15.05.2013 Views

La Otra Banda (1978)

La Otra Banda (1978)

La Otra Banda (1978)

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

los viejos que permanecía en el villorrio, fiel a su obra que había fundado y de pie<br />

como un roble, debido a la privilegiada salud de que gozaba.<br />

El Comandante Gaspar Sayago se convirtió en un subalterno de Siriaco, estuvo al<br />

servicio incondicional de éste, durante todo su mandato. Abrahán Siriaco ejerció más<br />

directamente su poder. Desde Carohana viajaba con regularidad a <strong>La</strong> Siriaquera y hacia<br />

escala en San Francisco. Aquí se hospedaba en la casa del Jefe Civil, donde iniciaba sus<br />

operaciones para ampliar y fortalecer su latifundio. Cuando viajaba a <strong>La</strong> Siriaquera, a<br />

los pocos días llegaban a San Francisco dos o más campesinos presos por “enemigos<br />

del gobierno”. <strong>La</strong> mayoría de los campesinos abandonaban sus huertas para no ser<br />

víctima de su terrofagia. El terror invadió <strong>La</strong> <strong>Otra</strong> <strong>Banda</strong>. Jaime Domínguez, uno de los<br />

campesinos que se negó a abandonar su pequeño conuco, recibió la visita de Abrahán<br />

Siriaco.<br />

-Si no quiere vender al menos alquíleme su potrero.<br />

-Muy bien, don Abrahán. Se lo alquilo por una semana o quince días.<br />

En <strong>La</strong> <strong>Otra</strong> <strong>Banda</strong> se corrió la información de que Abrahán Siriaco estaba<br />

alquilando potreros, constituidos por pequeñas huertas o conucos y que ya no había más<br />

presos políticos por “enemigos del gobierno”. Varios campesinos se dirigieron a <strong>La</strong><br />

Siriaquera a ofrecer en alquiler sus pequeñas parcelas en las que cultivaban paja<br />

guinea. Siriaco en persona los recibía. A algunos les ofreció pagarles al mes de alquiler<br />

de la huerta, a otros les prometió que les pagaría cuando vendiera el ganado que estaba<br />

cebando en esos potreros alquilados. Tres campesinos que solicitaron un adelanto, en<br />

dinero, por alquiler de sus huertas, fueron citados por Siríaco para dos días después:<br />

-Vengan pasado mañana, que debo recibir una platica que me manda el<br />

Comandante Sayago.<br />

-Muy bien, don Abrahán. Hasta pasado mañana.<br />

Abrahán Siriaco dirigió personalmente el traslado del ganado a las huertas que<br />

acababa de alquilar. En <strong>La</strong> Siriaquera sólo quedó el ganado de ordeño. Su dueño fue<br />

dejando en cada huerta que encontraba, veinte o treinta novillos, de acuerdo con el<br />

tamaño de la misma y su capacidad para alimentar el número de novillos que<br />

consideraba adecuado.<br />

-Déjeme diez novillos, no más, don Abrahán.<br />

-No se preocupe, Domínguez. Si se le acaba el pasto, larga el ganado para que<br />

coma monte mientras lo vendo.<br />

Unos dos mil novillos ocuparon las huertas vecinas a <strong>La</strong> Siriaquera. Abrahán<br />

Siriaco responsabilizó a los campesinos de lo que pudiera pasarle a su ganado mientras<br />

estuviera en los potreros alquilados, y regresó a San Francisco.<br />

A los tres campesinos que fueron a <strong>La</strong> Siriaquera a buscar el dinero que le había<br />

prometido como pago adelantado por el alquiler de sus huertas, los recibió el caporal<br />

de la hacienda.<br />

70

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!