Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas - Página principal
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Un caso<br />
CAPÍTULO VII<br />
LA CALIDAD CONDUCE<br />
AL MEJORAMIENTO CONTINUO<br />
DE LAS PERSONAS INVOLUCRADAS<br />
Una persona que no está orgullosa <strong>de</strong>l trabajo que realiza se ausenta, llega<br />
tar<strong>de</strong>, cambia <strong>de</strong> trabajo o <strong>de</strong> escuela frecuentemente. La filosofía <strong>de</strong> la <strong>calidad</strong><br />
supone que esto suce<strong>de</strong> como consecuencia <strong>de</strong> <strong>una</strong> mala supervisión y <strong>de</strong> <strong>una</strong><br />
mala gestión <strong>de</strong> la organización.<br />
Cuando supervisión y gestión no se conciben como funciones en lo<br />
fundamental <strong>de</strong> apoyo al buen <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong>l trabajo, suelen suce<strong>de</strong>r fenómenos<br />
muy tristes. Los trabajadores pier<strong>de</strong>n el interés por hacer las cosas bien. Así, por<br />
ejemplo, si <strong>una</strong> maestra, digamos, <strong>de</strong> segundo, grado tiene entusiasmo por su<br />
trabajo y se esfuerza por hacerlo lo <strong>mejor</strong> posible, pero se encuentra en <strong>una</strong><br />
escuela don<strong>de</strong> trabajar bien no es la norma, pronto tendrá problemas con sus<br />
colegas. A la vez, se dará cuenta <strong>de</strong> que sus alumnos, cuando lleguen al tercer<br />
grado, se enfrentarán a un proceso <strong>de</strong> enseñanza irregular y <strong>de</strong>ficiente y<br />
per<strong>de</strong>rán gran parte <strong>de</strong> lo que ella ha logrado en ellos. A esto se aña<strong>de</strong> el hecho<br />
<strong>de</strong> que el director no tiene interés por lo que ella lleva a cabo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l salón <strong>de</strong><br />
clases. Mientras no le ocasione problemas, simplemente la <strong>de</strong>ja en paz. El<br />
supervisor, por su parte, cuando visita la escuela, habla con el director para<br />
revisar los concentrados <strong>de</strong> los datos que <strong>de</strong>be llenar, don<strong>de</strong> se indica cuántos<br />
alumnos tiene cada maestro, cuáles son sus eda<strong>de</strong>s, cuántos son hombres y<br />
cuántas mujeres, cuáles repitieron año y cuáles se reinscribieron. Si acaso saluda<br />
a la maestra, no pasa <strong>de</strong> esto. No le pregunta sobre sus problemas pedagógicos,<br />
no le brinda sugerencias ni apoyos específicos. En estas condiciones, esta<br />
maestra, por muy buena que sea, por más entusiasmo que tenga por trabajar,<br />
pronto va a per<strong>de</strong>r ese interés y ese entusiasmo y va a comenzar a comportarse<br />
<strong>de</strong> forma muy parecida a la norma <strong>de</strong> su escuela: parecida a la forma como se<br />
comportan los <strong>de</strong>más maestros. Pronto pedirá su cambio.<br />
Por el contrario, cuando <strong>una</strong> persona se siente importante en un trabajo,<br />
hará todos los esfuerzos por quedarse en él. Se sentirá importante si pue<strong>de</strong><br />
sentirse orgullosa <strong>de</strong> su trabajo y pue<strong>de</strong> colaborar en <strong>mejor</strong>ar la <strong>calidad</strong> <strong>de</strong> su<br />
organización. Pongamos a esa misma maestra<br />
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