El racismo y la Administración de Justicia - Biblioteca Hegoa
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estudio sobre 50 casos <strong>de</strong> vio<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> mujeres dalit <strong>de</strong>scubrió que se habían ignorado<br />
muchos artículos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ley: 122 no existía asistencia letrada gratuita, ni se abonaban<br />
los gastos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sp<strong>la</strong>zamiento, y no existía rehabilitación económica o social para <strong>la</strong>s<br />
víctimas. <strong>El</strong> estudio señaló también los excesivos retrasos <strong>de</strong> <strong>la</strong> policía en formalizar<br />
<strong>la</strong>s hojas <strong>de</strong> cargos contra los presuntos responsables <strong>de</strong> <strong>la</strong>s vio<strong>la</strong>ciones. Estos incumplimientos<br />
han <strong>de</strong>sembocado en un sentimiento general <strong>de</strong> impunidad entre quienes cometen<br />
abusos contra <strong>la</strong>s mujeres dalit y <strong>la</strong>s pertenecientes a tribus.<br />
En muchas otras partes <strong>de</strong>l mundo se suelen ignorar <strong>la</strong>s salvaguardias mínimas básicas<br />
<strong>de</strong>stinadas a proteger a <strong>la</strong>s mujeres privadas <strong>de</strong> libertad. Las Reg<strong>la</strong>s Mínimas <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
ONU para el Tratamiento <strong>de</strong> los Reclusos, por ejemplo, establecen que <strong>la</strong>s presas <strong>de</strong>berán<br />
ser atendidas y supervisadas únicamente por personal femenino, y que el personal<br />
masculino, como los médicos, siempre <strong>de</strong>be ir acompañado <strong>de</strong> funcionarias. Pero es frecuente<br />
que no se aplique este sencillo principio.<br />
En Estados Unidos se permite que los funcionarios masculinos supervisen a <strong>la</strong>s<br />
reclusas. Muchas <strong>de</strong> sus funciones producen una gran angustia a <strong>la</strong>s presas, como los<br />
registros corporales y <strong>la</strong> vigi<strong>la</strong>ncia mientras están sin ropa. Estas condiciones propician<br />
abusos graves contra los <strong>de</strong>rechos humanos. Muchas reclusas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s prisiones estadouni<strong>de</strong>nses,<br />
especialmente <strong>la</strong>s <strong>de</strong> raza negra y <strong>la</strong>s que pertenecen a minorías étnicas,<br />
han sido vio<strong>la</strong>das y víctimas <strong>de</strong> otros abusos sexuales, como lenguaje sexualmente<br />
ofensivo y racista, y manoseos <strong>de</strong> senos y genitales.<br />
En otros países, el Estado ofrece una protección mínima a <strong>la</strong>s trabajadoras migrantes<br />
frente a los abusos que cometen sus empleadores o <strong>la</strong> policía. En varios estados <strong>de</strong>l<br />
golfo Pérsico, estas mujeres trabajan en condiciones simi<strong>la</strong>res a <strong>la</strong> esc<strong>la</strong>vitud, y sufren<br />
privación <strong>de</strong> libertad, así como abusos verbales y físicos. Quienes acu<strong>de</strong>n a <strong>la</strong> policía<br />
no suelen recibir ayuda y en ocasiones son sometidas por los agentes a nuevos abusos.<br />
Karsini binti Sandi, indonesia <strong>de</strong> 19 años que trabaja como empleada doméstica en<br />
Arabia Saudí contó a Amnistía Internacional que sus empleadores <strong>la</strong> habían agredido<br />
y que cuando acudió a <strong>la</strong> policía en busca <strong>de</strong> ayuda, los agentes <strong>la</strong> insultaron y <strong>la</strong> amenazaron<br />
con ejecutar<strong>la</strong>. Finalmente huyó y regresó a Indonesia en enero <strong>de</strong>l 2000.<br />
Amnistía Internacional no conoce ningún caso, <strong>de</strong> entre <strong>la</strong>s numerosas <strong>de</strong>nuncias <strong>de</strong> agresión<br />
o violencia en el hogar formu<strong>la</strong>das por trabajadoras domésticas extranjeras en el<br />
que <strong>la</strong> policía saudí haya iniciado una investigación a<strong>de</strong>cuada. Esta inacción equivale<br />
a complicidad <strong>de</strong>l Estado en los abusos contra <strong>la</strong>s extranjeras.<br />
En algunos países que aplican interpretaciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley islámica (Shari’a), <strong>la</strong>s mujeres<br />
que pertenecen a grupos étnicos no musulmanes corren un gran riesgo <strong>de</strong> ser sometidas<br />
a juicios injustos y con<strong>de</strong>nadas a castigos corporales por actos que consi<strong>de</strong>ra<br />
«inmorales» el Estado, pero no su propia cultura o religión, como beber alcohol. Por<br />
ejemplo, el 13 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1999, agentes <strong>de</strong> seguridad y policías <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n público<br />
<strong>de</strong>tuvieron en Jartum, Sudán, a 24 estudiantes nubios que asistían a una salida campestre<br />
122 Informe e<strong>la</strong>borado para <strong>la</strong> Sección <strong>de</strong> Desarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Castas C<strong>la</strong>sificadas por <strong>la</strong> Constitución,<br />
<strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Bienestar Social <strong>de</strong>l gobierno indio, por el Grupo <strong>de</strong> Investigación Acción<br />
Múltiple, 1995.<br />
AMNISTÍA INTERNACIONAL<br />
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