13.03.2013 Views

El Diario de Ana Frank

El Diario de Ana Frank

El Diario de Ana Frank

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> las observa estrictamente, y no se preocupa para nada <strong>de</strong> las<br />

súplicas <strong>de</strong>l otro lado <strong>de</strong> la puerta, que anuncian un <strong>de</strong>sastre<br />

inminente.<br />

Número 9: No pertenece a los miembros <strong>de</strong> la gran familia,<br />

pero se cuenta entre los invitados. <strong>El</strong>li tiene muy buen apetito.<br />

No <strong>de</strong>ja nada, no es remilgada. La menor cosa le agrada, con<br />

gran satisfacción también <strong>de</strong> nuestra parte. Siempre <strong>de</strong> buen<br />

humor, servicial, buena. En suma: llena <strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s.<br />

Tuya,<br />

ANA<br />

© Pehuén Editores, 2001.<br />

Martes 10 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1943<br />

Querida Kitty:<br />

Mi último <strong>de</strong>scubrimiento: en la mesa, me hablo a mi misma<br />

en vez <strong>de</strong> hacerlo a los <strong>de</strong>más. Es un éxito, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> dos puntos <strong>de</strong><br />

vista. Ante todo, ellos se alegran <strong>de</strong> no tener que <strong>de</strong>jarme la palabra<br />

por mucho tiempo, a<strong>de</strong>más, ya no tengo que sulfurarme por las<br />

opiniones ajenas. En cuanto a mi opinión personal, yo no la juzgo<br />

tonta -aunque los otros sí-, y por eso me la guardo. Otro tanto en<br />

lo que se refiere a la comida: si tengo que tragarme una cosa que<br />

<strong>de</strong>testo, tomo mi plato, trato <strong>de</strong> imaginar que hay en él algo<br />

<strong>de</strong>licioso y, mirándolo lo menos posible, ya lo he engullido todo<br />

antes <strong>de</strong> darme cuenta. Para levantarme por la mañana (tanto<br />

como me cuesta), otra maniobra: salto <strong>de</strong> la cama, diciéndome:<br />

«Volverás a acostarte enseguida, con toda comodidad», pero corro<br />

a la ventana, quito el enmascaramiento, aspiro el aire fresco por<br />

la rendija entreabierta, hasta que estoy bien <strong>de</strong>spabilada. Luego,<br />

enseguida a quitar las sábanas para no <strong>de</strong>jarse tentar. Mamá llama<br />

a eso «ser una artista <strong>de</strong>l vivir». ¿No te parece divertido?<br />

Des<strong>de</strong> hace una semana, nadie tiene ya la hora exacta. <strong>El</strong><br />

reloj <strong>de</strong> nuestro querido y fiel Westerturm ha sido quitado, sin<br />

)58(<br />

EL DIARIO DE ANA FRANK<br />

duda para la fundición <strong>de</strong> metales <strong>de</strong>stinados a material <strong>de</strong> guerra.<br />

Ya no hay manera <strong>de</strong> averiguar la hora, ni <strong>de</strong> día ni <strong>de</strong> noche. Yo<br />

sigo esperando que el reloj sea reemplazado por un artefacto<br />

cualquiera, <strong>de</strong> hierro o <strong>de</strong> cobre, que recuer<strong>de</strong> al barrio su amado<br />

carillón.<br />

Esté don<strong>de</strong> esté, mis pies suscitan la admiración a mi<br />

alre<strong>de</strong>dor. A pesar <strong>de</strong> las circunstancias, estoy admirable,<br />

maravillosamente calzada, gracias a Miep, que ha <strong>de</strong>scubierto un<br />

par <strong>de</strong> zapatos <strong>de</strong> ocasión, por 27 florines y medio; son <strong>de</strong> gamuza<br />

con refuerzos <strong>de</strong> cuero, <strong>de</strong> un rojo borra <strong>de</strong> vino y con tacones<br />

bastante altos. Aumentan mucho mi estatura. Tengo la impresión<br />

<strong>de</strong> andar con zancos.<br />

Dussel ha estado a punto <strong>de</strong> poner nuestras vidas en peligro.<br />

Ha tenido la ocurrencia <strong>de</strong> encargarle a Miep un libro prohibido:<br />

una sátira sobre Hitler y Mussolini. Al volver en bicicleta con el<br />

famoso librito, tuvo un choque con unos S.S. motociclistas.<br />

Perdiendo la cabeza, ella les grito: «¡Canallas!», y se escabulló a<br />

toda prisa. Prefiero no pensar en lo que habría acontecido si la<br />

llevan a la comisaría.<br />

Tuya,<br />

ANA<br />

Miércoles 18 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1943<br />

Querida Kitty:<br />

Podría titular lo que sigue: «La tarea comunal <strong>de</strong>l día: pelar<br />

patatas».<br />

Uno va a buscar los periódicos; otro, los cuchillos,<br />

reservándose el mejor para sí mismo; un tercero, las patatas; un<br />

cuarto, la cacerola llena <strong>de</strong> agua.<br />

<strong>El</strong> señor Dussel comienza. Si no pela siempre bien, en todo<br />

caso lo hace sin interrupción y mira a diestro y siniestro para ver

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!