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Los trabajos de Persiles y Segismunda - Descarga Ebooks

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<strong>Los</strong> <strong>trabajos</strong> <strong>de</strong> <strong>Persiles</strong> y <strong>Segismunda</strong>asimismo a las puertas <strong>de</strong> la iglesia, no para esperar a entrarla, sino por hacer el mal quepudiesen; <strong>de</strong>jaron a Bartolomé a pie, porque le <strong>de</strong>jarretaron el bagaje; <strong>de</strong>rribaron una cruz <strong>de</strong>piedra que estaba a la salida <strong>de</strong>l pueblo, llamando a gran<strong>de</strong>s voces el nombre <strong>de</strong> Mahoma; seentregaron a los turcos, ladrones pacíficos y <strong>de</strong>shonestos públicos.Des<strong>de</strong> la lengua <strong>de</strong>l agua, como dicen, comenzaron a sentir la pobreza que les amenazaba sumudanza, y la <strong>de</strong>shonra en que ponían a sus mujeres y a sus hijos. Muchas veces, y quizá algunasno en vano, dispararon Antonio y Periandro las escopetas; muchas piedras arrojó Bartolomé, ytodas a la parte don<strong>de</strong> había <strong>de</strong>jado el bagaje, y muchas flechas el jadraque; pero muchas máslágrimas echaron Auristela y Constanza, pidiendo a Dios, que presente tenían, que <strong>de</strong> tanmanifiesto peligro los librase, y ansimismo que no ofendiese el fuego a su templo, el cual noardió, no por milagro, sino porque las puertas eran <strong>de</strong> hierro y porque fue poco el fuego que seles aplicó.Poco faltaba para llegar el día, cuando los bajeles, cargados con la presa, se hicieron al mar,alzando regocijados lilíes y tocando infinitos atabales y dulzainas, y en esto vieron venir dospersonas corriendo hacia la iglesia, la una <strong>de</strong> la parte <strong>de</strong> la marina, y la otra <strong>de</strong> la <strong>de</strong> la tierra,que, llegando cerca, conoció el jadraque que la una era su sobrina Rafala, que, con una cruz <strong>de</strong>caña en las manos, venía diciendo a voces:-¡Cristiana, cristiana y libre, y libre por la gracia y misericordia <strong>de</strong> Dios!La otra conocieron ser el escribano, que acaso aquella noche estaba fuera <strong>de</strong>l lugar, y al son<strong>de</strong>l arma <strong>de</strong> las campanas venía a ver el suceso, que lloró, no por la pérdida <strong>de</strong> sus hijos y <strong>de</strong> sumujer, que allí no los tenía, sino por la <strong>de</strong> su casa, que halló robada y abrasada.Dejaron entrar el día, y que los bajeles se alargasen y que los atajadores tuviesen lugar <strong>de</strong>asegurar la costa, y entonces bajaron <strong>de</strong> la torre y abrieron la iglesia, don<strong>de</strong> entró Rafala,bañado con alegres lágrimas el rostro, y, acrecentando con su sobresalto su hermosura, hizooración a las imágenes, y luego se abrazó con su tío, besando primero las manos al cura. Elescribano ni adoró, ni besó las manos a nadie, porque le tenía ocupada el alma el sentimiento <strong>de</strong>la pérdida <strong>de</strong> su hacienda.Pasó el sobresalto, volvieron los espíritus <strong>de</strong> los retraídos a su lugar, y el jadraque, cobrandoaliento nuevo, volviendo a pensar en la profecía <strong>de</strong> su abuelo, casi como lleno <strong>de</strong> celestialespíritu, dijo:218-¡Ea, mancebo generoso! ¡Ea, rey invencible! ¡Atropella, rompe, <strong>de</strong>sbarata todo género <strong>de</strong>inconvenientes y déjanos a España tersa, limpia y <strong>de</strong>sembarazada <strong>de</strong>sta mi mala casta, que tantola asombra y menoscaba! ¡Ea, consejero tan pru<strong>de</strong>nte como ilustre, nuevo Atlante <strong>de</strong>l peso <strong>de</strong>esta Monarquía, ayuda y facilita con tus consejos a esta necesaria transmigración; llénense estosmares <strong>de</strong> tus galeras cargadas <strong>de</strong>l inútil peso <strong>de</strong> la generación agarena; vayan arrojadas a lascontrarias riberas las zarzas, las malezas y las otras yerbas que estorban el crecimiento <strong>de</strong> lafertilidad y abundancia cristiana! Que si los pocos hebreos que pasaron a Egipto multiplicaron© RinconCastellano 1997 – 2011 • www.rinconcastellano.com

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