andres holguin antologia crítica de la poesia colombiana

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como del choque en el cantil fragoso la flecha por el arco despedida. Hermano mío, en el impulso errante, nunca sabremos nada... Y sin embargo... ¿Qué mística influencia vierte en nuestros dolores un bálsamo radiante? ¿Quién prende a nuestros hombros manto real de púrpuras gloriosas, y quién a nuestras llagas viene y las unge y las convierte en rosas? Tú, que sobre las hierbas reposabas de cara al cielo, dices de repente: -"La estrella de la tarde está encendida". Avidos buscan su fulgor mis ojos a través de la bruma, y ascendemos por el hilo de luz... Un grillo canta en los repuestos musgos del cercado, y un incendio de estrellas se levanta en tu pecho, tranquilo ante la tarde y en mi pecho en la tarde sosegado. A lo largo del texto de este poema, el poeta va cambiando de estado de alma, y si termina con una serenidad que le sosiega, el ritornello es de una acre desolación: Nunca sabremos nada. Este desconcierto, que alimenta las anteriores estrofas, es una nota muy insistente en la lírica de Barba-Jacob, como puede verse también en su "Lamentación Baldía" [En algunos textos, este poema aparece con el título de "Antorchas contra el viento" y en otros con el de "Oh, Noche"] que insertamos a continuación, junto con otros poemas que revelan otras tantas facetas del gran poeta: LAMENTACION BALDIA Mi mal es ir a tientas con alma enardecida,
ciego sin lazarillo bajo el azul de enero; mi pena, estar a solas errante en el sendero; y el peor de mis daños, no comprender la vida. Mi mal es ir a ciegas, a solas con mi historia, hallarme aquí sintiendo la luz que me tortura que este corazón es brasa transitoria que arde en la noche pura. Y venir sin saberlo, tal vez de algún oriente que el alma en su ceguera vió como un espejismo y en ansias de la cumbre que dora un sol fulgente ir con fatales pasos hacia el fatal abismo. Con todo, hubiera sido quizás un noble empeño el exaltar mi espíritu bajo la tarde ustoria como un perfume santo... Pero si el corazón es brasa transitoria! Y sin embargo, siento como un perenne ardor que en el combate estéril mi juventud inmola. (Oh noche del camino, vasta y sola, en medio de la muerte y del amor!) CANCION DE LA HORA FELIZ Yo tuve ya un dolor tan íntimo y tan fiero, de tan cruel dominio y trágica opresión, que a tientas, en las ráfagas de su huracán postrero, fuí hasta la Muerte... Un alba se hizo en mi corazón. Bien sé que aún me aguardan angustias infinitas bajo el rigor del tiempo que nevará en mi sien; que la alegría es lúgubre; que rodarán marchitas sus rosas en la onda de lúgubre vaivén. Bien sé que, alucinándome con besos sin ternura me embriagarán un punto la juventud y abril; y que hay en las orgías un grito de pavura
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Sin embargo, muy pocas de éstas so
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presentación de "Hernani", del pro
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consigo mismo. Ser romántico, es d
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aunque - es bueno ponerlo de reliev
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El más alto ejemplo de esta poesí
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donde saborear la obra de Dios? ¡T
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Dios lo hizo así. Las quejas, el r
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Naturaleza entera estremecida comie
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su dulce abril con júbilo presient
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¡Ah! cuando osen a tí dardos y af
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es este de la existencia! ¡Revéla
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ni fin ni empiezo he traído ni yo
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de que pecaras por mí? Si en tu fa
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pero si la Omnipotencia un instante
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con éste, Dios lo ha escrito, ¡qu
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oigo alzarse eternamente, y con has
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desolación. Y reiterando, muy cerc
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Hay otra faceta de este fecundo esc
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ello es poesía esencial. Lo tocamo
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Como sus otros poemas ("La Palma",
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Estos son los destellos a que alud
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tierra" contienen otros hermosos po
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lejo er má. ......................
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Zipaquirá a los veintiún años, a
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González Camargo murió a causa de
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Todo lo resiste el indefenso papel!
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prosista: sus "Sueños", en particu
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otunda, incluso esta exaltación pa
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Capítulo III SIMBOLISMO Y MODERNIS
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* José Asunción Silva (1865-1896)
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Europa. La ciudad no ha entrado tod
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Silva, triste, decepcionado, resent
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Algunos de sus poemas, como el cél
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persiguiendo el misterio se cansó
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"Se quedó la pobre, triste, en la
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mundos distantes. En medio de ese m
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se acercó y marchó con ella, se a
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Cuántas veces también, altivo y f
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"Tempestad", cuyas breves líneas m
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Y, pues hablas idioma de señales,
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absorbe su vigor grasa de focas, y
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lo mismo que a las varas del maíz.
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Eres verdad y en tus mesetas alzo p
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sobre la periferia de las frutas. E
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Como la luz al corazón despierto,
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Capítulo VI EL SURREALISMO El surr
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LA LEY DE LA ATRACCION Esta atracci
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ELEGIA Yo he muerto a los 20 años.
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Junto a mí siento el peso de su au
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más azul que la niebla lejana. El
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que me enseñó desde pequeño a ha
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Y sin cuidarte de los pies llagados
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a la justa belleza que enajena. ...
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eciben su influjo. Es un fenómeno,
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que viene a nosotros como un simple
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y cantan las primaveras y su fiebre
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En el umbral de roble demoraba, hac
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con tan cambiantes trajes, cntre li
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No hemos querido interrumpir la lec
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como una atarraya abierta! Pero est
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el arco puro de tu frente. Ni dormi
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todos ellos. Quedaron así agrupado
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sin ser la primavera ni la rosa. Va
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ESPACIO (El aire solamente) Dormía
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mi sola muerte, mi única muerte, m
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SONETO INSISTENTE La cabeza hermos
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Recuerdo el sol de los venados desd
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evelan una hondísima melancolía,
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Jóvenes de ternísima cintura que
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En 1939 aparecen tres libros de los
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EL AGUA Beso sin labio, novia en tu
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el óleo de su sangre, dulcemente,
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pendan de los flexibles gajos de lo
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Salga la niña a la puerta con su t
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de los "piedracielistas". Corren lo
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las nubes tan lejanas y el viento q
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Extendería entre los terciopelos h
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Si todo lo llena ahora un sol exces
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muestras... Nunca he participado en
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y de otras muchas moradas diurnas d
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como huella de mendigos que se hund
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El zumbido de una charla de hombres
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Cultiva tu miseria, hazla perdurabl
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que no se construyan violines con l
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dirigió los cuadernos de "Cántico
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temas vinculados a la naturaleza -
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a esta producción, muy digna de al
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y la mano, un lirio sometido a la e
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Con los hombros cargados de frutas
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contemporánea. Diríase que él vi
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elleza del campo, ha conocido la fr
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Suelo buscarme en la ciudad que pas
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transpasa el sol las hojas, todo ar
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cuales se expresa un hondo lirismo
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como antes bajo mis manos. Todas la
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los miraba pasar, no fue mi culpa.
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su vida. Pero aún te escucho respi
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el viento las modela. Por ejemplo l
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Después se dieron cuenta de que el
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más logrados; en aquel libro, Obre
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EL MUNDO POR DENTRO Siento correr l
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y dar gracias, se dió la señal pa
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temperamento poético muy alto. En
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la ciega plenitud de tu mirada? De
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y descendió la sombra sobre el mun
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Algo que me soporte cuando siento q
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sus manos frías y su voz lejana. T
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Barba-Jacob132. Su obra lírica es
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La sangre se renueva y olvida. La n
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con el sol alto, se quedaron pasmad
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algunas dosis de satanismo y cinism
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LOS NADAISTAS Los nadaístas invadi
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es un monje sibarita que camina sin
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perecedero: pan de muerte. De las i
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la misericordia, me lancé a la ave
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En algún momento me asaltó cierto
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Como todos los de la casa están re
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A vosotros, los que en este momento
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yo os aviso que vuestra resurrecci
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una novia y un espejo. Este esfuerz
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y Adán y Eva encontraron otra tier
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escuchar y me habló diciendo: Yo s
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activa que se preparaba detrás suy
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Pero tus bellos ojos no aparecen...
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planetas muertos y los tacones de p
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movimiento que estamos analizando.
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Quessep, Alberto Hoyos, Eduardo Gó
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versos alados y conmovidos, casi in
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Si ya nada es ausencia. Tu reino de
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Penumbra de castillo por el sueño
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El jardín o el espejo el mar de vi
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Antigua sombra que la luna conduce
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nadie debe dudarlo ni decir que sie
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Un día llegará la muerte a recoge
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tu luz, tu noche oscura, si tuviera
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sencillo y enigmático, con súbito
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Usted fue un hombre de su tiempo no
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MUCHACHOS Entonces era verano sobre
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voz tan sólo presentimientos y rec
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mundo actual. Es la suya una poesí
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De la noche surge, a veces, el pasa
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AL FINAL SOMOS En el destierro somo
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humor y de rebeldía. Son los que r
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Centenarios de tu primer diente y d
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Y de resto, llenaré las páginas q
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mundo". Los versos de Hoyos están
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su latido con la avidez que guarda
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Mira al deseo dragando en los puert
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que me colme, amor, de tu ilímite
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me toca quizá en la noche sueño s
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Augusto Pinilla ha escrito poemas y
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mismo la poesía para Rafael Pombo
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extraviado en las ruinas del tiempo
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No. 4 La droga de ilusión perfora
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objetiva o subjetiva, clásica o ro
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que, como la nada, la muerte y el t
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