LOS PROYECTOS DE REFORMA POLÍTICA DE BRAVO MURILLO EN PERSPECTIVA
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Documentos<br />
1852, con la consiguiente entrada en vía muerta, al menos y de<br />
hecho, de su estricto proyecto de reforma.<br />
Por otra parte, en el segundo apartado de este apéndice<br />
de Documentos insertamos una «selección de fragmentos» del<br />
Tomo IV de los Opúsculos de Bravo Murillo, publicado en 1865,<br />
Opúsculo único, monográficamente dedicado por su autor a<br />
«El proyecto de Reforma de 1852». En este escrito, el político<br />
extremeño hizo, por un lado, una descripción de las vicisitudes<br />
del proceso de formación de aquel proyecto en el seno de su<br />
Gobierno, de los conflictos que surgieron tanto con los círculos<br />
cortesanos, –con especial referencia al posicionamiento de la ex<br />
Reina Gobernadora, M.ª Cristina de Borbón–, como con los<br />
distintos ambientes partidistas, y su razonamiento particular<br />
de las causas que habían abocado, finalmente, a la crisis de su<br />
Ministerio y al embarrancamiento formal de aquel; y por otro<br />
lado, se contenía a la vez en dicho escrito un análisis comparativo<br />
y detallado de su Reforma respecto de la Constitución de<br />
1845, junto, sobre todo, a una extensa y pormenorizada argumentación<br />
en defensa retrospectiva de aquella.<br />
Es preciso tener en cuenta, siempre, el tiempo político en<br />
que se produjo la publicación del citado Opúsculo. Para aquel<br />
momento, su autor, como él mismo confesaría, estaba ya plenamente<br />
retirado de la primera línea de la actividad política. 1858<br />
había sido un año en que, en un principio, se había colocado<br />
en un horizonte muy presumible el retorno de Bravo Murillo<br />
a la Presidencia del Consejo de Ministros, y con ello el posible<br />
replanteamiento de la reforma de 1852. Su elección a la Presidencia<br />
del Congreso, a la cabeza de la entonces llamada liga<br />
blanca, y ciertos usos políticos de época, así lo parecían augurar.<br />
Llegó a ser interpelado al respecto en la Cámara popular, y quizás<br />
ello estuviese en la base de su afamado y difundido discurso<br />
en el Congreso de 30 de enero de 1858, –que luego se repro-<br />
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