AMNISTÍA INTERNACIONAL
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étnicas y entre comunidades en el<br />
prolongado periodo preelectoral, unida a la<br />
debilidad de las respuestas de índole<br />
administrativa y en materia de seguridad,<br />
alimentaron la violencia y el reclutamiento de<br />
personas para los grupos armados.<br />
La operación conjunta “Sokola 2”, de las<br />
fuerzas armadas de República Democrática<br />
del Congo y la MONUSCO, persistió en sus<br />
esfuerzos para neutralizar a las Fuerzas<br />
Democráticas de Liberación de Ruanda<br />
(FDLR), grupo armado radicado en el este de<br />
República Democrática del Congo e<br />
integrado por hutus ruandeses vinculados al<br />
genocidio de Ruanda en 1994. La operación<br />
no logró la captura del jefe de las FDLR,<br />
Sylvestre Mudacumura.<br />
Cientos de combatientes de Sudán del Sur<br />
adscritos al Ejército de Liberación Popular de<br />
Sudán en la Oposición (SPLA-IO, por sus<br />
siglas en inglés) entraron en República<br />
Democrática del Congo tras los combates en<br />
la capital sursudanesa, Yuba (véase el<br />
apartado sobre Sudán del Sur).<br />
La agudización de la crisis económica<br />
agravó unos niveles de pobreza ya elevados,<br />
y se registraron brotes de cólera y de fiebre<br />
amarilla que causaron cientos de muertes.<br />
LIBERTAD DE ASOCIACIÓN Y DE<br />
REUNIÓN<br />
Se violó el derecho a la libertad de reunión<br />
pacífica, principalmente en relación con las<br />
protestas contra la prórroga del mandato del<br />
presidente Kabila. Numerosas protestas, la<br />
mayoría organizadas por la oposición política,<br />
fueron declaradas no autorizadas aunque la<br />
legislación de República Democrática del<br />
Congo y el derecho internacional sólo exigían<br />
a los organizadores la notificación de la<br />
convocatoria a las autoridades locales, no la<br />
obtención de autorización. En cambio, las<br />
reuniones organizadas por la coalición<br />
gobernante, Mayoría Presidencial, tuvieron<br />
lugar en gran parte sin injerencias de las<br />
autoridades.<br />
Se impusieron o mantuvieron<br />
prohibiciones generales de las protestas<br />
públicas en la capital, Kinshasa, las ciudades<br />
de Lubumbashi y Matadi y las provincias de<br />
Mai-Ndombe (antes provincia de Bandundu)<br />
y Tanganyika.<br />
Durante el año, 11 activistas del<br />
movimiento juvenil Lucha por el Cambio<br />
(Lutte pour le changement, LUCHA) fueron<br />
declarados culpables de delitos por haber<br />
participado en protestas pacíficas o por<br />
haberlas organizado. Asimismo, más de 100<br />
activistas de LUCHA y de Filimbi, movimiento<br />
juvenil en favor de la democracia, fueron<br />
detenidos antes, durante e inmediatamente<br />
después de protestas pacíficas. Estos y otros<br />
movimientos juveniles, que reclamaban al<br />
presidente Kabila que abandonara el cargo al<br />
término de su segundo mandato, fueron<br />
tildados de insurrectos. Las autoridades<br />
locales los declararon “ilegales” por carecer<br />
de registro, aunque ni la legislación nacional<br />
ni el derecho internacional imponían el<br />
registro como condición previa para constituir<br />
una asociación.<br />
Las autoridades también prohibieron las<br />
reuniones privadas para debatir asuntos<br />
delicados desde el punto de vista político,<br />
entre ellos las elecciones. La sociedad civil y<br />
los partidos políticos de la oposición<br />
encontraron obstáculos para alquilar<br />
instalaciones donde celebrar conferencias,<br />
reuniones y otros actos. El 14 de marzo, una<br />
reunión celebrada en un hotel de<br />
Lubumbashi entre Pierre Lumbi, presidente<br />
del Movimiento Social por la Renovación<br />
(MSR), y miembros de esta organización fue<br />
interrumpida por la fuerza por la Agencia<br />
Nacional de Inteligencia.<br />
Autoridades gubernamentales, entre ellas<br />
el ministro de Justicia y Derechos Humanos,<br />
amenazaron con cerrar organizaciones de<br />
derechos humanos en aplicación de<br />
interpretaciones restrictivas de la legislación<br />
que regulaba el registro de las ONG.<br />
USO EXCESIVO DE LA FUERZA<br />
Las fuerzas de seguridad disolvieron<br />
sistemáticamente las protestas empleando<br />
fuerza innecesaria, excesiva y a veces letal,<br />
que incluyó el uso de gas lacrimógeno y<br />
munición real.<br />
El 19 de septiembre, las fuerzas de<br />
seguridad mataron a decenas de personas<br />
376 Informe 2016/17 Amnistía Internacional