11.07.2015 Views

Los trabajos de Persiles y Segismunda - Descarga Ebooks

Los trabajos de Persiles y Segismunda - Descarga Ebooks

Los trabajos de Persiles y Segismunda - Descarga Ebooks

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Los</strong> <strong>trabajos</strong> <strong>de</strong> <strong>Persiles</strong> y <strong>Segismunda</strong>alas y apresta su carrera, como a émulas suyas, que a su <strong>de</strong>specho están mostrando lamagnificencia <strong>de</strong> los pasados siglos.¡Oh Hipólita, sólo buena por esto! Si entre tantos retratos que tienes, tuvieras uno <strong>de</strong> tubuen trato, y <strong>de</strong>jaras en el suyo a Periandro, que, asombrado, atónito y confuso andaba mirandoen qué había <strong>de</strong> parar la abundancia que en la lonja veía en una limpísima mesa, que <strong>de</strong> cabo acabo la tomaba la música que <strong>de</strong> diversos géneros <strong>de</strong> pájaros en riquísimas jaulas estaban,haciendo una confusa, pero agradable armonía.En fin, a él le pareció que todo cuanto había oído <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> los huertos hesperí<strong>de</strong>os, <strong>de</strong> los <strong>de</strong>la maga Falerina, <strong>de</strong> los Pensiles famosos, ni <strong>de</strong> todos los otros que por fama fuesen conocidosen el mundo, no llegaban al adorno <strong>de</strong> aquella sala y <strong>de</strong> aquella lonja. Pero, como él andaba conel corazón sobresaltado, que bien haya su honestidad, que se le aprensaba entre dos tablas, nose le mostraban las cosas como ellas eran; antes, cansado <strong>de</strong> ver cosas <strong>de</strong> tanto <strong>de</strong>leite, yenfadado <strong>de</strong> ver que todas ellas se encaminaban contra su gusto, dando <strong>de</strong> mano a la cortesía,probó a salirse <strong>de</strong> la lonja, y se saliera si Hipólita no se lo estorbara, <strong>de</strong> manera que le fueforzoso mostrar con las manos ásperas palabras algo <strong>de</strong>scorteses. Trabó <strong>de</strong> la esclavina <strong>de</strong>Periandro, y, abriéndole el jubón, le <strong>de</strong>scubrió la cruz <strong>de</strong> diamantes que <strong>de</strong> tantos peligros hastaallí había escapado, y así <strong>de</strong>slumbró la vista a Hipólita como el entendimiento, la cual, viendoque se le iba, a <strong>de</strong>specho <strong>de</strong> su blanda fuerza, dio en un pensamiento, que si le supiera revalidary apoyar algún tanto mejor, no le fuera bien <strong>de</strong>llo a Periandro; el cual, <strong>de</strong>jando la esclavina enpo<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la nueva egipcia, sin sombrero, sin bordón, sin ceñidor ni esclavina, se puso en la calle:que el vencimiento <strong>de</strong> tales batallas consiste más en el huir que en el esperar. Púsose ellaasimismo a la ventana, y a gran<strong>de</strong>s voces comenzó a apellidar la gente <strong>de</strong> la calle, diciendo:-¡Ténganme a ese ladrón, que, entrando en mi casa como humano, me ha robado unaprenda divina que vale una ciudad!Acertaron a estar en la calle dos <strong>de</strong> la guarda <strong>de</strong>l Pontífice, que dicen pue<strong>de</strong>n pren<strong>de</strong>r enfragante, y, como la voz era <strong>de</strong> ladrón, facilitaron su dudosa potestad y prendieron a Periandro;echáronle mano al pecho, y, quitándole la cruz, le santiguaron con poca <strong>de</strong>cencia: paga que da lajusticia a los nuevos <strong>de</strong>lincuentes, aunque no se les averigüe el <strong>de</strong>lito.Viéndose, pues, Periandro puesto en cruz, sin su cruz, dijo a los tu<strong>de</strong>scos, en su mismalengua, que él no era ladrón, sino persona principal, y que aquella cruz era suya, y que viesenque su riqueza no la podía hacer <strong>de</strong> Hipólita, y que les rogaba le llevasen ante el gobernador, queél esperaba con brevedad averiguar la verdad <strong>de</strong> aquel caso. Ofrecióles dineros, y con esto y conhabelles hablado en su lengua, con que se reconcilian los ánimos que no se conocen, lostu<strong>de</strong>scos no hicieron caso <strong>de</strong> Hipólita; y así, llevaron a Periandro <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l gobernador, viendolo cual Hipólita, se quitó <strong>de</strong> la ventana, y, casi arañándose el rostro, dijo a sus criadas:-¡Ay, hermanas, y qué necia he andado! A quien pensaba regalar, he lastimado; a quienpensaba servir, he ofendido; preso va por ladrón el que lo ha sido <strong>de</strong> mi alma; mirad qué caricias,mirad qué halagos son hacer pren<strong>de</strong>r al libre y disfamar al honrado.281© RinconCastellano 1997 – 2011 • www.rinconcastellano.com

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!