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andres holguin antologia crítica de la poesia colombiana

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algunas dosis <strong>de</strong> satanismo y cinismo, en <strong>la</strong>s costumbres y en los credos. Ayudó<br />

a ensanchar más <strong>la</strong> brecha generacional. Y con agresividad - pero con toques <strong>de</strong><br />

ternura, pureza - y con convicción casi fanática, se rebeló contra todo, ya que no<br />

hal<strong>la</strong>ba asi<strong>de</strong>ro en nada. Nunca un nombre fue más apropiado. Negado todo, el<br />

nadaísmo afirmó su propia nada, o <strong>la</strong> <strong>de</strong>l mundo, que es su reflejo. Situados en<br />

actitud combativa - impregnados <strong>de</strong> valores "paganos" -, los nadaístas<br />

rechazaron <strong>la</strong> cultura, cuestionaron todos los valores religiosos, morales, cívicos.<br />

Fueron a dar con frecuencia a <strong>la</strong> cárcel, pues <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría pasaron muchas veces a<br />

<strong>la</strong> práctica revolucionaria - teñida en ocasiones <strong>de</strong> comunismo. Sin duda,<br />

fomentaron su propio escándalo, y usaron y abusaron <strong>de</strong> <strong>la</strong> publicidad. Fueron<br />

los promotores <strong>de</strong> su propia revolución. Lograron, en buena medida, lo que se<br />

propusieron: inquietar, <strong>de</strong>sorientar, suscitar más preguntas que respuestas,<br />

sembrar dudas. Se conectaron con diversos movimientos, especialmente con el<br />

hippismo, y no fueron ajenos a <strong>la</strong>s drogas.<br />

De todo ello brotó una oscura, honda poesía, saturada <strong>de</strong> rebeldía y sentido<br />

crítico, lo mismo que <strong>de</strong> humor amargo, nacida <strong>de</strong> <strong>la</strong> angustia <strong>de</strong> <strong>la</strong> nada.<br />

Pero esta "nada" tiene mucho parentesco con "lo absoluto". Buscar y afirmar<br />

<strong>la</strong> nada es, ya, una actitud en cierto modo metafísica, como bien lo supieron<br />

Sartre, Hei<strong>de</strong>gger y Camus. Y así, no es <strong>de</strong>l todo extraño que - al menos para<br />

algunos, empezando por el propio Gonzaloarango - ese <strong>la</strong>berinto escalofriante<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> nada haya <strong>de</strong>sembocado en una aventura mística. Tal vez, algunos <strong>de</strong> los<br />

nadaístas fueron místicos -ignorados incluso por ellos mismos - <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

comienzo. Es lo que se vislumbra a través <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> sus versos y prosas<br />

poemáticas, incluso en sus instantes más b<strong>la</strong>sfemos o ateos, en sus actitu<strong>de</strong>s<br />

más iconoc<strong>la</strong>stas - para <strong>la</strong> buena burguesía. Su <strong>de</strong>sprecio por tradición,<br />

capitalismo, burguesía, implicaba una búsqueda ansiosa: un absoluto más allá<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> rutina.<br />

Refiriéndose a esta experiencia, Jotamario - uno <strong>de</strong> los nadaístas - ha escrito<br />

en el más reciente libro <strong>de</strong> Gonzalo Arango: "Trece años le metimos a <strong>la</strong> misión<br />

pagana y tanto nos ejercitamos en volear el alfanje que en pleno campo <strong>de</strong><br />

batal<strong>la</strong> le rebanamos <strong>la</strong> cabeza a nuestro aliado Satanás y volvimos a Dios <strong>la</strong>s<br />

miras. Hoy nuestra espada está en <strong>la</strong> vaina y esa vaina oxidada en el fondo <strong>de</strong>l<br />

mar <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong>serciones. De todas <strong>la</strong>s sorpresas que pudimos proporcionar,<br />

ninguna como <strong>la</strong> <strong>de</strong> que el Nadaísmo iba a dar a Dios".<br />

Sorpresa, sin duda, para los propios nadaístas y para sus lectores. Lo último<br />

que podía esperarse era que <strong>de</strong> su cubilete <strong>de</strong> prestidigitadores saliera, <strong>de</strong><br />

pronto, Dios mismo, como un conejo inesperado. Pero así ha sido, al menos para<br />

algunos <strong>de</strong> ellos, hoy en trance sobrenatural. Los otros se han mantenido fieles a

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