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Los trabajos de Persiles y Segismunda - Descarga Ebooks

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<strong>Los</strong> <strong>trabajos</strong> <strong>de</strong> <strong>Persiles</strong> y <strong>Segismunda</strong>»Vuelto al navío y resueltos los míos <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarme, los rogué que me <strong>de</strong>jasen el barco, comoen premio <strong>de</strong> los <strong>trabajos</strong> que con ellos había pasado. Dejáronmele, y aun me <strong>de</strong>jaran el navío, siyo le quisiera, diciéndome que si me <strong>de</strong>jaban solo, no era otra la ocasión sino porque les parecíaser sólo mi <strong>de</strong>seo, y tan imposible <strong>de</strong> alcanzarle como lo había mostrado la esperiencia en lasdiligencias que habíamos hecho para conseguirle. En resolución, con seis pescadores quequisieron seguirme, llevados <strong>de</strong>l premio que les di y <strong>de</strong>l que les ofrecí, abrazando a mis amigos,me embarqué y puse la proa en la Isla Bárbara, <strong>de</strong> cuyos moradores sabía ya la costumbre y lafalsa profecía que los tenía engañados, la cual no os refiero porque sé que la sabéis.»Di al través en aquella isla, fui preso y llevado don<strong>de</strong> estaban los vivosenterrados; sacáronme otro día para ser sacrificado; sucedió la tormenta <strong>de</strong>lmar; <strong>de</strong>sbaratáronse los leños que servían <strong>de</strong> barcas; salí al mar ancho en unpedazo <strong>de</strong>llas, con ca<strong>de</strong>nas que me ro<strong>de</strong>aban el cuello y esposas que me atabanlas manos; caí en las misericordiosas <strong>de</strong>l príncipe Arnaldo, que está presente,por cuya or<strong>de</strong>n entré en la isla para ser espía que investigase si estaba en ella mihermana, no sabiendo que yo fuese hermano <strong>de</strong> Auristela, la cual otro día vinoen traje <strong>de</strong> varón a ser sacrificada. Conocíla, dolióme su dolor, previne sumuerte con <strong>de</strong>cir que era hembra, como ya lo había dicho Cloelia, su ama, quela acompañaba; y el modo como allí las dos vinieron, ella lo dirá cuandoquisiere. Lo que en la isla nos sucedió ya lo sabéis; y, con esto y con lo que a mihermana le queda por <strong>de</strong>cir, quedaréis satisfechos <strong>de</strong> casi todo aquello queacertare a pediros el <strong>de</strong>seo en la certeza <strong>de</strong> nuestros sucesos.»Capí tulo VeintiunoNo sé si tenga por cierto, <strong>de</strong> manera que ose afirmar, que Mauricio y algunos <strong>de</strong> los másoyentes se holgaron <strong>de</strong> que Periandro pusiese fin en su plática, porque las más veces, las queson largas, aunque sean <strong>de</strong> importancia, suelen ser <strong>de</strong>sabridas. Este pensamiento pudo tenerAuristela, pues no quiso acreditarle con comenzar por entonces la historia <strong>de</strong> susacontecimientos; que, puesto que habían sido pocos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que fue robada <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Arnaldohasta que Periandro la halló en la Isla Bárbara, no quiso añadirlos hasta mejor coyuntura; ni,aunque quisiera, tuviera lugar para hacerlo, porque se lo estorbara una nave que vieron venirpor alta mar encaminada a la isla, con todas las velas tendidas, <strong>de</strong> modo que en breve rato llegóa una <strong>de</strong> las calas <strong>de</strong> la isla, y luego fue <strong>de</strong> Renato conocida, el cual dijo:-Esta es, señores, la nave don<strong>de</strong> mis criados y mis amigos suelen visitarme algunas veces.Ya en esto hecha la zaloma y arrojado el esquife al agua, se llenó <strong>de</strong> gente, que salió a laribera, don<strong>de</strong> ya estaban para recebirle Renato y todos los que con él estaban. Hasta veinteserían los <strong>de</strong>sembarcados, entre los cuales salió uno <strong>de</strong> gentil presencia, que mostró ser señor<strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>más, el cual, apenas vio a Renato, cuando con los brazos abiertos se vino a él,diciéndole:159© RinconCastellano 1997 – 2011 • www.rinconcastellano.com

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