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CAMBIO DE PASO
Es entonces, en este contexto, que cobran
notable signi!cación los actores sociales
que, en vez de mirar a un costado se involucran
y sostienen programas carcelarios
bajo el eje rector de la !losofía del trato
humano de la vulnerabilidad. En 2009,
como fusión de varias pasiones, vio la luz
en Mar del Plata la Asociación Civil Sin
Fines de Lucro Cambio de Paso. Por entonces,
el Juez de la Cámara de Apelaciones
y Garantías de Mar del Plata Esteban
Viñas concretó un interesante proyecto
para llevar la práctica deportiva a las
cárceles fundando junto a colegas y amigos
vinculados al rugby, Cambio de Paso.
Si bien en principio el programa -integrado
en gran medida por ex jugadores,
entrenadores y dirigentes de rugbyproponía
la enseñanza del deporte en los
penales, pronto se sumaron otros actores
y nuevos objetivos. Al rugby se le sumó el
hockey, al deporte los talleres de o!cio y
a los penales los barrios periféricos.
Cambio de Paso es un equipo que opera
en base al trabajo interdisciplinario; por
un lado el cuerpo técnico enseña el
deporte dentro de los penales, forma
equipos, participa en competencias
deportivas e incluso consigue becas para
que muchos de ellos puedan continuar
con la práctica en clubes al !nalizar la
condena. Los talleres de o!cio cumplen
un rol fundamental; muchos de los internos
encuentran su vocación dentro del
programa y salen del penal con herramientas
y capacitación; a su vez hay
becas y se hace un trabajo mancomunado
con empresas e industrias de la ciudad,
logrando incorporarlos a las bolsas de
trabajo. Finalmente, conscientes de que
más del 50% de los internos de las Unidades
Penales tuvo desnutrición infantil,
llevaron el programa a los barrios periféricos:
muchos de los presos pidieron a los
miembros de Cambio de Paso que eso
mismo que estaban haciendo en las
cárceles lo hicieran también en sus propios
barrios.
Actualmente funcionan en el país 56 cárceles
preparadas para 28.000 internos
aunque son más de 43.000 los reclusos,
sin contar los casi 5.000 que hay en comisarías
y la gran cantidad de prófugos con
pedido de captura. Para Viñas, políticamente
hablando, “vende más decir ‘que
los presos se pudran en la cárcel’ que
cumplir el mandato constitucional de
tratamiento humano para la resocialización.
Es más importante invertir en seguridad
(más policías y penitenciarios, más
armamento, más centros de encierro),
que en recursos humanos e infraestructura
digna y adecuada para el tratamiento.
Entendiendo que “los penales, así como
están, solo pueden servir como escuelas
de criminales: el que entra bien sale mal,
el que entre mal sale peor.”
Mientras algunos sectores debaten sobre
el alto número de reincidencias, las condenas
abreviadas, la ‘liberación de
presos’, el rol del Estado y la Justicia en
materia de Seguridad y el uso de la ‘legítima
defensa’, para Cambio de Paso no hay
dudas: la mejor política de Seguridad es
aquella que favorece la integración social.
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