15.05.2013 Views

La Otra Banda (1978)

La Otra Banda (1978)

La Otra Banda (1978)

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-Ese sitio lo tenemos cercado. Cuando aclare más comenzará el bombardeo. Si no<br />

encontramos a nadie allí, te vamos a escoñetar. Métanlo en un calabozo. Nada de<br />

comida ni de agua hasta que terminemos o yo ordene otra cosa.<br />

Juan Vicente Vásquez fue encerrado en una jaula de hierro. No tenía hambre. No<br />

tenía sed. No había comenzado a sentir los rigores de la tortura y a lo mejor no los<br />

sentiría. Pero ¿qué va a pasar cuando terminen de rastrear el cerro de Los Apamates?<br />

Allí no encontraran a nadie. Estaba seguro. Lo escoñetarían por orden del Coronel<br />

Parra. Comenzaría el suplicio y comenzaría su verdadera vida. ¿Hasta dónde llegaría?<br />

Juan Vásquez no sabría contestar. ¿Cuando comenzará a actuar eso que llama el<br />

Coronel Parra la Comisión de los Derechos Humanos?<br />

Ya Juan Vásquez no podía dar ninguna información, ya no sabía hacia donde se<br />

habían dirigido los guerrilleros. Pedrito González había cambiado de rumbo por<br />

órdenes de Leonardo Hernández.<br />

-El bombardeo y el rastreo del cerro Los Apamates terminó entre las cuatro y las<br />

cinco de la tarde. Fue ocupado el campamento que habían utilizado los guerrilleros.<br />

Pero éstos ya ascendían a un lugar más o menos distante.<br />

Durante la noche, Juan Vicente Vásquez fue llevado a la “Carpa de la Verdad”,<br />

para ser interrogado por la “Comisión de los Derechos Humanos” del Coronel Parra.<br />

Éste en persona dirigió el interrogatorio. El viejo Vásquez repitió las respuestas que<br />

antes había dado. A pesar de los golpes, patadas y corrientazos eléctricos que el propio<br />

Parra le propinara, repitió sus primeras respuestas. A la media noche el Coronel Parra<br />

se retiró y le ordenó a un Teniente que vigilara el interrogatorio y le pusiera fin cuando<br />

lo considerara prudente. Éste lo suspendió inmediatamente.<br />

-No más golpes, viejo. Mañana recorreremos parte de la zona. Su colaboración<br />

puede ser interesante.<br />

Juan Vicente Vásquez no pudo dormir en la madrugada. Le dolía todo el cuerpo.<br />

Tampoco pudo caminar más de dos kilómetros como guía del Ejército. Se desmayó y<br />

vomitó la única comida que había ingerido en las últimas cuarenta y ocho horas. Su<br />

salud se resintió y el Teniente Pineda prohibió que lo continuaran torturando. El<br />

Coronel Parra había salido del lugar y todo quedó bajo su jurisdicción. Y esto, lo salvó.<br />

Leonardo y su grupo fueron localizados nuevamente por los helicópteros y por la<br />

denuncia de algunos campesinos que aterrorizados por la violencia de la tropa y ajenos<br />

a la pugnacidad política respaldaban indistintamente a guerrilleros y al Ejército para no<br />

correr el riesgo de la represión que provocaban los primeros y ejecutaba el segundo.<br />

Esta vez el cerco fue definitivo. Sus hombres estaban extenuados por las largas<br />

marchas y por la falta de alimentos. <strong>La</strong> presencia de Georgina era un verdadero acicate.<br />

Nadie se quejaba. Todos permanecían de pie. Pero sin base social, sin contactos con el<br />

mundo exterior a la guerrilla y a veces sin guía alguno, porque Pedrito González fue<br />

atacado por una rara afección en el pecho que se manifestaba con un profundo dolor.<br />

En un examen médico que le había mandado a realizar Lino Coronel hacía unos<br />

209

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!