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Los trabajos de Persiles y Segismunda - Descarga Ebooks

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<strong>Los</strong> <strong>trabajos</strong> <strong>de</strong> <strong>Persiles</strong> y <strong>Segismunda</strong>Capí tulo TreceEntretiénese el dolor y el sentimiento <strong>de</strong> las recién dadas heridas en la cólera y en la sangrecaliente, que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> fría, fatiga <strong>de</strong> manera que rin<strong>de</strong> la paciencia <strong>de</strong>l que las sufre. Lomismo acontece en las pasiones <strong>de</strong>l alma: que, en dando el tiempo lugar y espacio paraconsi<strong>de</strong>rar en ellas, fatigan hasta quitar la vida.Dijo su voluntad Auristela a Periandro, cumplió con su <strong>de</strong>seo, y, satisfecha <strong>de</strong> haberle<strong>de</strong>clarado, esperaba su cumplimiento, confiada en la rendida voluntad <strong>de</strong> Periandro, el cual,como se ha dicho, librando la respuesta en su silencio, se salió <strong>de</strong> Roma, y le sucedió lo que se hacontado. Conoció a Rutilio, el cual contó a su ayo Seráfido toda la historia <strong>de</strong> la Isla Bárbara, conlas sospechas que tenía <strong>de</strong> que Auristela y Periandro fuesen Sigismunda y <strong>Persiles</strong>; díjoleasimismo que, sin duda, los hallarían en Roma, a quien, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que los conoció, veníanencaminados con la disimulación y cubierta <strong>de</strong> ser hermanos; preguntó muchísimas veces aSeráfido la condición <strong>de</strong> las gentes <strong>de</strong> aquellas islas remotas, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> era rey Magsimino yreina la sin par Auristela.Volvióle a repetir Seráfido cómo la isla <strong>de</strong> Tile o Tule, que agora vulgarmente se llamaIslanda, era la última <strong>de</strong> aquellos mares setentrionales, puesto que ``un poco más a<strong>de</strong>lante estáotra isla, como te he dicho, llamada Frislanda, que <strong>de</strong>scubrió Nicolás Zeno, veneciano, el año <strong>de</strong>mil y trecientos y ochenta, tan gran<strong>de</strong> como Sicilia, ignorada hasta entonces <strong>de</strong> los antiguos, <strong>de</strong>quien es reina Eusebia, madre <strong>de</strong> Sigismunda, que yo busco. Hay otra isla, asimismo po<strong>de</strong>rosa ycasi siempre llena <strong>de</strong> nieve, que se llama Groenlanda, a una punta <strong>de</strong> la cual está fundado unmonasterio <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l título <strong>de</strong> Santo Tomás, en el cual hay religiosos <strong>de</strong> cuatro naciones:españoles, franceses, toscanos y latinos; enseñan sus lenguas a la gente principal <strong>de</strong> la isla, paraque, en saliendo <strong>de</strong>lla, sean entendidos por doquiera que fueren. Está, como he dicho, la islasepultada en nieve, y encima <strong>de</strong> una montañuela está una fuente, cosa maravillosa y digna <strong>de</strong>que se sepa, la cual <strong>de</strong>rrama y vierte <strong>de</strong> sí tanta abundancia <strong>de</strong> agua, y tan caliente, que llega almar, y, por muy gran espacio <strong>de</strong>ntro dél, no solamente le <strong>de</strong>snieva, pero le calienta <strong>de</strong> modoque se recogen en aquella parte increíble infinidad <strong>de</strong> diversos pescados, <strong>de</strong> cuya pesca semantiene el monasterio y toda la isla, que <strong>de</strong> allí saca sus rentas y provechos. Esta fuenteengendra asimismo unas piedras conglutinosas, <strong>de</strong> las cuales se hace un betún pegajoso, con elcual se fabrican las casas como si fuesen <strong>de</strong> duro mármol. Otras cosas te pudiera <strong>de</strong>cir -dijoSeráfido a Rutilio- <strong>de</strong>stas islas, que ponen en duda su crédito, pero en efeto son verda<strong>de</strong>ras''.Todo esto, que no oyó Periandro, lo contó <strong>de</strong>spués Rutilio, que, ayudado <strong>de</strong> la noticia que<strong>de</strong>llas Periandro tenía, muchos las pusieron en el verda<strong>de</strong>ro punto que merecían. Llegó en estoel día, y hallóse Periandro junto a la iglesia y templo, magnífico y casi el mayor <strong>de</strong> la Europa, <strong>de</strong>San Pablo, y vio venir hacia sí alguna gente en montón, a caballo y a pie; y, llegando cerca,conoció que los que venían eran Auristela, Feliz Flora, Constanza y Antonio, su hermano, yasimismo Hipólita, que, habiendo sabido la ausencia <strong>de</strong> Periandro, no quiso <strong>de</strong>jar a que otrallevase las albricias <strong>de</strong> su hallazgo, y así, siguió los pasos <strong>de</strong> Auristela, encaminados por la noticia299© RinconCastellano 1997 – 2011 • www.rinconcastellano.com

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