Margarita Barretto (coord.) - Pasos
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Inmanencia y reflexividad en los procesos de reconversión... 67<br />
miento acondicionando sus espacios domés-ticos de manera improvisada,<br />
pero el puesto de referencia, pionero para los visitantes como<br />
para la población local fue que el se encuentra en la base del Champaquí,<br />
por varias razones. Es el puesto más antiguo de la región,<br />
en su ámbito funcionó la escuela primaria (hace unos 40 años) y se<br />
alojaron los alumnos de la zona. Por este hecho contaba con espacios<br />
más amplios para albergar visitantes. Además, en su cerca¬nía<br />
se encuentra la iglesia, el dispensario y más tarde se construyó la<br />
escuela. Pero de todos los hechos que pueden explicar la centralidad<br />
de este puesto, considero especialmente uno: la hospitalidad.<br />
Puede entenderse la hospitalidad como una virtud, reconocida<br />
incluso en los relatos de viaje que descri-ben a la población local,<br />
pero en el marco de este trabajo la considero una práctica cultural<br />
plena de significaciones tanto en relación al turismo como en las<br />
relaciones entre los puestos.<br />
En la historia de las prácticas emergentes en el encuentro con<br />
el turista la hospitalidad ocupa un lugar central al menos en dos<br />
aspectos, en relación al espacio y a la protección, ya que provee un<br />
lugar de alojamiento, de recepción, y ofrece amparo y seguridad en<br />
la forma de recomendaciones y advertencias sobre las condiciones<br />
del camino, los riesgos de una tormenta de nieve, de la “cerrazón”,<br />
etc. La hospita-lidad entrañaba una relación entre el “nativo” y el<br />
“turista” que fue cambiando con el tiempo. Los primeros turistas de<br />
la zona obtenían alojamiento a cambio, a menudo, de comestibles.<br />
Eran recibidos como una visita en el marco de una relación regida<br />
más por valor de uso que por el valor de cambio. Años después,<br />
cada puesto aloja al turista en base a una tarifa, se delimitan los<br />
lugares donde instalar carpas, se señalizan los sitios donde arrojar<br />
la basura o se emprenden modificaciones arquitectónicos en los<br />
puestos para reconquistar al intimidad familiar, como si los vecindarios<br />
y los grupos domésticos fueron atravesados por la necesidad<br />
de ordenar, de volver legible el espacio y procesar de esta manera<br />
los flujos turísticos.<br />
Sostengo, así, que el significado sistemático que adquiere el turismo<br />
en los proyectos locales se construyó en la “estructura de la<br />
coyuntura” (Sahlins, 1998) o, siguiendo a Giddens (1995), en la “dua-