SEIS ESTUDIOS DE PSICOLOGÍA Jean Piaget - Colegio de la Loza
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mecánica no ha satisfecho al niño puesto que él se imagina<br />
el movimiento como algo necesariamente orientado<br />
hacia im objetivo y. por consiguiente, como algo confusamente<br />
intencional y dirigido: así pues, lo que quería<br />
saber el niño era, simultáneamente, <strong>la</strong> causa y <strong>la</strong> finalidad<br />
<strong>de</strong>l movimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> canica, y es por ello que<br />
este ejemplo es muy representativo <strong>de</strong> los «por qué» iniciales.<br />
Es más. uno <strong>de</strong> los motivos que hacen que los «por<br />
qué> infantiles sean, a menudo, tan oscuros para <strong>la</strong> conciencia<br />
adulta, y que expUca <strong>la</strong>s dificulta<strong>de</strong>s que encontramos<br />
para po<strong>de</strong>r respon<strong>de</strong>r satisfactoriamente a los<br />
pequeños que esperan ima explicación <strong>de</strong> nuestra parte,<br />
es que una fracción importante <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> preguntas<br />
se refiere a fenómenos o acontecimientos que no comportan<br />
precisamente un «por qué», puesto que son fortuitos.<br />
Es por esto que el mismo niño <strong>de</strong> seis años se sorpren<strong>de</strong><br />
al saber que sobre Ginebra hay dos Sal6ve pero<br />
que, en cambio, hay un solo Cervino por encima <strong>de</strong><br />
Zermatt: t ¿Por qué hay dos Saléve? » Otro día pregunta<br />
«¿Por qué el <strong>la</strong>go <strong>de</strong> Ginebra no Uega hasta Berna?»<br />
No sabiendo exactamente cómo interpretar estas curiosas<br />
preguntas se <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>nteamos a otros niños <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />
edad, preguntándoles qué le habrían respondido a su<br />
compañero. Para ellos <strong>la</strong> respuesta no ofrecía ninguna<br />
dificultad: hay un Gran Saléve para <strong>la</strong>s caminatas y <strong>la</strong>s<br />
personas mayores y un Pequeño Saléve para los pequeños<br />
paseos y los niños, y si el <strong>la</strong>go <strong>de</strong> Ginebra no llega<br />
hasta Berna es porque cada ciudad <strong>de</strong>be tener su propio<br />
<strong>la</strong>go. En otras pa<strong>la</strong>bras, no hay casualidad en <strong>la</strong> naturaleza,<br />
puesto que todo está «hecho para» los hombres<br />
y los niños según un p<strong>la</strong>n establecido e inteligente <strong>de</strong>l<br />
que el ser humano es el centro. Por tanto lo que busca<br />
el «por qué» es <strong>la</strong> razón <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas, o sea una<br />
razón simultáneamente causal y finalista, y es precisamente<br />
porque <strong>de</strong>be haber un motivo para todo por lo<br />
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