental, visual y auditivay mayor seguridad”.Funza y Mosquera, de acuerdocon los urbanistas, cuentan con másventajas con respecto a otras poblacionesde la Sabana como las de lazona norte –Chía, Cajicá, Zipaquirá,» El precio de la vivienda desempeñaun papel definitivo en la decisiónde trasladarse a estos municipiosetcétera–, pues desde hace variasdécadas han venido creciendo comoepicentros de desarrollo industrial yson sede de varias instituciones educativas,lo que permite que los bogotanosque trabajan allí o que tienena sus hijos estudiando en colegios deeste sector, contemplen como primeraopción trasladarse definitivamente aestos municipios.MÁS ATRACTIVOSPero no solo respirar aire puro y viviren lugares tranquilos motivan a vivirfuera de la ciudad. Los precios dela vivienda y de los servicios públicostambién desempeñan un papeldefinitivo. Rubio asegura que “lasáreas de las casas o apartamentos queconsiguen en Funza y Mosquera sonmayores y a mejores precios. Además
INTRODUCCIÓNfotos: andrés camilo gonzálezLos problemas detransporte entrelos municipios yla capital no handesmotivado a losbogotanos parairse a vivir fuera dela ciudad.la valorización de sus propiedades esproporcional a la de Bogotá”, porqueen Mosquera, por ejemplo, la ofertano es solo para Vivienda de InterésSocial (VIS), sino que ya se encuentranproyectos que ofrecen unidadesde 200 millones de pesos y superiores,lo que eleva la calidad de los predios yel estatus de algunos sectores.Jorge Enrique Alfaro, directoradministrativo de Bioconstrucciones,agrega que en estos municipios elcosto de vida es menor, “y en el temade los servicios públicos un estrato 3de ciudad puede ser equivalente a un2 municipal. Además, los impuestosque se pagan son proporcionales a esecomportamiento económico. Por esoen Funza hay una fuerte apuesta porVIS”, no solo porque en Bogotá nohay suelo para desarrollarla, sino porquees viable para la economía de lasfamilias de estratos 1, 2 y 3.Las constructoras tambiénencuentran ventajas pues es más fácilcomprar, a menores costos, suelolibre, en grandes extensiones, sinnegociaciones individuales predioa predio, como ocurre en Bogotá,donde la escasez de terrenos disponiblesha llevado a que los costos seanhasta dos o tres veces superiores a losde municipios vecinos.EL IMPACTOEste boom de vivir fuera de Bogotátambién tiene sus ventajas y desventajaspara los municipios. Según LilianaRicardo, “para las poblaciones tienede positivo que registran mayor actividadinmobiliaria y económica”, puesnecesariamente para satisfacer lasnecesidades de sus habitantes, debenaumentar la oferta de productos y servicios,lo que incentiva la creación deempresas y dispara el comercio.A eso se suma, según ÁlvaroVélez, gerente general de Tríada Constructora,“que nosotros estamos respondiendorápidamente a una necesidadque el mercado genera, y para lograrlointegramos al desarrollo de proyectosmano de obra local, lo que contribuye areducir las tasas de desempleo”, y en esemismo sentido, se vincula a proveedoresde materiales de las mismas poblaciones.El urbanismo es otro de losbeneficios que llegan con esta tendencia.Jennifer Hidalgo, coordina-23