You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Querida Kitty:<br />
<strong>El</strong> sol brilla, el cielo es <strong>de</strong> un azul intenso, el viento es<br />
agradable, y yo tengo unas ganas locas -unas ganas locas- <strong>de</strong> todo...<br />
De charlar, <strong>de</strong> libertad, <strong>de</strong> amigos, <strong>de</strong> soledad. Tengo unas ganas<br />
locas... <strong>de</strong> llorar. Querría estallar. Las lágrimas me apaciguarían, lo<br />
sé, pero soy incapaz <strong>de</strong> llorar. No me quedo quieta, voy <strong>de</strong> una<br />
habitación a otra, me <strong>de</strong>tengo para respirar a través <strong>de</strong> la rendija<br />
<strong>de</strong> una ventana cerrada, y mi corazón late como si dijera: «Pero,<br />
vamos, satisface <strong>de</strong> una buena vez mi <strong>de</strong>seo......<br />
Creo sentir en mí la primavera, el <strong>de</strong>spertar <strong>de</strong> la primavera;<br />
lo siento en mi cuerpo y en mi alma. Me cuesta lo in<strong>de</strong>cible<br />
portarme como <strong>de</strong> costumbre, tengo la cabeza enmarañada, no<br />
sé qué leer, qué escribir, qué hacer. Sólo sé que me inva<strong>de</strong> una<br />
gran ansiedad.<br />
Tuya,<br />
ANA<br />
© Pehuén Editores, 2001.<br />
Domingo 13 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1944<br />
Querida Kitty:<br />
Des<strong>de</strong> ayer, muchas cosas han cambiado en mí. Escucha. Yo<br />
sentía una ansiedad terrible -la tengo aún-, pero... me siento un<br />
poco, muy poco vagamente apaciguada.<br />
Noté esta mañana -seré honesta- que, con gran alegría <strong>de</strong> mi<br />
parte, Peter no ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> mirarme <strong>de</strong> cierta manera. De una<br />
manera muy distinta a la habitual; no podría explicártelo <strong>de</strong> otra<br />
forma.<br />
Siempre pensé que Peter estaba enamorado <strong>de</strong> Margot, y<br />
ahora, <strong>de</strong> repente, tengo la sensación <strong>de</strong> que me equivocaba. No<br />
lo he mirado durante el día, adre<strong>de</strong>; al menos, no mucho, pues<br />
cada vez que lo hacía me encontraba con su mirada clavada en<br />
mí, y a<strong>de</strong>más... a<strong>de</strong>más es verdad, un sentimiento maravilloso me<br />
)88(<br />
EL DIARIO DE ANA FRANK<br />
ha impedido mirarlo <strong>de</strong>masiado a menudo.<br />
Querría estar sola, completamente sola. Papá no ha <strong>de</strong>jado<br />
<strong>de</strong> notar que algo me pasa, pero me sería imposible contárselo<br />
todo. Querría gritar: «Déjenme en paz, déjenme sola». ¡Quién<br />
sabe! Acaso un día estaré más sola <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>searía.<br />
Tuya,<br />
ANA<br />
Lunes 14 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1944<br />
Querida Kitty:<br />
<strong>El</strong> domingo a la noche, con excepción <strong>de</strong> Pim y yo, todo el<br />
mundo escuchaba «La Música Inmortal <strong>de</strong> los Maestros<br />
Alemanes». Dussel movía constantemente los botones <strong>de</strong>l aparato,<br />
lo que fastidiaba a Peter, y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, también a los <strong>de</strong>más.<br />
Después <strong>de</strong> una media hora <strong>de</strong> nerviosidad contenida. Peter le<br />
rogó más o menos irritado que <strong>de</strong>jara <strong>de</strong> hacerlo. Dussel contestó<br />
con su tonillo <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñoso: «Estoy arreglándolo». Peter se enfadó,<br />
repuso con insolencia, y fue apoyado por Van Daan; Dussel se<br />
vio obligado a ce<strong>de</strong>r. Eso fue todo.<br />
Este inci<strong>de</strong>nte no tiene nada <strong>de</strong> extraordinario en sí, pero<br />
parece que Peter se lo tomó a pecho. En todo caso, esta mañana<br />
vino al <strong>de</strong>sván, don<strong>de</strong> yo estaba revolviendo en un cajón <strong>de</strong> libros,<br />
para hablarme <strong>de</strong> ello. Como yo no sabía nada, lo escuché con<br />
atención, lo que hizo que Peter diera rienda suelta a sus<br />
sentimientos.<br />
-Y ya ves -dijo él-, por lo general me callo, porque sé<br />
anticipadamente que nunca consigo dar con las palabras en un<br />
caso semejante. Empiezo a tartamu<strong>de</strong>ar, enrojezco, y lo digo todo<br />
al revés; a la larga, no tengo más remedio que interrumpirme,<br />
porque no logro <strong>de</strong>cir lo que quiero. También ayer sucedió así.<br />
Quería <strong>de</strong>cir otra cosa. Pero, una vez lanzado, perdí el hilo <strong>de</strong> mis<br />
i<strong>de</strong>as, y eso es terrible. Antes tenía una mala costumbre, que te<br />
aseguro me gustaría recuperar: cuando alguien me hacía rabiar,<br />
utilizaba los puños más que las palabras. Ya sé que esa manera <strong>de</strong>