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Querida Kitty:<br />
Es el cumpleaños <strong>de</strong> la señora Van Daan. Le hemos regalado<br />
un frasco <strong>de</strong> mermelada, aparte <strong>de</strong> cupones para queso, carne y<br />
pan. Su marido, Dussel y nuestros protectores también le<br />
obsequiaron cosas comestibles, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> flores. ¡Tales son los<br />
tiempos que corren!<br />
Esta semana, <strong>El</strong>li ha estado a punto <strong>de</strong> sufrir una crisis <strong>de</strong><br />
nervios; le habían hecho tantos encargos, insistido tanto sobre<br />
las cosas urgentes y sobre lo que nos faltaba, rogándole que volviera<br />
porque había comprendido mal, que estuvo a punto <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r la<br />
paciencia. No es <strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>rse, cuando se piensa en todo el<br />
trabajo acumulado en la oficina. <strong>El</strong>la reemplaza a Miep, engripada,<br />
y a Koophuis, enfermo; a<strong>de</strong>más, tiene un tobillo lastimado, y se<br />
siente apesadumbrada por problemas sentimentales y <strong>de</strong>be<br />
soportar a un padre regañón. Nosotros, la hemos consolado<br />
diciéndole que nuestra lista <strong>de</strong> encargos se acortaría por si sola sí<br />
ella tuviera la energía y la firmeza suficientes para <strong>de</strong>cirnos que le<br />
falta tiempo.<br />
En cambio, noto que hay tirantez entre papá y Van Daan.<br />
Papá, por una u otra razón, está furioso.<br />
¡Es lo que nos faltaba! ¡Si al menos yo no me viera tan<br />
directamente mezclada en estas escaramuzas! ¡Si pudiera<br />
marcharme! Van a volvernos locos.<br />
Tuya,<br />
ANA<br />
© Pehuén Editores, 2001.<br />
Domingo 17 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1943<br />
Querida Kitty:<br />
Koophuis ha vuelto, gracias a Dios. Está todavía bastante<br />
pálido, pero ya se ha puesto en marcha, lleno <strong>de</strong> ánimo,<br />
encargándose <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r ropas por cuenta <strong>de</strong> Van Daan. Estos<br />
)68(<br />
EL DIARIO DE ANA FRANK<br />
andan cortos <strong>de</strong> fondos,. resulta <strong>de</strong>sagradable, pero es así. La<br />
señora tiene abrigos, vestidos, calzado para reven<strong>de</strong>r, pero no<br />
quiere <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> nada, mientras que el señor no logra ven<strong>de</strong>r<br />
ni un traje porque pi<strong>de</strong> un precio <strong>de</strong>masiado elevado. No se sabe<br />
en qué terminará todo esto. La señora no tendrá más remedio<br />
que <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> su abrigo <strong>de</strong> piel. La disputa entre marido y<br />
mujer sobre el asunto ha sido violentísima; ahora asistimos a la<br />
fase <strong>de</strong> reconciliación: ¡Oh, querido Putty!» y « ¡Kerli adorada!<br />
La cabeza me da vueltas todavía al pensar en las injurias que<br />
aquí se lanzan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace un mes. Papá no abre la boca. Cuando<br />
alguien se dirige a él, se muestra huraño, como si temiera tener<br />
que intervenir en un nuevo litigio. Los pómulos <strong>de</strong> mamá están<br />
rojos <strong>de</strong> emoción. Margot se queja <strong>de</strong> dolores <strong>de</strong> cabeza. Dussel,<br />
<strong>de</strong> insomnio. La señora Van Daan se lamenta todo el día, y yo<br />
estoy enloqueciendo <strong>de</strong>l todo. En verdad, termino por olvidar<br />
con quién habíamos regañado y con qué persona hemos hecho<br />
las paces.<br />
Sólo el estudio me aleja <strong>de</strong> esos pensamientos, y por lo tanto<br />
le <strong>de</strong>dico mucho tiempo.<br />
Tuya,<br />
ANA<br />
Viernes 29 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1943<br />
Querida Kitty:<br />
Otra resonante gresca entre el señor y la señora Van Daan.<br />
Cuestión financiera. Los Van Daan se han comido su dinero, ya<br />
te lo a<strong>de</strong>lanté. Hace algún tiempo, el señor Koophuis habló <strong>de</strong><br />
un amigo que trabaja en el comercio <strong>de</strong> pieles; el señor Van Daan<br />
tuvo entonces la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r un abrigo <strong>de</strong> pieles <strong>de</strong> su mujer<br />
enteramente <strong>de</strong> conejo, y ya llevado por ella durante diecisiete<br />
años. Han obtenido por él 325 florines, lo que es un precio enorme.