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La Otra Banda (1978)

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me encargo de venderlos y darle la plata al Comandante Sayago, para que no lo<br />

moleste”.<br />

Estos procedimientos los utilizaba contra gente muy humilde e ignorante.<br />

-No hay que meterse ni molestar a la gente de trabajo -le decía al Comandante<br />

Sayago para referirse a los ricos del pueblo o los hacendados que vivían en Carora y<br />

tenían alguna relación con San Francisco. Para Siriaco los pobres no trabajaban, no eran<br />

gente de trabajo.<br />

El procedimiento más celebre que Abrahán Siriaco empleo, no sólo contra los<br />

pobres de la zona, sino también contra todo aquel que creía que era susceptible de<br />

amedrentamiento, fue el teléfono sin conexión que él estableció con Carora. Cuando<br />

alguien cometía una falta, el Comandante Sayago lo amenazaba con pasar su asunto a la<br />

capital del Distrito, lo cual aterraba a los campesinos.<br />

-Pero vamos a ver si eso se le puede arreglar desde aquí. Vaya donde don<br />

Abrahán, que él tiene teléfono para comunicarse con su suegro, el Coronel Yépez.<br />

-Su caso es grave pero vamos a ver si puedo hablar con Camilo. Levantaba el<br />

auricular de su viejo e inservible teléfono y le daba vueltas a una manija que emitía<br />

sonidos indescifrables. Aló, Carora, comuníqueme con el Coronel Yépez.<br />

Le exponía el problema que confrontaba la persona que comparecía a la Jefatura<br />

Civil, primero, y luego ante él. El propio Siriaco se respondía: ¿Una multa? ¡Vamos a<br />

ver! Que si puede pagar una multa para no enviar su caso para Carora. ¡Que sí!<br />

¿Cincuenta pesos? ¿Veinte pesos?<br />

Ningún campesino era afecto a ventilar sus problemas en Carora, para evitarlo<br />

pagaba las multas que establecía Siriaco en complicidad con el Jefe Civil. Traficaban<br />

hasta con la recluta. Cuando alguien le pedía al Comandante Sayago que soltara a<br />

alguno de los reclutados porque era el sostén de la familia, el Jefe Civil lo remitía a<br />

Siriaco.<br />

-Vaya a hablar con don Abrahán. Ud. sabe que él tiene sus contactos en Carora.<br />

Yo también los tengo, pero no se olvide que el Coronel Yépez lo quiere como si fuera<br />

su hijo.<br />

-Yo comprendo -decía Siriaco, pero tendríamos que mandar una comisión a El<br />

Blanco a buscar otra gente para completar el cupo, y según me dijo el Comandante<br />

Sayago, ya no hay dinero para pagar más comisiones. Acá entre nos, déjeme veinte<br />

pesos que yo se los doy al Comandante Sayazo y él le entrega el muchacho.<br />

Pero el gran negocio que hizo Abrahán Siriaco con el nuevo Jefe Civil, fue<br />

asociarse para sacar ganado para el Estado Zulia, ganado que “reclutaban” en las<br />

haciendas vecinas a <strong>La</strong> Siriaquera. Siriaco concentró el ganado en potreros interiores de<br />

su hacienda, derrumbó los alambres, parcialmente, en los límites con haciendas de otros<br />

ricos propietarios de <strong>La</strong> <strong>Otra</strong> <strong>Banda</strong>. De esta manera “reclutó” miles de reses que<br />

trasladó y vendió en el Estado Zulia en connivencia con el Comandante Sayago. Los<br />

reclamos que hicieron en la Jefatura Civil de San Francisco y en Carora Leonardo<br />

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