descargar nº 3-4 / 2009 - Sociedad Chilena de Salud Mental
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IX. Budismo y muerte<br />
voluntaria<br />
Es precisamente cuando se publica la tesis <strong>de</strong> Durkheim<br />
que los filósofos europeos <strong>de</strong>scubren directamente<br />
en Occi<strong>de</strong>nte el budismo, por ejemplo, Schopenhauer<br />
(1788-1860).<br />
Otro autor francés contemporáneo, Maurice Pinguet, ha<br />
estudiado la relación entre la muerte voluntaria (en Japón<br />
no existía hasta hace poco el concepto <strong>de</strong> suicidio en el<br />
sentido occi<strong>de</strong>ntal) y la religiones <strong>de</strong>l Imperio <strong>de</strong>l Sol Naciente.<br />
A propósito <strong>de</strong>l mito <strong>de</strong> Edipo hace observar que<br />
la teogonía japonesa también evoca la violencia infantil y<br />
el sacrificio materno: la diosa Izanami da a luz el dios <strong>de</strong>l<br />
fuego y muere quemada por el ardor <strong>de</strong> su propio hijo...<br />
y la diosa Luz <strong>de</strong>l Cielo Amateratsu, antepasada mítica<br />
<strong>de</strong>l clan imperial, es ofendida por la conducta <strong>de</strong> su joven<br />
hermano y se retira en una gruta hundiendo el mundo en<br />
las tinieblas <strong>de</strong> la muerte. Otra diosa consigue apaciguarla<br />
bailando y todo se ilumina y renace, se perdonan las ofensas<br />
(8). Pienso naturalmente aquí en las danzas rituales <strong>de</strong><br />
las bacanales <strong>de</strong>l rito a Dionisos.<br />
Para Pinguet el budismo original evita las prácticas sacrificiales<br />
(acordémonos <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l príncipe Ajase)<br />
pero sin embargo ve un retorno al sacrificio con los consejos<br />
<strong>de</strong> algunos monjes budistas <strong>de</strong>l siglo XIV: “Hay que<br />
odiar constantemente su cuerpo y cultivar con todo su<br />
corazón el gusto <strong>de</strong> la muerte”. El mito <strong>de</strong>l renacimiento<br />
en el paraíso por ahogamiento <strong>de</strong>l amidismo también le<br />
parece <strong>de</strong> naturaleza sacrificial. Los jesuitas al llegar al Japón<br />
para evangelizarlo juzgaron que esas prácticas eran<br />
diabólicas. Estos ejemplos, y otros que nos da Pinguet,<br />
<strong>de</strong>muestran para él que “el budismo respeta menos la vida<br />
que el dolor que significa vivir” (p.195), o sea, que el hecho<br />
mismo <strong>de</strong> vivir es un dolor pero que no se <strong>de</strong>be calmarlo<br />
dándose la muerte. Schopenhauer, cuya visión <strong>de</strong>l<br />
mundo como voluntad y representación proce<strong>de</strong> en parte<br />
<strong>de</strong>l budismo, sigue fiel al pensamiento <strong>de</strong> Buda cuando<br />
<strong>de</strong>saconseja el suicidio como un acto violento que impi<strong>de</strong><br />
la liberación.<br />
13. Ver nota al pie 10.<br />
Pinguet recuerda también los atentados o los golpes <strong>de</strong><br />
estado que marcan la historia política <strong>de</strong>l Japón en el siglo<br />
XX, cuyos actores parecen haber olvidado el código <strong>de</strong><br />
honor <strong>de</strong> los samuráis, ya que matan a sus víctimas por<br />
sorpresa y si fracasan en su intento no se sacrifican por<br />
sepuku como era tradicional en el Japón antiguo.<br />
X. El terrorismo revolucionario<br />
El 25 <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong> 1970 el escritor Mishima Yukyo 13<br />
(1925-1970) se mató <strong>de</strong> una manera extravagante que<br />
sorprendió al mundo entero y que le hizo más celebre que<br />
su importante obra literaria. No es fácil calificar su gesto,<br />
mezcla <strong>de</strong> una parodia <strong>de</strong> sepuku tradicional y <strong>de</strong> suicidio<br />
patológico. Existe una abundante literatura sobre la<br />
psicopatología <strong>de</strong>l escritor a la que he contribuido personalmente<br />
con una conferencia en una <strong>de</strong> las primeras<br />
reuniones <strong>de</strong> la <strong>Sociedad</strong> Franco-Japonesa <strong>de</strong> Medicina<br />
en Paris (9).<br />
Sólo quiero ahora subrayar la fecha 1970 en que cometió<br />
su acto, porque ya he recordado el atentado terrorista que<br />
va a cometer en 1972 la Fracción Japonesa <strong>de</strong>l Ejército<br />
Rojo Revolucionario, que en cierto modo parece anunciar<br />
y prefigurar <strong>de</strong> manera espectacular. La aparición <strong>de</strong> lo<br />
que po<strong>de</strong>mos llamar terrorismo sacrificial nos va a llevar<br />
a un cuestionamiento sobre el origen <strong>de</strong> esta violencia<br />
revolucionaria que parece <strong>de</strong> inspiración religiosa.<br />
XI. Psicoanálisis <strong>de</strong> la<br />
violencia<br />
En un coloquio que se celebró entonces sobre el Psicoanálisis<br />
<strong>de</strong> la violencia, mi maestro Henri Ey (1900-1977)<br />
insistió en que la violencia forma el corazón mismo <strong>de</strong>l ser<br />
humano: “esta en todo, en el sacrifico, el heroísmo...está<br />
implicada en lo que le separa <strong>de</strong> sí mismo o en ese otro sí<br />
mismo que es otro ser humano.” Todos los movimientos<br />
<strong>de</strong> la violencia, la <strong>de</strong> nuestras pasiones, la <strong>de</strong>l sacrificio<br />
siguen los <strong>de</strong> la libertad humana bien sea en lo que ata-<br />
170<br />
PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL <strong>2009</strong>, XXVI, Nº 3 - 4 , 163 - 171