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Los recursos de las familias urbanas de bajos ingresos para ... - Cepal

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Entre <strong>las</strong> <strong>familias</strong> que vivieron en el Hogar Uruguayana, uno <strong>de</strong> los aspectos que<br />

más se <strong>de</strong>staca en sus relatos es su percepción <strong>de</strong> los vínculos entablados durante su<br />

estadía allí.<br />

Anteriormente, se hizo referencia a la situación <strong>de</strong> A<strong>de</strong>la y sus temores al llegar a<br />

“Martínez Reina”, y se mencionó cómo durante dos meses no se animaba a salir <strong>de</strong> su<br />

pieza. Su relato muestra cómo poco a poco fue venciendo esos temores y entabló un fuerte<br />

vínculo con sus vecinas. "Bajaba a lavar la ropa y empecé a darme con una señora, que<br />

ahora es comadre nuestra; <strong>de</strong>spués empecé a darme con uno, con otro y a ver que no era<br />

tanto como <strong>de</strong>cían. A lo último terminás como que fueras una gran familia. Si alguno se<br />

quedaba sin trabajo y nosotros teníamos algo que le faltaba, le dábamos. Si había uno<br />

internado, nos quedábamos con los chiquilines y otro día íbamos a cuidarlo. Nos dábamos<br />

comestibles. <strong>Los</strong> fines <strong>de</strong> semana festejaban como que era una fiesta, también el 24 <strong>de</strong><br />

diciembre o el día <strong>de</strong>l cumpleaños <strong>de</strong> alguien. Siempre había baile y no se armaban<br />

problemas. Yo no era <strong>de</strong> ir a los bailes porque a mi esposo no le gustaba. Por el agujerito<br />

<strong>de</strong> la puerta vichábamos cómo estaban bailando y sentíamos la música con mis hijos; era lo<br />

único que podíamos hacer porque él no nos <strong>de</strong>jaba salir, pero veías que la gente se divertía<br />

pila"..."Allí sí había compañerismo. El techo era <strong>de</strong> espuma p<strong>las</strong>t y vos sentías lo que<br />

pasaba <strong>de</strong>l otro lado. Ahí todo el mundo me conocía y sabía que lo que me estaba pasando<br />

era malo en ese momento. Hemos pasado muchas cosas feas allá. En muchas ocasiones<br />

en que mi esposo tomaba y yo tenía que salir dis<strong>para</strong>ndo <strong>de</strong> noche, siempre tuve apoyo <strong>de</strong><br />

<strong>las</strong> vecinas que me ayudaban y me recibían en su pieza."<br />

Omar muestra otra cara <strong>de</strong> esa situación: "En Martínez Reina yo viví una tensión<br />

nerviosa muy gran<strong>de</strong>, porque me hacían la vida imposible; eran <strong>las</strong> dos <strong>de</strong> la mañana y me<br />

golpeaban la puerta, me la querían abrir, me entraban por la ventana. A veces me tenía que<br />

quedar en el Puerto a hacer trabajo <strong>de</strong> noche, y tenía una preocupación, a mi mujer la van a<br />

ver sola y se van a querer hacer los vivos pensaba; trabajaba muy nervioso, <strong>de</strong>strozado. Me<br />

tenía que <strong>de</strong>dicar a hacer respetar a la familia. En ese tiempo era la ley <strong>de</strong>l más fuerte,<br />

venía una persona nueva y tenían que probarla; allí fue cuando me hice peleador callejero<br />

porque había que <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r a la familia. Fue una parte <strong>de</strong> mi vida que me hizo conocer<br />

cosas que yo no conocía <strong>de</strong> mí mismo. Yo venía <strong>de</strong> una c<strong>las</strong>e social distinta, más abierta,<br />

don<strong>de</strong> no había envidia, don<strong>de</strong> no había distinción, podías dormir con la puerta abierta y<br />

<strong>de</strong>jar a los chiquilines ir a jugar al patio. ¿Cómo hacía yo <strong>para</strong> <strong>de</strong>cir, se terminó una etapa<br />

<strong>de</strong> mi vida y empieza otra? No la adoptás enseguida, cuesta mucho, cuesta la convivencia,<br />

el trato con la gente, porque venís <strong>de</strong> otro trato, <strong>de</strong> otra carencia que es totalmente distinta a<br />

ésta."<br />

El relato <strong>de</strong> A<strong>de</strong>la refleja también esa realidad contradictoria. Por un lado, añora la<br />

relación que entabló allí con los vecinos. "Vio, cuando no se pue<strong>de</strong> ir a ningún lado porque<br />

no hay plata? Bueno, allí siempre se hizo algo. Las fiestas <strong>de</strong> Navidad y Año Nuevo eran<br />

preciosas, se iluminaba todo el edificio, cada familia ponía una lám<strong>para</strong> afuera, los<br />

grabadores, se armaban bailes, se unía toda la gente, era precioso, y eso acá, ahora, no se<br />

ve." Por otro lado, afirma: "Había <strong>de</strong> todo allí, gente como uno <strong>de</strong> trabajo, que tenía su<br />

pieza y chau; pero también chorros, pungas, <strong>de</strong> todo. Por eso cuando la gente iba a pedir<br />

trabajo y daba esta dirección, no le daban, porque era <strong>de</strong> lo peor, y ahí estábamos nosotros.<br />

Por eso le digo, que estábamos todos entreverados."<br />

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