LA CASA DE DIOS EN MÁLAGA... - Biblioteca de la Universidad de ...

dio licencia para pedir limosnas durante tres años dentro de los
límites de la diócesis; en 1629, el rey Felipe IV, otorgó un título de
nobleza para que fuera vendido y el producto del mismo se
empleara en las necesidades de la Hermandad; en 1662, recibió una
Cédula Real en la que se contemplaba el estatuto legal de “pobre”
en los litigios ante los tribunales, significándoles menores costos 81 .
Desde el seno de la entidad del Refugio se impulsó, en el
Seiscientos, la creación de hermandades en España, solicitando de
Felipe IV y del Consejo de Castilla la expedición de un Decreto por
el que se instara a prelados y corregidores de ciudades y villas, a la
creación de este tipo de institución dentro de sus límites
jurisdiccionales. Los resultados no fueron del todo del agrado de los
promotores, ya que tan sólo doce hermandades se constituyeron
fuera de Madrid y Toledo: Monforte de Lemos (Orense), en 1631;
Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), en 1635 82 ; Granada, en 1639;
Valladolid, en 1640; Antequera (Málaga) 83 y Cuenca, en 1642;
Zaragoza, en 1643; Motril (Granada), en 1644; Nájera (La Rioja),
en 1648; Alcalá de Henares (Madrid), en 1654; Ocaña (Toledo), en
1656 y Guadalajara, ya en el siglo XVIII 84 . En Jaén, en el año 1656,
se constata la existencia de intentos de fundarla pero sin éxito 85 . En
su inmensa mayoría, los hermanos de estas cofradías eran nobles y
81
Ibídem, p. 56.
82
El Duque de Medina Sidonia fundó la Hermandad del Refugio en Sanlúcar de
Barrameda. En una carta, fechada el 28 de julio de 1635, comunicaba a la Hermandad
matriz su constitución en la provincia de Cádiz.
83
Su unión con la del Refugio de Madrid debió producirse años antes de la
desaparición de la antigua Hermandad de la Caridad -si fue realmente ésta y no otra de
la villa antequerana-, ya que en 1675, año de su renovación, la nueva Cofradía de la
Caridad, a la que agregó el título de Nuestro Señor Jesucristo, no tenía en sus fondos
documentales ninguna mención sobre la Hermandad del Refugio y Piedad. Callahan
afirma en su obra que su duración fue efímera.
84
CALLAHAN, W. J., op. cit., pp. 61 y 62.
85
Ibídem, p. 62.
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