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un nuevo mundo: construyendo la empresa del futuro - revista iese.

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MÁS ALLÁ DEL BENEFICIO ECONÓMICOl“El avance de <strong>la</strong> globalización ha puesto en el disparaderotodo <strong>un</strong> mo<strong>del</strong>o social artificioso que sebasaba en ficciones”, explica el profesor L<strong>la</strong>no. Añadeque <strong>la</strong> noción de mercado debería ampliarse para incluir<strong>la</strong>s experiencias <strong>del</strong> don y <strong>la</strong> gratuidad. “Si prescindiéramosde <strong>la</strong> generosidad, el m<strong>un</strong>do se pararía”, asegura.Sin embargo, en <strong>la</strong>s últimas décadas el beneficio económicose ha convertido en el único indicador para medirel éxito de <strong>un</strong>a <strong>empresa</strong> y de <strong>la</strong> sociedad en general. Sonlos “efectos perversos” <strong>del</strong> mercado cuando se persiguen“preferentemente beneficios egoístas”, seña<strong>la</strong>L<strong>la</strong>no, cuando en realidad <strong>la</strong>s organizaciones sin ánimode lucro hace tiempo que han demostrado su viabilidadeconómica y su eficacia. “Mejor nos iría si concentráramosnuestros esfuerzos en remontar <strong>la</strong> crisis y ayudar,en primer lugar, a quienes se están quedando sin nada”,afirma L<strong>la</strong>no.Por supuesto, “<strong>la</strong>s <strong>empresa</strong>s han de tener <strong>un</strong> mínimode eficacia (resultados), pero a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo esto no sepuede conseguir sin satisfacer <strong>la</strong>s necesidades de losclientes y de los empleados”, seña<strong>la</strong> el profesor Rosanas.Por ello, añade que los directivos deberían rep<strong>la</strong>ntearsecómo toman <strong>la</strong>s decisiones y cuáles son losobjetivos en que se basan. Ante <strong>un</strong>a decisión, deberíanpreg<strong>un</strong>tarse si proporciona beneficios económicos, sisatisface <strong>la</strong>s necesidades de los empleados y si respondea <strong>la</strong>s necesidades de los consumidores. “Si no respondenafirmativamente a estas tres cuestiones, es que <strong>la</strong>decisión es ma<strong>la</strong>. Si cumplen estas tres premisas, sucomportamiento será ético”, explica.“Si el ídolo de <strong>la</strong> <strong>empresa</strong> son los beneficios, <strong>la</strong>s personasque trabajan allí se convierten en meros instrumentosal servicio de los beneficios”, <strong>la</strong>menta el profesorAriño. “No hay sistemas perfectos”, añade JoanFontrodona, siempre pueden fal<strong>la</strong>r. Por eso importan<strong>la</strong>s personas, que son <strong>la</strong>s que los hacen f<strong>un</strong>cionar, explica.Y en el uso de estos sistemas tienen <strong>un</strong> papel c<strong>la</strong>velos valores de <strong>la</strong>s personas que los manejan.Hay que “equilibrar el afán de riquezas mediante <strong>un</strong>interés creciente por los aspectos ecológicos: lo másimportante es el bien <strong>del</strong> hombre, no su riqueza”, seña<strong>la</strong>Rafael Alvira, catedrático de Filosofía y director <strong>del</strong>Instituto Empresa y Humanismo de <strong>la</strong> Universidad deNavarra. El profesor Calleja asegura que <strong>la</strong> crisis estásuponiendo para muchos “volver a cosas sencil<strong>la</strong>s, personales,íntimas y más auténticas”.Todo esto requiere, entre otras cosas, el liderazgo basadoen el ejemplo. Es razonable preg<strong>un</strong>tarse por quélos líderes <strong>empresa</strong>riales no hicieron más para evitar <strong>la</strong>crisis y para evitar el daño causado a negocios que sesupone debían proteger. La idea <strong>del</strong> CEO superestrel<strong>la</strong>se ha ido al traste por los escándalos corporativos,<strong>la</strong> indignación de los accionistas por ofertas con <strong>un</strong>acompensación excesiva y por <strong>la</strong> propia crisis.“El rendimiento a corto p<strong>la</strong>zo es siempre importante,pero el rendimiento a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo es lo que diferencia“MEJOR NOS IRÍA SICONCENTRÁRAMOSNUESTROS ESFUERZOSPARA REMONTAR LACRISIS Y AYUDAR AQUIENES SE ESTÁNQUEDANDO SIN NADA”Alejandro L<strong>la</strong>no«Lo que podemoscambiar es <strong>la</strong> manera degobernar <strong>la</strong>s <strong>empresa</strong>,y esta iniciativa deberíasalir de los propiosdirectivos»JOSEP M. ROSANASProfesor <strong>del</strong> IESE«El problema no está enlos incentivos, sino en subuen uso»ALBERTO FERNÁNDEZTERRICABRASProfesor <strong>del</strong> IESEal directivo sénior”, afirma el profesor Canals. “La humildades <strong>un</strong>a virtud esencial para cualquier directorgeneral, y debe combinarse y desarrol<strong>la</strong>rse conj<strong>un</strong>tamentecon <strong>la</strong> determinación de lograr los objetivosacordados. Un director general desarrol<strong>la</strong> el talento desus co<strong>la</strong>boradores no solo mediante el empleo de técnicassofisticadas, sino sobre todo a través de su ejemplo,convirtiéndose en <strong>un</strong> mo<strong>del</strong>o positivo para los demás.Un directivo con <strong>un</strong> fuerte sentido de integridad y valo-IESE Revista de Antiguos AlumnosENERO–MARZO 2011 / Nº 12019

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