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E/CÏÏ.4/1571<br />
página 58<br />
212. El Relator explicó el propósito de su misión y expresó su preocupación por<br />
el hombre con quien había estado hablando cuando ocurrió el incidente. Ridió al<br />
Gobernador, <strong>com</strong>o favor personal, que tomara medidas para que no le ocurriera nada.<br />
El Gobernador le aseguró que no existía ningún motivo de preocupación. El Gobernador<br />
y otras autoridades escoltaron entonces al Relator y a sus a<strong>com</strong>pañantes de<br />
regreso a su automóvil. Seguía habiendo mucha gente en las calles, pero el ambiente<br />
festivo parecía haber quedado ahogado por el incidente. El Relator no<br />
tuvo oportunidad de volver a hablar con ninguno de los habitantes de la aldea.<br />
Al marcharse, un vehículo militar le escoltó, sin que lo pidiera, en todo el<br />
trayecbo de regreso hasta Luba.<br />
213. El Relator consideró el incidente <strong>com</strong>o una grave limitación de la libertad<br />
de palabra de la población de Bátete y, al regresar a llalabo, informó de inmediato<br />
al funcionario de enlace del Gobierno sobre lo ocurrido y le instó nuevamente<br />
a tomar medidas para que el hombre de que se trababa no sufriera ninguna<br />
consecuencia por haber hablado con el Relator, El Relator recibió nuevas seguridades<br />
de que no existía motivo alguno de preocupación; sin embargo, desgraciadamente,<br />
le resultó imposible obtener más información sobre cómo había acabado el<br />
episodio.<br />
214. Antes de dejar el país, el I4 de noviembre de 1979, el Relator pudo entrevistarse<br />
en Malabo, con dos hombres procedentes, de Pagalu. Ambos llevaban varios<br />
años viviendo y trabajando en Malabo pero- pudieron proporcionar al Relator información<br />
relativa a "la isla pues sus familias seguían viviendo allí y habían podido<br />
mantener contactos esporádicos con ellas. Declararon que, antes de la llegada<br />
del Presidente Macías al poder, habían existido <strong>com</strong>unicaciones por barco con la<br />
isla todos los meses. En casos de emergencia, podía efectuarle el transporte<br />
mediante embarcaciones de la marina. La isla solía recibir la visita periódica<br />
de médicos. Sin embargo, después de la independencia, la isla sufrió un abandono<br />
progresivo: los buques sólo iban cada seis meses, después cada vez con menor<br />
frecuencia y últimamente sólo cada dos años. Se dejaron de proporcionar servicios<br />
médicos y .en 1973 no se prestó atención a una epidejnia de cólera que originó<br />
la muerte de 4OO a 500 personas. Poco después, la isla sufrió una epidemia de<br />
rubeola que causó la muerte de más de 200 niños. Uno de los informantes había<br />
perdido a seis parientes cercanos en las dos epidemias. Declararon que, durante<br />
el régimen anterior, sólo habían podido recibir noticias de sus familias cada<br />
dos años, cuando el buque hacía su viaje a"la isla. Dijeron que la isla tenía a<br />
lo sumo 3.000 habitantes, en su mayoría ancianos, mujeres y niños que se habían<br />
quedado allí mientras que la mayor parte de los varones jóvenes habían ido a<br />
trabajar'en otros lugares. No había en la isla maestros del Gobierno ni misioneros;<br />
las únicas autoridades eran los jefes tradicionales, aunque los informantes<br />
habían oído que el Gobierno había nombrado recientemente un delegado.<br />
Finalmente, dijeron al Relator que el último buque a la isla había zarpado en<br />
noviembre de 1978 y que no estaban seguros de si el nuçvo Gobierno restablecería<br />
conunicaciones más regulares.