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En vigilante espera - Acción Cultural Cristiana

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cuanto servicio, que Dios apuesta por los débiles y por eso su enviado, el Hijo,<br />

muere a manos de los poderosos, y que por su resurrección nada se pierde de<br />

cuanta bondad, verdad y belleza se ha creado en la tierra, pues todos los enemigos<br />

del hombre, el último la muerte, son definitivamente vencidos.<br />

Una concepción así de la vida está claro que no invita a la injusticia, sino a<br />

la sobrejusticia del amor y adquiere sentido pleno la muerte de los inocentes, del<br />

Inocente, que se convierte siempre en fuente de salvación.<br />

Ya sabemos que las verdades religiosas no son deducibles de fórmulas matemáticas<br />

ni de silogismos filosóficos. Pero el hombre es más que razón, es inteligencia<br />

y vida, y puede «entender» que las verdades religiosas las necesita «para la<br />

vida» y para que ésta tenga sentido pleno.<br />

Sabemos también que hay otras religiosidades distintas de la nuestra. Con<br />

lealtad hemos expuesto ésta, a la vez que invitamos a examinar otras desde este<br />

prisma: la suerte de los inocentes después de la muerte y lo que esto implica para<br />

la vida presente.<br />

Contamos así mismo con la repetida acusación de que los cristianos no cumplimos<br />

lo que decimos creer. A lo cual puntualizamos:<br />

– El cristianismo está abierto para que quien quiera pueda vivirlo mejor que<br />

nosotros ahora. Inténtese y tómese como modelo a los que sí lo han vivido, los<br />

santos.<br />

– Si después de 20 siglos la Iglesia y los cristianos seguimos afirmando una<br />

doctrina que cuestiona nuestras vidas, es porque la verdad y la vida ofrecida en<br />

Jesús de Nazaret está por encima de nosotros, sobrepasa nuestras debilidades<br />

sanándolas, perdonándolas y corrigiéndolas. Normalmente los grupos humanos,<br />

cuando tienen una doctrina que no viven, cambian la doctrina; la Iglesia en cambio<br />

no la cambia precisamente para ser juzgada por ella.<br />

– Dios en Cristo es salvador con su gracia de los débiles, no simple sancionador<br />

de la <strong>En</strong>greída Perfección de los poderosos, los fuertes y los sabios.<br />

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