La Otra Banda (1978)

Héctor Siríaco quiere que yo vaya a su casa, para proponerme un acuerdo sobre
estas tierras.
-Que venga él s esta asamblea -afirmo Lino Coronel. Ninguno de nosotros tiene
porque ir hasta allá. Si Héctor Siriaco tiene algo que tratar con nosotros, debe
trasladarse hasta acá.
La muchedumbre de campesinos reunida se opuso a que Juan Vásquez atendiera
el llamado de los hermanos Siriaco. El caporal regresó y la reunión continuó.
-Esto es una demostración de las pretensiones de los Siriaco. Quieren actuar con
ventajas, asustarnos con abogados y luego montarnos la trampa para despojarnos
nuevamente de lo que es nuestro. Esto hay que defenderlo con firmeza. Estamos en
nuestro derecho.
Los campesinos se convencían cada día más de la necesidad de no ceder a las
presiones. Cada vez que encontraban una vaca o un novillo en sus conucos, lo sacaban
y lo conducían hasta el otro lado del riachuelo El Cocuy, en tierras de La Siriaquera.
-Juan Vásquez se encontraba reunido con muchos campesinos armados de
machete. Si vienen para acá nos pueden matar a todos, si no tomamos medias, señor
Héctor -le expresó el caporal.
-¿Pero que dijo? ¿Viene o no viene?
-El dijo que venía, si los otros estaban de acuerdo.
El caporal de la Siriaquera hacía esfuerzos por conservar la serenidad, la
impresión que había recibido al ver más de cien campesinos reunidos y en actitud
resuelta, no le permitía ejercer control sobre sus palabras y actos. Miraba hacia los
lados con mucha frecuencia, como si temiera algún ataque por sorpresa. Héctor Siríaco
lo miró con cierto desprecio. Pensó despedirlo, pero también sintió miedo y prefería
estar acompañado.
-Mejor es que nos vamos para Carora a buscar los otros documentos y allá
podemos continuar la discusión para resolver la demanda ante los tribunales.
-En Carora lo único que hay que hacer es buscar los documentos que nos faltan.
Pero para discutir no es necesario moverse de aquí. Yo no salgo de La Siriaquera. No
creo mucho en tus documentos y menos en los tribunales. Mejor es que te vayas tú,
Francisco Antonio. Camilo también debe irse. Ustedes pelearan en los tribunales, yo
peleo aquí, a plomo limpio si es necesario.
-Pero hay que denunciar, Héctor, que aquí se corre peligro de asesinatos
colectivos, si no actúa la Guardia Nacional, hay campesinos armados y alguien que los
instiga a delinquir -afirmó Francisco Antonio Siriaco.
-Con los campesinos estaba un hombre que no es de aquí, dijo el caporal.
-Ese debe ser Lino Coronel -sentencio Héctor Siriaco.
-Sea quien sea, lo importante es denunciar a la Guardia Nacional el peligro que se
corre en esta zona, si no se presentan rápido a desarmar a los potenciales delincuentes -
sostuvo el Dr. Francisco Antonio Siriaco.
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