En vigilante espera - Acción Cultural Cristiana
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individualismos de grupo que son los más peligrosos. Todos han ido (y van) a la<br />
«conquista del poder», para imponerse. El mundo ha sido de los poderosos de todo<br />
signo, y así nos ha ido a la naturaleza y a los hombres, especialmente a los pobres.<br />
Y es que el poder acaba destruyendo la vida porque ni siquiera la entiende.<br />
Mirándose a sí mismo, ha olvidado que la vida es esencialmente comunión y<br />
relación... Relación de hombres con hombres, de grupos con grupos, de naciones<br />
con naciones, de época con época, de cultura con cultura, de las personas con<br />
la naturaleza, de cada uno de los elementos de ésta con el resto y con el conjunto.<br />
Comunión que quiere decir necesidad del servicio prestado por todos para que<br />
exista el conjunto y cada una de sus partes e individuos. ¿Cuántos millones de<br />
años trabajaron y cuántos elementos colaboraron para que existiese en la tierra la<br />
vida, que hoy el poder puede totalmente destruir en segundos?<br />
Si hay <strong>espera</strong>nza (y la hay) hoy es porque en las entrañas de la naturaleza física<br />
y en lo más profundo del componente psíquico de las personas hay una tendencia,<br />
una pulsión incoercible hacia la comunión que nos hace admirar, contemplar<br />
y respetar a la naturaleza como madre nutricia y ponernos al servicio de la<br />
vida humana, cuya posible destrucción nos horroriza.<br />
Aquí está la lucha y el verdadero conflicto: entre las fuerzas destructoras del<br />
poder y las fuerzas vivificadoras de la comunión solidaria. Crear la comunión al<br />
transmitir la vida, alimentarla, educarla, acrecentarla, perfeccionarla, embellecerla<br />
y elevarla es el empeño, más o menos consciente, de muchas personas de<br />
buena voluntad, y por eso aún existe vida sobre la tierra.<br />
De ahí el programa: CREAR LA VIDA Y ORGANIZAR LA COMUNION.<br />
Para ello hacen falta las fuerzas del espíritu, es decir, las del amor.<br />
Quien siente el gozo de haber sido amado primero, quien comprende que<br />
todo lo existente ha colaborado para que él tenga gratuita vida y existencia, quien<br />
se sabe don y regalo que a él mismo le ha sido hecho, quien se alegra de los regalos<br />
de las vidas, diferentes pero no ajenas, de los demás, ese se ve impelido, por<br />
respuesta al amor, a amar, a acrecentar y transmitir, también en gratuidad, lo recibido,<br />
a ser canal y no represa de la vida. Por eso, sólo el amor es sacrificio gozoso<br />
y desinterés fecundo. Sólo el amor crea y no destruye.<br />
A lo largo de los siglos han existido abundantísimamente el sacrificio y el<br />
desinterés, aportados por infinidad de personas que pueden recibir con verdad el<br />
título de autores (auctores) de la vida.<br />
<strong>En</strong> esta línea de pensamiento y conducta se comprende y explica la autoridad,<br />
que no es otra cosa que la misión otorgada a alguien, por su probada bondad<br />
y sabiduría, de orientar y coordinar las acciones de todos al bien común,<br />
entendido éste como el conjunto de condiciones sociales de todo tipo en que a<br />
todas las personas les sea fácilmente posible la vida en todos sus aspectos.<br />
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