La Otra Banda (1978)

A estos los condenaba simplemente, como condenaba al gobierno de don Tino. Pero en
las circunstancias que estaba confrontando se veía obligado a defenderse y a dejar al
descubierto sus ideas.
-Don Víctor Manuel no tendrá quejas y yo no dudo que usted, don Tino, no lo
haya respetado. Pero yo no sé si por culpa suya o por culpa de otros, la familia Siriaco
está amenazada constantemente de despojo de su legítima herencia. La honorabilidad
de esa familia, tan católica como el Obispo, no puede ser manchada por unos
sinvergüenzas que nunca han trabajo.
-Eso mismo dijo aquí el Dr. Ely Losada. Y si usted no lo sabía, es bueno que lo
sepa, que en la Alcaldía hay un expediente que recoge denuncias contra atropellos que
cometía su honorable defendido, el señor Abrahán Siriaco. Despojó a muchos
campesinos de sus tierras. Prueba de ello es que no tienen documentos para probar la
legalidad de su hacienda. Los campesinos están ocupando la posesión comunera La
Esperanza. Si usted quiere ver el documento, pase por el Tribunal del Municipio.
-¡Cómo sería Abrahán Siriaco! Usted, Padre, lo puede deducir por la
pedramentazón que le tiraron al Dr. Lozada cuando mencionó su nombre.
-Con relación a Abrahán Siríaco, yo he notado siempre que Víctor Manuel
coincide con usted para echarle toda clase de pestes encima. Para que haya respeto a la
propiedad es necesario que los invasores de La Siriaquera se retiren y prueben luego en
un tribunal que son los verdaderos dueños de esas tierras, que desde hace muchos años
venía trabajando don Abrahán.
-Quienes tienen que probar que esas tierras fueron adquiridas legalmente por
Abrahán Siriaco son los herederos. Los campesinos tienen en su poder la
documentación legal.
-Yo no es que esté de acuerdo en todo con don Tino, pero en este caso conozco
los documentos.
-Pero no conoce los límites.
-Los límites están claramente establecidos en los documentos.
-Yo los recorrí a caballo porque estuve a punto de comprar allí.
La defensa que hacía el Presbítero de Abrahán Siriaco le resultaba políticamente
sospechosa a don Tino; y desde un punto de vida cristiano le resultaba inaceptable a
Víctor Manuel. Este se preguntaba, por qué don Tino, que tenía sus ideas políticas muy
definidas era capaz de conciliar con todas las personas, y por qué el Padre Collazos,
siendo cristiano y representante de Dios en la tierra, era extremadamente intolerante.
-Si usted compra señor Arapé, lo más seguro es que tuviera pleitos con los
invasores que comanda Lino Coronel y no con los Siriaco.
-Lino Coronel no comanda invasores – respondió don Tino. -Lo único que hace
es ayudar a los campesinos para que no los engañen los Siriaco. Y eso es lo que usted
debería hacer, porque Cristo siempre estuvo al lado de los humildes y no de los ricos,
con el perdón de Víctor Manuel, que si no es rico está muy cerca de serlo.
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