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AMNISTÍA INTERNACIONAL

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PERSPECTIVA<br />

REGIONAL:<br />

AMÉRICA<br />

A pesar del discurso público sobre<br />

democracia y progreso económico, y de la<br />

esperanza de que por fin terminara en<br />

Colombia el último conflicto armado del<br />

continente, las Américas continuaron siendo<br />

una de las regiones más violentas y<br />

desiguales del mundo.<br />

En toda la región, el año estuvo marcado<br />

por la tendencia a una retórica contraria a los<br />

derechos, racista y discriminatoria tanto en<br />

las campañas políticas como por parte de las<br />

autoridades del Estado, una retórica que los<br />

medios de comunicación de mayor difusión<br />

asumieron y normalizaron. En Estados<br />

Unidos, Donald Trump fue elegido presidente<br />

en noviembre tras una campaña electoral en<br />

la que causó consternación por su discurso<br />

discriminatorio, misógino y xenófobo, y<br />

suscitó honda preocupación por el futuro<br />

compromiso de Estados Unidos para con los<br />

derechos humanos tanto a nivel nacional<br />

como global.<br />

La situación de crisis de los derechos<br />

humanos en la región se vio acelerada por<br />

una tendencia al aumento de los obstáculos<br />

y las restricciones a la justicia y a las<br />

libertades fundamentales. Las oleadas de<br />

represión se tornaron cada vez más visibles y<br />

violentas; con frecuencia, los Estados<br />

hicieron un uso indebido de los sistemas<br />

judiciales y de los aparatos de seguridad para<br />

responder a la disidencia y al creciente<br />

descontento de la ciudadanía, y aplastarlos<br />

de modo implacable.<br />

Imperaban en toda la región la<br />

discriminación, la inseguridad, la pobreza y<br />

los daños al medio ambiente. El<br />

incumplimiento de las normas<br />

internacionales de derechos humanos<br />

también quedó patente en la amplia brecha<br />

de desigualdad —en la riqueza, el bienestar<br />

social y el acceso a la justicia—, sustentada<br />

por la corrupción y la falta de rendición de<br />

cuentas.<br />

Los obstáculos arraigados y generalizados<br />

en el acceso a la justicia y el debilitamiento<br />

del Estado de derecho eran comunes a<br />

muchos países de la región. Paralelamente,<br />

era habitual que los abusos contra los<br />

derechos humanos quedaran impunes y, en<br />

algunos casos, la ausencia de sistemas<br />

judiciales independientes e imparciales<br />

protegía aún más los intereses políticos y<br />

económicos de una minoría.<br />

Este contexto hizo posible que se<br />

perpetuaran las violaciones de derechos<br />

humanos. En particular, prevalecían la tortura<br />

y otros malos tratos, a pesar de que países<br />

como Brasil, México o Venezuela dispusieran<br />

de legislación en contra de la tortura.<br />

Las deficiencias de los sistemas de justicia<br />

—a las que se sumaba el hecho de que los<br />

Estados no aplicaran políticas de seguridad<br />

pública para proteger los derechos humanos<br />

— elevaron los niveles de violencia. Países<br />

como Brasil, El Salvador, Honduras, Jamaica,<br />

México y Venezuela presentaban las tasas de<br />

homicidio más altas de mundo.<br />

La violencia y la inseguridad endémicas a<br />

menudo se vieron agravadas por la<br />

proliferación de armas pequeñas ilegales y el<br />

crecimiento de la delincuencia organizada<br />

que, en algunos casos, se había hecho con el<br />

control de territorios enteros, a veces con la<br />

complicidad o la aquiescencia de la policía y<br />

el ejército.<br />

El “Triángulo Norte” de Centroamérica,<br />

formado por El Salvador, Guatemala y<br />

Honduras, era uno de los lugares más<br />

violentos del mundo; allí se mataba a más<br />

personas que en la mayoría de las zonas de<br />

conflicto del planeta. La tasa de homicidio de<br />

El Salvador (108 habitantes de cada<br />

100.000) era una de las más altas del<br />

mundo. La vida cotidiana de muchas<br />

personas se vio ensombrecida por la acción<br />

de las bandas delictivas.<br />

La violencia de género, muy extendida,<br />

seguía siendo uno de los fracasos más<br />

deplorables de los Estados en las Américas.<br />

En octubre, la Comisión Económica para<br />

América Latina y el Caribe reveló que en la<br />

26 Informe 2016/17 Amnistía Internacional

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