SEIS ESTUDIOS DE PSICOLOGÍA Jean Piaget - Colegio de la Loza
SEIS ESTUDIOS DE PSICOLOGÍA Jean Piaget - Colegio de la Loza
SEIS ESTUDIOS DE PSICOLOGÍA Jean Piaget - Colegio de la Loza
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
C La intuición<br />
Hay una cosa sorpren<strong>de</strong>nte en el pensamiento <strong>de</strong>l<br />
niño: el sujeto afirma todo el tiempo y no <strong>de</strong>muestra<br />
jamás. Observemos, por otra parte, que esta ausencia<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> prueba proviene naturalmente <strong>de</strong> los caracteres sociales<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> conducta en esta edad, o sea, <strong>de</strong>l egocentrismo<br />
concebido como indiferenciación entre el punto <strong>de</strong><br />
vista propio y el <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. En efecto, cuando se establece<br />
re<strong>la</strong>ción con los <strong>de</strong>más es cuando se <strong>de</strong>ben buscar<br />
<strong>la</strong>s pruebas, mientras que se cree siempre totalmente<br />
a uno mismo, antes precisamente <strong>de</strong> que los <strong>de</strong>más<br />
nos hayan enseñado a discutir <strong>la</strong>s objeciones y antes<br />
también <strong>de</strong> que se haya interiorizado semejante conducta<br />
bajo <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> esta discusión interior que es <strong>la</strong> reflexión.<br />
Cuando preguntamos algo a niños menores <strong>de</strong><br />
siete años resulta sorpren<strong>de</strong>nte <strong>la</strong> pobreza <strong>de</strong> sus pruebas,<br />
su incapacidad para motivar sus afirmaciones e incluso <strong>la</strong><br />
dificultad que experimentan para saber, mediante retrospección,<br />
cómo han llegado a formu<strong>la</strong>r<strong>la</strong>s. De igual forma<br />
el niño <strong>de</strong> cuatro a siete años no sabe <strong>de</strong>finir los conceptos<br />
que utiliza y se limita a seña<strong>la</strong>r los objetos correspondientes<br />
o a <strong>de</strong>finirlos por medio <strong>de</strong> su utilización<br />
(«es para...») bajo <strong>la</strong> doble influencia <strong>de</strong>l finalismo y<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> dificultad <strong>de</strong> justificación.<br />
Se objetará, sin duda, que el niño <strong>de</strong> esta edad no<br />
es verbal y que su auténtico ámbito es aún el <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
acción y <strong>la</strong> manipu<strong>la</strong>ción. Y esto es cierto pero, en este<br />
mismo terreno, ¿es mucho más «lógico»? Nosotros distinguimos<br />
dos casos: el <strong>de</strong> <strong>la</strong> inteligencia propiamente<br />
«práctica» y el <strong>de</strong>l pensamiento tendiente al conocimiento,<br />
pero en el ámbito experimental.<br />
Hay una «inteligencia práctica» que representa un<br />
consi<strong>de</strong>rable papel entre los dos y los siete años prolongando,<br />
por una parte, <strong>la</strong> inteligencia sensorio-motriz <strong>de</strong>l<br />
período preverbal y preparando, por otra, <strong>la</strong>s nociones<br />
43