12.07.2015 Views

psicología social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posible

psicología social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posible

psicología social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posible

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

228 Psicología <strong>social</strong>: <strong>perspectivas</strong> y <strong>aportaciones</strong> <strong>hacia</strong> <strong>un</strong> m<strong>un</strong>do <strong>posible</strong>cambio se hizo evidente en el fortalecimiento de su autoimagen al comprender que sus experienciasanteriores —j<strong>un</strong>to con todas las cualidades adquiridas a través de identificaciones anteriorescon modelos parentales o sustitutos, enamoramientos, admiración de héroes o personajes— sonparte de sí mismo.La riqueza de sus capacidades se expresó objetiva y cualitativamente en el interjuego de identificacionesentre lo subjetivo y lo objetivo del espacio de la imaginación, espacio que facilitó la puesta enescena del cuerpo, reviviendo experiencias desagradables tempranas y aprendiendo a reconocerse y aaceptarse, introyectando <strong>un</strong> nuevo autoconcepto a través de la recreación de nuevas situaciones.En este juego de roles, cada adolescente aportó al grupo su bagaje de experiencias y conocimientos,poniéndolos en escena con creatividad e imaginación, produciendo <strong>un</strong>a heterogeneidadde nuevas y f<strong>un</strong>cionales formas de experiencias y conocimientos que el adolescente fue incorporando,rompiendo así el estereotipo de conducta de riesgo que tenía como única forma de conocimientoaprendida en sus vínculos interaccionales.La introducción de los “yo auxiliares” (Moreno, 1995), que f<strong>un</strong>cionan del mismo modo que losobjetos transicionales explicados por Winnicott (1953 y 1979), constituyeron <strong>un</strong>a parte de cada <strong>un</strong>ode los adolescentes —de su m<strong>un</strong>do subjetivo—, pero también <strong>un</strong>a parte externa a ellos —de sum<strong>un</strong>do objetivo—. Esta paradoja se pudo observar en el espacio de la imaginación cuando los yoauxiliares estaban detrás del adolescente protagonista, simulando ser él pero sin llegar a serlo, comoórbitas concéntricas girando alrededor del núcleo, constituido por el protagonista, ayudándolo atomar conciencia de su autoimagen devaluada, de sus partes subjetivas escindidas y/o contradictorias,con el fin de integrarlas en sí mismo; reconociendo al otro como diferente y, por consiguiente,capaz de ver, pensar, sentir y actuar de modos distintos o similares a él y a la discriminación entresus m<strong>un</strong>dos subjetivo y objetivo, integrando de esta forma en <strong>un</strong>a <strong>un</strong>idad dialéctica factores protectorespara promover <strong>un</strong>a autoimagen f<strong>un</strong>cional que posibilitó <strong>un</strong>a mejor interacción con los demás,<strong>un</strong>a percepción del m<strong>un</strong>do más consciente, responsable y flexible, y la construcción de <strong>un</strong> proyectode vida para la realización plena de su potencial.El yo auxiliar fue también lugar privilegiado de la transferencia, ya que permitió que el protagonistaen acción, al dramatizar conscientemente el contenido de las vivencias tempranas (carenciasemocionales, abandonos, pérdidas, autoritarismo, descalificaciones, violencia familiar, temor, amenazasy agresiones) que gestaron sus conductas de riesgo psico<strong>social</strong>es, repitiese en la situacióntransferencial <strong>un</strong>a pauta de conducta anterior, reconociendo a los otros miembros del grupo comodiferentes, para únicamente atribuirles partes o aspectos suyos. Este doble propósito se evidencióen la dramatización a través de los roles atribuidos al yo auxiliar, roles, desde luego, transferencialesy que, por tanto, posibilitaron el conocimiento y el desconocimiento del otro simultáneamente enla medida en que este yo auxiliar era y no era el otro.De forma similar, la inversión de roles permitió al grupo ir tomando conciencia de que yo soyel otro y el otro soy yo. Y al mismo tiempo, de que yo no soy el otro y el otro no soy yo, configurando,como diría Riviere (1978), <strong>un</strong> interjuego dialéctico en espiral que permitió al adolescenteintroyectar representaciones nuevas positivas del otro, sustituyendo la representación negativa quehasta entonces tenía de sí mismo, y simultáneamente proyectar representaciones positivas para queel otro las incorporase a su propia imagen.Aprovechando que cada sesión estuvo conformada por <strong>un</strong>o o varios emergentes de grupoal servicio de <strong>un</strong>a idea objetiva central que conllevó a su vez otros objetivos, y para lo cual los

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!