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instituyó un tipo de préstamo por el que las deudas se indexaban a partir de
la tasa de interés vigente en el mercado.
Como esos intereses fueron, durante varios años, muy elevados en
términos reales, el crecimiento de la deuda contraída era mucho mayor a
la evolución de los ingresos y precios de la economía. Tanto, que hasta
llegaba a superar a la propia cotización de las viviendas.
¿Y por qué las tasas eran exorbitantes? Porque los bancos trataban de
retener como sea los depósitos, que caían en picada ante una corrida por
parte de los ahorristas.
"La circular 1050 transformaba las tasas de interés en índices financieros.
Pero, además, es tristemente célebre porque su lanzamiento coincidió con
la quiebra del Banco de Intercambio Regional", recuerda el prestigioso
economista Juan Carlos de Pablo.
A modo de ejemplo, una persona que ganaba $3 compraba un inmueble
de $100 (50% al contado y 50 cuotas de $1). Al año, se encontraba con que
esa unidad seguía valiendo lo mismo pero los precios sobre los que se
calculaban la indexación se habían cuadruplicado y su sueldo, duplicado.
En otras palabras, ante el incremento desproporcionado de la deuda, al
cabo de cierto se topaba frente a una durísima realidad: el saldo que le
quedaba por cancelar superaba el precio de mercado de la vivienda.
Ni siquiera vendiéndola podían deshacerse del compromiso asumido con el
banco.
Ese fue el punto de partida de una de las peores crisis que debió soportar el
sistema financiero argentino, que hizo que en poco tiempo desaparecieran
varios de los principales bancos.
Hay otro riesgo clásico en los mecanismos de ajuste por inflación: si durante
un período prolongado se "plancha" el tipo de cambio, entonces el saldo de
la deuda comienza a crecer en términos de dólares.
Pero el mercado inmobiliario no se rige por UVA sino por el billete verde. De
manera que puede ocurrir que la deuda dolarizada crezca más rápido que el
precio del inmueble, lo que genera un desestímulo para seguir pagando la
cuota.
Este riesgo, con algún tipo de variantes, ha ocurrido en muchos países.”…(1)
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