13.03.2013 Views

El Diario de Ana Frank

El Diario de Ana Frank

El Diario de Ana Frank

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

este edificio, sin avisar antes a Kraler y Koophuis. La otra mañana<br />

vino <strong>de</strong> visita el nuevo propietario, acompañado <strong>de</strong> un arquitecto,<br />

para examinar la construcción. Afortunadamente, el señor<br />

Koophuis se encontraba presente; les enseñó toda la casa, salvo<br />

nuestro anexo, diciéndoles que la llave <strong>de</strong> esa puerta la tenía en su<br />

domicilio. <strong>El</strong> nuevo propietario no insistió. ¡Con tal <strong>de</strong> que no<br />

vuelvan para echar una ojeada al anexo! ¡Eso sería amargo para<br />

nosotros!<br />

Papá nos regaló un nuevo fichero, que nos servirá a Margot<br />

y a mí para los libros que ya hemos leído; cada una anotará el<br />

título <strong>de</strong> los libros, el autor, etc. Tengo un cua<strong>de</strong>rno especial para<br />

las palabras extranjeras.<br />

Des<strong>de</strong> hace algunos días, las cosas marchan mejor con mamá,<br />

pero nunca seremos la una confi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la otra. Margot está<br />

cada vez más pronta a sacar las uñas, y hay algo que fastidia a<br />

papá, aunque él, es siempre muy bueno.<br />

Nuevo racionamiento <strong>de</strong> mantequilla y margarina en la mesa.<br />

En cada plato se coloca una pequeña porción. Consi<strong>de</strong>ro que los<br />

Van Daan no realizan un reparto equitativo, pero mis padres temen<br />

<strong>de</strong>masiado las disputas para permitirse una observación. Por mi<br />

parte, creo que a esa gente siempre se le <strong>de</strong>bería pagar con la<br />

misma moneda.<br />

Tuya,<br />

ANA<br />

© Pehuén Editores, 2001.<br />

Miércoles 10 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1943<br />

Querida Kitty:<br />

Anoche tuvimos un cortocircuito, precisamente durante un<br />

bombar<strong>de</strong>o y el ruido ensor<strong>de</strong>cedor <strong>de</strong> los cañones antiaéreos.<br />

No puedo librarme <strong>de</strong>l miedo a los aviones y a las bombas, y me<br />

paso casi todas las noches al lecho <strong>de</strong> papá, buscando allí<br />

protección. Es una niñería, lo admito, pero si tú tuvieras que<br />

)40(<br />

EL DIARIO DE ANA FRANK<br />

pasar por eso... Los cañones hacen un estruendo ensor<strong>de</strong>cedor.<br />

La señora fatalista estaba a punto <strong>de</strong> soltar las lágrimas cuando<br />

dijo, con una vocecita quejumbrosa:<br />

- ¡Oh, qué <strong>de</strong>sagradable! ¡Oh, que estruendo!<br />

Lo que quería <strong>de</strong>cir: «Me muero <strong>de</strong> miedo».<br />

A la luz <strong>de</strong> las velas era menos terrible que en la oscuridad.<br />

Yo me estremecía como si tuviera fiebre y suplicaba a papá que<br />

encendiera nuevamente la velita. Pero él se mantuvo inflexible:<br />

había que permanecer en la oscuridad. De repente empezaron a<br />

tirar con las ametralladoras, lo que es cien veces más aterrador<br />

que los cañones. Mamá saltó <strong>de</strong> la cama y encendió la vela, a<br />

pesar <strong>de</strong> que papá refunfuñaba. Mamá contestó con firmeza:<br />

-¿Es que tomas a <strong>Ana</strong> por un viejo soldado como tú?<br />

Asunto concluido.<br />

¿Te he hablado ya <strong>de</strong> los otros miedos <strong>de</strong> la señora Van Daan?<br />

Creo que no. Si no lo hiciera, no estarías completamente al tanto<br />

<strong>de</strong> las aventuras <strong>de</strong>l anexo. Una noche, la señora creyó oír ladrones<br />

en el <strong>de</strong>sván: percibía sus pasos, no cabía duda, y estaba tan<br />

asustada que <strong>de</strong>spertó a su marido. Pero en ese momento los<br />

ladrones habían <strong>de</strong>saparecido: el señor Van Daan no oyó más<br />

que los latidos <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong> su esposa.<br />

- ¡Oh Putti! (apodo <strong>de</strong>l señor). Seguramente se han llevado<br />

los salchichones y todas nuestras bolsas <strong>de</strong> frejoles. ¿Y Peter?<br />

¿Estará todavía Peter en su cama?<br />

-No te alarmes, que no se han llevado a Peter. No tengas<br />

miedo y déjame dormir.<br />

Pero no hubo más remedio. La señora sentía tal pavor, que<br />

ya no podía volver a conciliar el sueño. Algunas noches <strong>de</strong>spués,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!