Entre el c<strong>la</strong>vo y <strong>la</strong> espiga: un reencuentro con <strong>la</strong>s memorias <strong>de</strong>l oficio <strong>de</strong> carpinteroun tema. A ojos <strong>de</strong> mi madre,esto no era más que un pretextopara per<strong>de</strong>r el tiempo.Para el<strong>la</strong>, ese era uno <strong>de</strong> losmotivos por los cuales el trabajo“no les rendía”. Recuerdoque “El Lucho” –uno <strong>de</strong> losmaestros que trabajaba en eltaller– solía <strong>de</strong>cirles a manera<strong>de</strong> broma a mi padre y “alCarlos” –el tercer maestro–que “por lo menos muevan <strong>la</strong>smanos para que a <strong>la</strong> hora <strong>de</strong><strong>la</strong>lmuerzo les <strong>de</strong> hambre”.Las discusiones empezabancasi siempre <strong>de</strong> modosimi<strong>la</strong>r. Uno <strong>de</strong> los tres maestrosno sabía cómo resolveralgún asunto respecto a unmueble. Entonces, siempre aparecía uno–generalmente «el Carlos”, que era segúnmi padre el más generoso en cuanto enseñarcosas– y comentaba sobre como lo haría él,luego discutían sobre <strong>la</strong> forma en que cadauno aprendió ese proceso y cuál sería <strong>la</strong> mejoropción (los tres aprendieron en talleres ytambién en fábricas). En ocasiones, estas interrupcionesen el trabajo no duraban más<strong>de</strong> 5 minutos, en otras, <strong>la</strong> conversación setransformaba en una c<strong>la</strong>se. Solo hacía faltaescuchar <strong>la</strong> frase «esto le cuesta más, vaya,tráigase una tel<strong>la</strong> y conversamos», para saberque se pasarían horas discutiendo sobreun trabajo, pero también sobre el país, <strong>de</strong>política, <strong>de</strong>l artesano, <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia o <strong>de</strong>fútbol. Las discusiones <strong>de</strong>l trabajo llevabansiempre a más cosas. Lo que alguien leyó,lo que alguien vio, lo que alguien escuchó.En ese tiempo, el taller era un espacio <strong>de</strong>memorias don<strong>de</strong> confluían <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra y <strong>la</strong>práctica <strong>de</strong>l oficio. Cuando ingresé al colegio,mi perspectiva sobre el trabajo cambióy empezó a molestarme que mi padre meImagen 7El maestro Luis Sánchez explicando que <strong>la</strong> buenaunión entre dos ma<strong>de</strong>ras <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l buen pulsoSegún Don Luis, al igua<strong>la</strong>r los dos <strong>la</strong>dos con el cepillo <strong>de</strong> mano,se nota el maestro que sabe.lleve a lijar. Dejó <strong>de</strong> estar entre mis p<strong>la</strong>nesel ser carpintero, lo que para mi madre eramotivo <strong>de</strong> tranquilidad, pues para el<strong>la</strong> <strong>la</strong>carpintería no representaba <strong>la</strong> posibilidad<strong>de</strong> una vida económica estable.Este re<strong>la</strong>to, que ubica mis propias memoriasfamiliares, lugar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cual se evocanlos recuerdos <strong>de</strong> re<strong>la</strong>ciones interpersonalesen los espacios <strong>de</strong> trabajo, me permiteabordar los elementos que trataré <strong>de</strong> exponer.En este segundo acápite, busco reve<strong>la</strong>r,a través <strong>de</strong> re<strong>la</strong>tos y memorias <strong>de</strong>l aprendizaje<strong>de</strong>l oficio <strong>de</strong> carpintero, que en el análisis<strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>l trabajo <strong>la</strong> percepción corporales también importante. Se manejaráel argumento <strong>de</strong> que existe una memoriacorporal y que el<strong>la</strong> es parte o resultado <strong>de</strong><strong>la</strong>s transformaciones que ha sufrido el oficioy los materiales usados.Por un <strong>la</strong>do, será necesario ingresaral taller <strong>de</strong> carpintería para preguntarnos¿cómo se establece, a través <strong>de</strong> <strong>la</strong> práctica,un aprendizaje <strong>de</strong>l oficio? Para los carpinteros,¿qué elementos son específicos en esteLennyn Santacruz173Questiones Urbano Regionales
Lennyn Santacruz• Estudios sobre el Distrito Metropolitano <strong>de</strong> Quito174aprendizaje? y ¿cómo estos elementos configuranrepresentaciones simbólicas <strong>de</strong> prestigioy distinción en el trabajo, a través <strong>de</strong>l uso<strong>de</strong> <strong>la</strong>s herramientas? Se busca analizar cómoestos elementos, tal vez inconscientes parael artesano, configuran, a través <strong>de</strong>l aprendizaje,una estructura <strong>de</strong> pensamiento queha permitido apren<strong>de</strong>r procesos mediante <strong>la</strong>observación, <strong>la</strong> mirada y <strong>la</strong> imitación.Si bien los oficios han persistido en <strong>la</strong>ciudad <strong>de</strong> Quito, entre otras cosas graciasa una ambigua mo<strong>de</strong>rnización 32 (Luna,1992), a mi parecer, esta explicación notoma en cuenta <strong>la</strong>s capacida<strong>de</strong>s y estrategias<strong>de</strong> los artesanos para mantener sus talleres,tanto en momentos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo industrial,es <strong>de</strong>cir con <strong>la</strong> proletarizaron <strong>de</strong> losartesanos, como en tiempos <strong>de</strong> flexibilización<strong>la</strong>boral. Por ello, se propone que aúnno se ha profundizado lo suficiente sobre <strong>la</strong>capacidad <strong>de</strong> los artesanos para adaptarse a<strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> cambio en el medio con<strong>la</strong> ayuda <strong>de</strong>l taller y <strong>la</strong> familia, así como <strong>la</strong>capacidad <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los procesos productivos<strong>de</strong> <strong>la</strong>s fábricas.La pedagogía <strong>de</strong>l aprendizaje. Lacomunicación verbal y no verbal en el tallerUn oficio, según los maestros carpinteros,es algo que se apren<strong>de</strong> haciendo; yo aportaríaalgo más y dado que en este aprendizaje32 La ambigua experiencia <strong>de</strong> industrialización en el paísha permitido que coexistan talleres y pequeñas manufacturas,l<strong>la</strong>mados también trabajos informales con medianasy gran<strong>de</strong>s fábricas. El mayor número <strong>de</strong> obrerosque ingresa a <strong>la</strong>s fábricas lo hace a partir <strong>de</strong> 1960, loque involucró un pau<strong>la</strong>tino proceso <strong>de</strong> proletarizacióny pérdida <strong>de</strong> algunas unida<strong>de</strong>s artesanales –para losaños 80 ya habían <strong>de</strong>saparecido casi el 50% <strong>de</strong> talleresartesanales existentes en <strong>la</strong> ciudad. Sin embargo, para1985, estos son reemp<strong>la</strong>zados en un 60% por nuevostalleres, coincidiendo así con <strong>la</strong> flexibilización <strong>de</strong>l trabajoen el país (Middleton, 1991).el cuerpo cobra vital importancia, se podría<strong>de</strong>cir que se apren<strong>de</strong> haciendo y sintiendo.Se apren<strong>de</strong> y se adquiere un sentido <strong>de</strong>l oficiocon un material y con una herramienta.Siguiendo a Bourdieu (2009), aquello quese ha aprendido con el cuerpo no es algoque uno tiene, como un saber que se pue<strong>de</strong>sostener ante sí, sino algo que uno es.El oficio se adquiere a través <strong>de</strong> lo que e<strong>la</strong>utor l<strong>la</strong>ma experiencias primarias, “valoreshechos cuerpo”, <strong>de</strong>bido a una c<strong>la</strong>n<strong>de</strong>stinapersuasión <strong>de</strong> <strong>la</strong> pedagogía implícita, capaz<strong>de</strong> inculcar toda una cosmología, una ética,una metafísica, una política a través <strong>de</strong>mandatos tan insignificantes como “estate<strong>de</strong>recho” o “no sostengas este cuchillo en <strong>la</strong>mano izquierda” y <strong>de</strong> inscribir <strong>de</strong>talles enapariencia más insignificantes, como el vestir,<strong>la</strong> compostura, <strong>la</strong>s maneras corporales yverbales (Bourdieu, 2009: 112).Al principio <strong>de</strong>l aprendizaje y a lo <strong>la</strong>rgo<strong>de</strong> <strong>la</strong> enseñanza, <strong>la</strong> diferenciación masculino-femeninaestá incorporada y naturalizadaentre los maestros, como experienciaprimaria que produce formas <strong>de</strong> percepcióny acción, es <strong>de</strong>cir, habitus.Así, se establece un imaginario <strong>de</strong>l legadoa través <strong>de</strong> <strong>la</strong> representación simbólica<strong>de</strong>l cuerpo masculino. Son los hijos varonesquienes heredarían el oficio, mismo que seapren<strong>de</strong> con temp<strong>la</strong>nza y carácter, transmitidocomo parte <strong>de</strong> esa masculinidad,representada en el aspecto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s manos, elcuerpo y el uso <strong>de</strong>l material.De este modo, en los imaginarios corporales<strong>de</strong>l oficio, <strong>la</strong>s manos no solo se presentancomo elemento básico <strong>de</strong>l trabajo: unamanera <strong>de</strong> hacer y usar un material o herramienta<strong>de</strong>terminada, sino que parten <strong>de</strong> <strong>la</strong>imagen que producen en <strong>la</strong> práctica <strong>de</strong>l oficio,es <strong>de</strong>cir: gran<strong>de</strong>s, fuertes y ágiles. También<strong>la</strong>s manos se establecen en re<strong>la</strong>ción a lofísico y lo social: luchadoras, nobles, libres,Questiones Urbano Regionales